Celeste Flores ha creado un puente entre el espacio público y los museos a través de una colección de fotografías, videos, obra sonora y objetos encontrados en la calle, que ella reúne y crea en colaboración con las personas que habitan las zonas que rodean los recintos culturales.
Este proyecto se titula Nada es necesario, fue acreedor al Premio a las Artes 2022 otorgado por la Universidad Autónoma de Nuevo León; y llegó este mes al Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (MACQ), donde permanecerá vigente hasta el 4 de febrero.
La colección es una exhibición viva que dialoga con el lugar al que llega; así que el público podrá encontrar entre las piezas un diálogo con los habitantes que viven, trabajan y transitan diariamente por las calles que rodean al MACQ.
En entrevista con Diario de Querétaro, la autora regiomontana explica que el proyecto es resultado de su interés porque el público que habita el mismo espacio que el museo, lo visite, y al mismo tiempo, que el museo dialogue con su contexto inmediato.
"Una de las cosas que se repiten constantemente en cada lugar y ciudad a la que voy es que la mayoría de las instituciones culturales y museos no se relacionan con su entorno directo; estos edificios que resguardan la cultura dicen mucho hacia adentro, pero muy poco hacia afuera, y para mí era muy importante trabajar desde el espacio público y ver si realmente la gente que está alrededor de estos espacios conoce estos lugares, estos museos y las actividades que se desarrollan ahí, en su mayoría gratuitas, y sucedió algo muy interesante en ese aspecto, supe que gente que tiene trabajando 7, 8 e incluso 12 años alrededor de estos espacios públicos sí conocen los edificios pero solamente entran al baño o saben que hay cosas que pasan ahí pero sienten que no son para ellos", lamenta la artista.
Así que se propuso crear una obra colectiva que integrara a colaboradores fortuitos, para generar este vínculo entre la gente y el museo.
El primer ejercicio lo hizo en Monterrey, y Querétaro fue la segunda exploración. El primer paso en cada lugar fue conocer a la gente y ver cómo el espacio que rodea a los museos cambia conforme al día y la hora.
"El tiempo, el espacio y el movimiento en el performance son muy importantes, y es relevante sobre todo tenerlas en cuenta cuando se trabaja en un espacio público; no puedes solo llegar y decir ` aquí voy a hacer una performance sobre la violencia y demás´… si tú no conoces el espacio, los símbolos, las identidades, la forma de habitar el espacio público, las coincidencias, las diferencias…", refiere.
Luego de esta primera aproximación, la artista dialoga con la gente y las invita a formar parte de la exposición con sus testimonios, objetos o fotografías que ellos mismos crean de sus contextos, con cámaras instantáneas que Celeste les proporciona.
"Se convierte en una exposición con un montón de intercambios, de historias y objetos de la calle que se llevan al museo. La gente con la que trabajé aquí no podían creer que su trabajo se iba a exhibir y uno de ellos tenía familia en Puebla, otros en Ciudad de México, y me dijeron que iban a hacer el esfuerzo de viajar para ir a ver esa foto que tomaron, o ese objeto que integraron. Lo mismo con las señoras con la que trabajé en el Mercado de la Cruz y en el Escobedo, que no conocían el espacio. Finalmente, espero que sepan que su fotografía está en el museo y que ellos tienen todo derecho de entrar y que se sientan motivados a tener un intercambio cultural. Eso sería para mí lo más bonito.
"La exposición tiene muchas reflexiones desde observar la calle y el cotidiano como un objeto artístico, como un intercambio cultural, y saber que todas estas historias están ahí, solo es necesario tomarse el tiempo de encontrarlas porque son historias muy ricas, muy interesantes".
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Finalmente, la artista asevera que Nada es necesario también busca ampliar el diálogo sobre la importancia de que los museos fortalezcan sus lazos hacia el exterior, hacerles notar "que tienen un espectador que sería muy importante tomar en cuenta porque es el que tienen ahí en el momento, que está habitando el mismo espacio y que podría también servir como mediador. Que se reflexione asimismo sobre el valor de un objeto que quizás en la calle sea cotidiano, pero que es valioso porque le perteneció a alguien, porque cuenta una historia, porque habla de la migración, del fenómeno de la diáspora, del trabajo de calle, del intercambio y del diálogo que propicia comunidad".
Nada es necesario es de esta manera una imagen panorámica de las problemáticas contemporáneas que afectan al contexto inmediato de los museos, en el que se observa la desigualdad, la pobreza, la falta de oportunidades, el trabajo informal, la migración y los diferentes grupos que la conforman; también muestra el casi nulo acceso al arte y la cultura, así como la necesidad de implementar políticas públicas que permitan vislumbrar un mejor futuro.