En 1957, cuando Elena Durán era apenas una niña, el avión de Pedro Infante se desplomó en pleno centro de la Ciudad de Mérida, Yucatán. La noticia corrió rápido por todo México y llegó hasta California, Estados Unidos, donde causó gran pena entre sus seguidores mexicanos, incluyendo a su abuela, a quien hasta ese momento no había visto llorar.
Para apaciguarla, recuerda que a sus diez años le prometió que ella sería la primera persona en la familia en regresar a México, y que lo haría como una gran flautista. Hoy, tras sesenta años de ese episodio, Durán rememora con cariño a la mujer de canas plateadas y sonrisa larga que cada viernes la llevaba al cine para ver las películas de “Pedro mi amor”- dice entre risas-, y de otras grandes figuras de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Reconocida mundialmente por su talento, carisma y sencillez, la artista mexicoestadounidense, ha trabajado con las mejores orquestas de Norteamérica, Europa y Reino Unido, donde regularmente ha tocado para la realeza británica, frente a la reina Elizabeth, y colaborado con grandes figuras de la música como Paul McCartney.
Desde 1994, la artista ha incluido en su repertorio la música de grandes compositores mexicanos, convencida de que a través de estas composiciones puede traspasar fronteras, acercando a todo el público a la música instrumental.
“Yo canto con la flauta”, asegura Elena con una sonrisa franca, rememorando al compositor Manuel Esperón, quien tras escucharla en un concierto privado transmitido por TV UNAM, la buscó hasta su casa para pedirle, a sus 98 años, que interpretara sus composiciones.
¡Ay, Jalisco, No te rajes!, ¡Amorcito corazón! “A la orilla del mar” y “ Blues Maldad” fueron algunas de las composiciones de este músico, que la artista interpretó con su flauta bajo la batuta del director de la Orquesta Filarmónica de Querétaro, Ludwig Carrasco.
Como un atardecer queretano, en punto de las 20:00 horas apareció Durán sobre el escenario del Teatro Metropolitano de Querétaro, interpretando las canciones de Eugenio Toussaint, José Alfredo Jiménez, Consuelo Velázquez, Rubén Fuentes y Pepe Guízar.
A lo largo de casi una hora, la intérprete invocó con su flauta algunas de las escenas más memorables de la Època del Cine de Oro Mexicano, provocando una que otra lágrima del público que, en silencio, y desde sus lugares, recordaron también las letras de clásicos como “Cuando sale la luna”, “Cien años”, “La Culebra” y “Guadalajara”.