El Gobierno mexicano honró a las madres buscadoras de sus hijos desaparecidos con la inauguración de la exposición "Estos rostros que ves. Mujeres que buscan", poco antes del Día Internacional de las Víctimas de desapariciones, que se celebra el 30 de agosto.
"No queremos solo dar visibilidad al problema, sino ver en cada uno de los rostros, darles luz. Estamos hablando de seres humanos no de cifras, queremos reivindicar su memoria y dignificar la lucha", dijo en el evento de inauguración Alejandro Encinas, subsecretario mexicano de Derechos Humanos.
La muestra, expuesta en la antigua residencia presidencial de Los Pinos, recoge retratos fotográficos, imágenes de grupos e incluso de objetos que las madres utilizan en las búsquedas de desaparecidos, como palas, sombreros o tamizadores.
Estuvieron presentes los colectivos Las Rastreadoras de El Fuerte, Familias Desaparecidos Orizaba-Córdoba y Red Eslabones, además de representantes de la Subsecretaría de Derechos Humanos y de la Comisión Nacional de Búsqueda.
Tanto las autoridades como las madres buscadoras presentes coincidieron en que las desapariciones forzadas son una de las mayores lacras de México.
El país latinoamericano vive una grave tragedia de desaparecidos con más de 90 mil casos desde 1964, año en el que comenzaron los registros.
"Durante muchos años estuvieron solas buscando. Gobiernos anteriores pretendieron ocultar y minimizar el asunto, pero nosotros desde el primer día conocemos la envergadura de este problema", comentó Encinas.
Con él coincidieron las madres presentes, aunque insistieron en no ser "autocomplacientes" y seguir exigiendo a las autoridades el hallazgo de sus hijos, justicia en cada caso concreto y garantía de no repetición.
"Cuando alguien es desaparecido, una familia queda mutilada. El miedo nos paraliza pero lo hemos transformado en coraje para buscar a todos los que nos hacen falta", relató Araceli Salcedo, madre de Fernanda Rubí, desaparecida en septiembre de 2012, y representante del Colectivo de Desaparecidos de Orizaba y Córdoba
"Esto es peor que la muerte. Hay una gran diferencia entre no saber dónde está y sospechar que está muerto a encontrarlo y despedirlo. La familia no vive y la persona desaparecida no muere del todo", añadió Valentina Peralta, del colectivo Eslabones.
Las autoridades insistieron en la importancia de las madres de desaparecidos cuya labor ha ido tomando más protagonismo en los últimos años y con las que el actual Gobierno ha comenzado a trabajar de una manera más estrecha.
"Queremos hacer un reconocimiento a esa lucha cotidiana, recordar que las personas desaparecidas nos faltan a todos y toda la sociedad se tiene que indignar", terminó Karla Quintana, encargada de la Comisión Nacional de Búsqueda.