Etiqueta

Vitral

Alfonso Franco Tiscareño | Colaborador Diario de Querétaro

  · miércoles 24 de junio de 2020

Es sobre todo el hombre ambicioso

el que bebe respetar la etiqueta

más que cualquier otro.

La etiqueta, Yukio Mishima


Me gané su respeto y

por eso pude hacer locuras.

Respeté la etiqueta

y me eché a la bolsa su confianza.


Destapé la botella

para que ellos bebieran primero,

cedí el paso

con una palmada varonil.


Te pregunté

qué canción querías que interpretara.

Después escuché hasta

que impuse las palabras,

brindé tres veces por ti

y por los tuyos

para luego azotar

la botella contra la pared.


En seguida dancé

como derviche,

te tomé en mis brazos

y besé tu boca por sorpresa.


Todo lo había ganado

porque mi ética beoda

había cosechado

tu cariño y confianza.


De mí no ibas a recibir

una transa, una chapuza,

una insinuación,

un mal entendido aprovechado.


No te iba a dormir

para después violarte,

te quería con los ojos abiertos

para que atestiguaras mi lujuria.


Pude bailar desnudo

ante tus ojos

y equivocarme

y llorar, ser tan humano.


Pero antes regué el suelo

de modales afortunados

y por eso abriste tu

cuerpo sin recodos.


Tú misma me pediste

tomarte,

tú misma recorriste

mi cuerpo ya incendiado.


Nos entregamos uno a otro

sin contrato y sin reglas,

tan sólo la confianza

fue nuestro tapete.


Te respeté y dijiste:

fáltame al respeto,

te contemplé desnuda

y me ordenaste: poséeme.


Luego, nos fuimos

tomados de la mano,

platicando de

cualquier cosa simple.


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