La máxima banda del rock mexicano, Caifanes, clausurará el día de hoy el 50 Aniversario del Festival Internacional Cervantino, en punto de las 20:00 horas en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, con un concierto que promete reunir a miles de mexicanos de todas las generaciones para disfrutar del ambiente mágico, oscuro y desconocido del que están impregnadas todas sus canciones.
Diego Herrera, saxofonista de la banda, recuerda aquella presentación que Caifanes tuvo en la década de los 90 en el mismo festival, aunque en situaciones muy distintas, en un escenario menos concurrido y con la sensación de sentirse relegados del resto de las actividades culturales del evento.
Ahora, dice en entrevista con Diario de Querétaro, se sienten orgullosos de que los consideren para clausurar un evento como el Cervantino, que además celebra medio siglo de existencia.
“Estamos muy contentos de que nos hayan elegido, porque he de confesar que en la década de los 80 y 90, de alguna manera éramos relegados, no éramos considerados parte de la cultura de este país, entonces el hecho de ser tomados en cuenta para la clausura del 50 aniversario es un honor para nosotros. Nosotros fuimos en el noventa y algo al festival, pero en aquella época no éramos considerados parte de la cultura del país, en ese momento éramos unos pulgosos, ahí, que hacíamos música, teníamos poca aceptación, no estaba tan arraigado el rock mexicano”.
“Esta noche vamos a tocar, somos una banda que no tiene fuegos artificiales, no usamos mucha tecnología, nos encanta tocar en vivo y eso es lo que vamos a hacer”.
Lo que veremos hoy por la noche será un recorrido por la trayectoria musical de la banda que ya tiene 37 años de carrera artística y que según muchos críticos de música, los Caifanes se encuentran en su mejor momento.
Y a propósito de sus casi cuatro décadas sobre escenarios grandes y pequeños, Diego reflexiona sobre cuál ha sido la clave para que Caifanes sobreviva a una generación tras otra.
“Tiene que ver con que siempre nos hacemos caso a nosotros mismos, nos encerramos en el estudio, discutimos las rolas hasta que encontramos algo que realmente nos guste. Somos nuestros propios jueces y hacemos lo que nos gusta, lo hemos hecho siempre así, cuando defiendes con todas las garras lo que creaste, tiene que ver con eso. Hacemos música para nosotros, no le rendimos cuentas a nadie más que a nosotros mismos, no tenemos contratos, no tenemos disqueras”, refiere.