El toque afroamericano

  · sábado 5 de mayo de 2018

El artista dice inspirar a las personas con mensajes traducidos en criaturas fantásticas. Fotos: Gabriel McCormick

Nacido y formado en Filadelfia, Nosego es un artista contemporáneo multidisciplinario que abraza el arte urbano como una de las muchas plataformas en las que su obra llega al público.

Tras haber sido rechazado por diferentes instituciones para exhibir y seguir desarrollando su trabajo, Goodwin vio en la negativa la excusa perfecta para emanciparse de la burocracia que suele opacar el arte, para llevar su obra a los espacios en donde realmente pudiera tener un efecto en las personas: la calle. Para Nosego la vida es una colección de pequeños momentos que juntos cuentan una gran historia, con esta consigna busca que su arte lo lleve a lugares donde conecte con diferentes personas y comunidades, atraído siempre por el misterio de no saber cuál será su próximo destino.

Centrado en una filosofía que le quita etiquetas a las formas de expresión y rompe las barreras que limitan la creatividad, Nosego inspira a las personas con mensajes traducidos en criaturas fantásticas, que se fusionan con el devenir urbano e impactan el imaginario de las personas en un abrir y cerrar de ojos.

La exploración del artista afroamericano lo llevó a plasmar en su muro a Oshun, la deidad africana (Yoruba) del amor y las aguas dulces, que en Cuba se sincretiza en la Virgen de la Caridad del Cobre.

En su mural “Baño de Sol”, una mujer africana sale del agua y levanta sus manos para crear un sortilegio de luz y amor, una creación que producirá otras creaciones. La vida ilumina con la fuerza de las aguas dulces, refresca con su dulce protección y habla de un acto de amor por la naturaleza.

El mural de Nosego es un testimonio de la vida de una persona que vive en los pequeños momentos. Cuando su mano alargada y su brazo fuerte sostienen un pincel, el artista más que trabajar en una obra se encuentra realizando un hermoso soliloquio en la sinfonía de su vida, pocas veces se puede apreciar tal libertad en el trazo, tal vez sea por eso que la sonrisa en el rostro de Oshún es serena y alegre, mostrando que su autor fue verdaderamente libre al trazar.