La riqueza cultural, la historia original del único país de Latinoamérica que no habla español. La obligada influenza del compositor Heitor Villalobos, la multitud de formas y ritmos, la inserción del amazonas en la música, sin olvidar la profunda tradición literaria, el fenómeno de la esclavitud, etc… ha dado forma al Brasil enigmático, ahora golpeado por la imbecilidad de la derecha, antes ya había sufrido lo que muchos países de esta parte del mundo, los embates de las dictaduras militares. Para contraponerse a esta mal mayor de la humanidad llegó a finales de los 60 el movimiento Tropicália en manos de Caetano Veloso y Gilberto Gil, los líderes referentes, que aun después de 40 años sigue siendo vigente y necesario ante la estupidez extrema. No se puede soslayar por otro lado la tradición musical, con el advenimiento de la bossa- nova con Joao Gilberto y Antonio Carlos Jobim.
Ya en esas fecha aparecían dos figuras innovadoras ligadas al jazz, Hermeto Pascoal y Egberto Gismonti, los dos originalísimos y fundamentales para entender la música de finales del siglo pasado e inicios del presente, inclusive se podrían utilizar el término de desmitificación del jazz, al apropiárselo, transformándolo con las fuentes de la amplia profunda cultura musical brasileña, más en este rumbo Hermeto y la tradición de la Música de Europa, más en este camino Egberto Gismonti, quien había estudiado con Nadia Boulanger, una de las maestras y compositoras más importantes de esa parte del globo terráqueo. Ambos Multiinstrumentistas, Hermeto aproximadamente toca 50 instrumentos. Egberto es un maestro de alto nivel en el piano, guitarra, flauta, sanfona y sintetizadores, aunque a más decantado al terreno de lo acústico, así mismo es un letrista poético, sensible y profundo, además tener una hermosa voz. En sus discos todos los músicos brillan, los bateristas específicamente han hecho de su arte un tratado que debe ser reivindicado y reconocido a nivel mundial, porque de siempre se han mostrado polirrítmicos, originales, complejos y conocedores de la tradición del Mundo Brasil.
Hace algunas semanas ya se había detectado la aparición del disco Eddie Daniels - Heart of Brazil: A Tribute to Egberto Gismonti (Resonance Records, 2018), grabación que se disertara en esta penúltima entrega de 2018 y, que será compartido con ustedes, estimados lectores.
Eddie Daniels es un veterano, quien representa a uno de los maestros del clarinete modernos, ahora enfrentado a la herencia del genio brasileño.
Durante las décadas de los 80 y 90, Daniels tuvo su mayor época de gloria, grabando al igual jazz que música sinfónica, sin embargo su propuesta se ha decantado a ser más ligero y complaciente, pudiendo detectar diversas grabaciones en solitario o participando en la desaparecida marca GRP Recordings, sello sumamente comercial, aunque existen algunos discos rescatables. Probablemente esta ligereza hacía ver con cierto escepticismo la grabación mencionada ¿Cómo podría abordar Daniels a un músico no complaciente como Gismonti? La respuesta llega rápida, no sin antes plantear lo siguiente, la apropiación del jazz en este mundo globalizado, es decir; por los demás países ha dado frutos maravillosos de unión de mundos diferentes para generar obras que muestran las posibilidades de la mente creativa de los músicos de cada país, tratar de nombrar a todos es una tarea imposible, lo que es cierto; aquellas que se alejan de la copia y hacen que la música se dé naturalmente, que sea original, sin sonar a copia, son las que sobresalen y ocupan con gran decoro un lugar en la historia de la universalidad, por el contrario aquellas que repiten, copian los modos y formas tradicionales del jazz, incluyendo la estética de los pioneros resultan un total fracaso.
Recuerden las segundas partes nunca son buenas. Así la música compuesta, arreglada y tocada por Gismonti gana en cada escucha, además percibir que aunque tiene elementos del jazz, se convierte en originalidad, donde existe tensión rítmica del swing, cambios abruptos, mensajes rítmicos, melódicos y armónicos, sonidos selváticos, instrumentación diversa, virtuosismo conceptual, pero principalmente el contexto de la herencia del Brasil, mandando el mensaje para establecer con claridad de donde viene la propuesta estética, como diría Mario Benedetti “El Sur también Existe”.
"La cultura brasileña es la fuente o fuente básica que impulsa mi música.”"**
Ahora bien, el problema del disco de Daniels, aunque es un bello esfuerzo, no se percibe el sabor, careciendo de esa profundidad original- dinámica y majestuosidad que distingue a la música de Gismonti y las raíces de su país. No se malinterprete, no es una mal disco, al contrario los arreglos y ejecuciones son de primer nivel e impecables. La inclusión de cuerdas a algunos temas le da un toque de elegancia, sin embargo el clima selvático que infunde Gismonti en la utilización de músicos sinfónicos nos lleva a viajar al Amazonas, parte por haber nacido ahí y por haber estado en un viaje antropológico musical y chamanístico con la tribu de los Xapaín, experiencia que le sirve para transformarla en música de profunda belleza. Otras experiencias han marcado su vida, entre ellas ver en una plaza de una ciudad de la India a un sacerdote levitar ante los ojos de todos, lo que lo obligó a estar recluido llorando en su hotel durante varios días al no poder entender que había presenciado y, aquel pasaje maravilloso, lleno de humanidad y humildad con el encuentro de un constructor de cítaras.
Regresando al disco de Daniels, a la falta de majestuosidad y exuberancia, la cubre con un cierto intimismo, elegancia y pulcritud en la calidad de la grabación en su tributo a Gismonti. Otra parte flaca de la grabación es la inclusión en dos temas del saxofón tenor, no es que lo toque mal, al contrario; sino se percibe fuera de lugar y un cierto amaneramiento al caer en el uso de la bossa nova, en un estilo ambiental de bar o de fiesta. Esto es común, cuantos temas provenientes del Brasil aquí en México son tocados bajo en ese esquema, como dicen mexicanos en USA, no tienen “el aritu (actitud)”.
Los músicos y los arreglos son impecables, no existe crítica, pero no son brasileños y el tributo se queda corto. La crítica americana sin duda amará esta grabación, de hecho la revista Down Beat ya le dio 4 ½ estrellas en su primer número de enero 2019, así es no es equivocación, normalmente van adelantados hasta dos meses posteriores al del presente.
Podría ser una buena introducción al mundo de Egberto Gismonti, sin embargo el Coraje Creativo prefiere revisar por enésima vez los discos de este músico excepcional, así que en estos días se ha regresado a disfrutarlas siguientes obras que descansan en la atemporalidad:
Egberto Gismonti - Dança das Cabeças (ECM, 1977)-Obra que ganó el premio del álbum del año por la Crítica en Alemania en in 1977.
Egberto Gismonti & Academia de Danças- Sanfona (ECM,1981)
Egberto Gismonti - Dança dos escravos (ECM, 1989)
Egberto Gismonti - Corações Futuristas (EMI Odeon Brazil, 1976)
Egberto Gismonti – Nó Caipira (Carmo , 1993)
Y muchos más.
La historia continuará…
*"https://www.lanacion.com.ar/2033912-gismonti-conservo-la-idea-de-contar-historias -
** https://www.ecmrecords.com/artists/1435045864/egberto-gismonti
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