Inspirado en juguetes tradicionales de México como el trompo, el balero o la matatena, pero también en plantas y flores con espinas, el arquitecto Rodrígo Garagarza presenta su exposición Exploraciones, compuesta por figuras de diversos tamaños y con distintas formas geométricas.
La exposición se encuentra actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo Querétaro, en ella destacan las piezas en gran formato como Flora estructurada, hecha con estructuras que representan troncos y ramas, con un concepto industrial en donde las flores contrastan con las espinas que representan precaución, “Una dualidad para reflexionar en diversas experiencias de la vida como el amor y el placer”, se lee en la lámina de información.
Otra obra a gran escala es la llamada Trompos alargados, un conjunto de piezas con forma de este tradicional juguete mexicano que juegan con la gravedad, pues al estar soportados desde el techo pareciera que están flotando.
La curaduría de la exposición está a cargo de Gabriela G. Naumis, quien explica en el texto de sala que Rodrígo Garagarza fusiona su faceta como artista y también como arquitecto desde hace diez años, obteniendo como resultado abstracciones geométricas en casi cualquier objeto de su vida diaria, aunque tiene como principal inspiración los juguetes tradicionales y las flores decorativas.
“El punto de partida para esas exploraciones conceptuales ha sido un enorme interés por las inagotables posibilidades estéticas que se pueden generar a partir de objetos simples como pinzas de ropa. Así mismo los juguetes populares como trompos o matatenas han sido un estímulo para su reinterpretación, creando esculturas en diferentes materiales y escalas”, señala Naumis.
Aunque en dicha exposición también se muestran figuras en formatos pequeños y medianos, el propio artista y arquitecto Rodrígo Garagarza señala que su pasión se centra en crear piezas monumentales que miden entre 5 y 6 metros de alto. Además, refiere que los materiales con los que prefiere trabajar son la madera y el acero inoxidable pues al corroerse y transformarse con el tiempo y el medio ambiente, adquieren una textura única.
“Me gusta pensar en esculturas que puedan habitar el agua, la arena, que estén sostenidas y demás. Siempre me ha llamado la atención crear esculturas en gran formato, siento que los observadores cuando nos acercamos a una escultura de 5 o 6 metros la experiencia se vuelve muy interesante porque tenemos una experiencia más completa, no es lo mismo observar una escultura desde cierta distancia, que poder caminar alrededor de una escultura”.
“Me gusta trabajar con acero inoxidable porque es un material que cambia con el tiempo, me gusta también la madera y dejar que se transformen como deba transformarse, aunque estén cubiertas de pintura de colores, genera una textura propia y mucho interés en los espectadores”.
En un video ilustrativo que forma parte de la exposición, Garagarza señala que la inspiración para crear estas figuras geométricas viene de casi cualquier objeto, siendo la matatena una de sus figuras favoritas.
“Prácticamente todo lo que vemos puede tener una abstracción geométrica, todo puede partir de un triángulo, de un cuadrado, cubo o círculo. Me llama la atención abstraer esa geometría de los objetos que veo todos los días. En realidad me gusta mucho la matatena con sus seis brazos y un centro, muchas de mis obras parten de la inspiración de un juguete popular, la matatena en particular es un formato que me permite experimentar diversas formas”, refiere.