Para conmemorar el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida, el artista plástico Raúl Sangrador realizó una lectura en voz alta de poemas Abigael Bohórquez y textos propios sobre lo que es vivir con VIH.
La puerta principal de la Alameda Hidalgo fue el punto de reunión en el que se realizaron diversas actividades artísticas para conmemorar la fecha, Sangrador pidió a los asistentes que plasmaran en un dibujo sus perspectivas, dudas e ideas sobre lo que es vivir con VIH, y a cambio de estos dibujos, él les obsequió una flor.
En un futuro, dice en entrevista, este intercambio simbólico podría formar parte de una instalación artística, similar a la que hoy se encuentra expuesta en el Museo de la Ciudad cuya autoría es también de Raúl Sangrador. Lleva por nombre Lascaux-Tijuana y tendrá permanencia en el museo durante las próximas dos semanas.
“La instalación es sobre el albergue Las Memorias, a donde llegan personas que viven con VIH y tuberculosis pero que están fuera de cualquier orden social; migrantes, indigentes, adictos, gente que lo perdió todo y fueron acogidos en este lugar, lo que tenemos en el museo es una placa de 2 x 3 metros en donde a manera de dibujo ellos cuentan cómo ha sido su vida, cuál es su relación con el Sida o la tuberculosis, cómo ven el futuro, entonces hicieron unos pequeños dibujos en donde narran sus historias”, refiere el artista.
Constantemente el tema del Sida y el VIH ha estado presente en muchas de las obras de Sangrador, pues busca que a través del arte, la sociedad hable más abiertamente sobre el tema y así se eliminen también los tabúes que aún siguen vigentes.
Él mismo comenzó a hablar del tema a través de su experiencia personal, pues considera que es un sobreviviente a una de las épocas con más desinformación sobre el Sida, la década de los 80 y principios de los 90, donde muy poco se sabía sobre el uso de los retrovirales y el uso del condón y otros métodos de protección.
“¿Por qué es el tema al que he decidido dedicarle tanto tiempo? Porque soy un sobreviviente de esa situación, me tocó vivir un mundo en el que cada acto sexual era una ruleta rusa; sí, después se supo lo del condón y demás, pero en esos años, a inicios de los 90, no sabías nada de eso, vivíamos con miedo, y a veces ese miedo se transformaba en realidad y veías cómo sistemáticamente todos morían; de una familia de 12 amigos, solo sobrevivimos dos, fue un shock tremendo. Buscando esas respuestas decidí que alrededor de ese tema iba a girar mi vida académica y artística.
“El Sida con los años me devolvió mucho de lo que me había quitado, el desarrollarme como artista vinculado al Sida me hizo conocer gente maravillosa buscando respuesta a estos temas. Comienzo a pensar que el VIH y yo comenzamos a hacer las paces. Me ha tocado también ser un poco coach de personas que reciben un diagnóstico, me dicen ‘me infecté, ¿qué hago?, entonces los oriento. Hay mucho estigma, les digo que las cosas ya cambiaron, que ya no hay esa desinformación de la década de los 80 y principios de los 90, que ahora hay medicamentos que te darán una buena y una larga vida”, comentó.
Sangrador percibe que en pleno siglo XXI son muy pocos los artistas que se atreven a hablar abiertamente del Sida y el VIH en sus obras.
“Son muy pocos los artistas que hablan del Sida en sus obras, a nivel nacional yo creo que solo un 10% lo hace. La diversidad corporal y la muerte siguen siendo temas tabúes, por eso estos trabajos buscan hablar de las cosas como son y, por supuesto, hablar de esta enfermedad”, refirió.
Las actividades para conmemorar el Día Mundial Contra el Sida fueron impulsadas por el Centro Queretano de Estudios Pictóricos, Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro; la Secretaría de Salud; la Coordinación Estatal de VIH y el Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico; la Defensoría de los Derechos Humanos de Querétaro; el INMUPRED y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana Puentes de luz.
