Con el estreno de “La Talgia Nostra” en la cuarta edición del Festival Internacional de las Artes Escénicas, el Garito de los emulantes se sumó a las más de 70 compañías que conforman la comunidad teatral en el estado.
Fundada este año por el actor Fernando Rabell y el cineasta Alejandro Íñiguez, la agrupación ofreció su primera función en Sótano Teatro, donde el próximo año se anunciará la primera temporada de esta obra original, escrita y dirigida por Íñiguez.
Con las actuaciones de Kika Pavioni, Rafael Colin, Fátima Saavedra, Rodrigo Elías, Ximena Garduño y Rabell, cuenta la historia de una cineasta, un músico y un escritor: Marina, Cecilio y Pedro; quienes después de 10 años de no verse, se reencuentran en la nostalgia de lo que no fueron.
“Vivimos en una era muy nostálgica pero una nostalgia aspiracional porque no estamos recordando lo que fuimos o lo que tuvimos, sino lo que fueron y tuvieron otros, y que anhelamos ser”, explica el director y confiesa que esta obra empezó “siendo una broma.
“Mi expertise hasta ahora había estado del lado de la dirección y escritura cinematográfica, pero coincidentemente el año pasado quedé becado en un taller de dramaturgia, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el 'Transdrama. Encuentro Iberamericano de Experimentación, Dramaturgia y Experimentación Escénica', aunque este proyecto estaba decidido, nos dio más herramientas para desarrollarlo. La obra ha estado ahí construyéndose, yo siempre la he escrito, porque más que cineasta me considero narrador de historias, y siempre he buscado nuevos formatos porque las historias tienes distintas voces”, asegura.
En tanto, Rabell, quien además de actor ha fungido como productor en diferentes proyectos teatrales, confiesa que desde siempre quiso contar con su propia compañía, y “Alejandro me parecía la persona más indicada para hacerlo, además ya habíamos coincidido en diferentes proyectos cinematográficos”.
Sobre el nombre de la agrupación, explica que se trata de un juego de palabras, que en conjunto significa la “Casa de los actores que juegan”; un concepto que con ayuda de la artista Pamela Olvera, han materializado en las figuras de la liebre y el coyote: una reinterpretación totémica de las máscaras de la comedia y la tragedia.
“Garito es un espacio de juego o de entretenimiento, especialmente el de mala fama; y emulante, en realidad no existe: la palabra correcta es emulador(...) creemos que ese es el oficio del actor", apunta el actor.