“Del Tepeyac al Sangremal: una Divina Peregrina” es la exposición recién inaugurada en el Museo de Arte de Querétaro, en la que se ofrece un viaje artístico a través de los siglos que enmarcan la trascendencia de la Virgen de Guadalupe como símbolo de identidad cultural, así como de unión y fe, siendo la máxima expresión de sincretismo.
La colección pertenece en su mayoría al coleccionista, curador y anticuario Rodrigo Rivero-Lake, quien reúne alrededor de 50 piezas pictóricas y escultóricas que datan de diferentes siglos; desde el XVII hasta la actualidad, mostrando diversos pasajes e interpretaciones artísticas tanto de pintores mexicanos, españoles, exponentes del arte novohispano e incluso de feligreses e indios caciques, ofreciendo una multitudinaria mirada de la "Guadalupana" a través de la historia.
Esta muestra, hace hincapié en la riqueza y expresión en torno al arte sacro dirigido a la Virgen, la variedad estética desde dónde figura en las distintas interpretaciones y en la trascendencia de la imagen no sólo en lo religioso, sino en su icónica presencia en la historia de México como estandarte de unión, lucha y representación de los mexicanos quienes la han apropiado como la madre de la nación.
"La curiosidad me llevó siempre a investigar e indagar sobre la Virgen además de la tradición familiar católica de la que vengo. Mi padre fue cristero de niño, entonces siempre tuve un poco la inclinación hacia la Virgen de Guadalupe como un emblema. A donde vaya, siempre me he encontrado con representaciones variadas de su estampa incluso en los rincones más recónditos del mundo (...) Más allá de lo religioso, creo que es un ícono que me une con lo mexicano y con este país que tanto amo", compartió Rodrigo Rivero-Lake en entrevista para Diario de Querétaro.
Durante la ceremonia de inauguración, se precisó que la Virgen de Guadalupe es el símbolo más festivo del catolicismo y ha sido un símbolo de unidad, de fe y hermandad para la población mexicana; se reveló que hasta el 2020 la comunidad católica denominada como "Guadalupana" ascendía a 97.9 millones de mexicanos, lo cual, habla de una importante referencia cultural que a su vez tiene una relación simbólica como sinónimo de matriarcado en el país.
La historia cuenta que "La divina peregrina" hizo su aparición ante el indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en el año de 1531 en el cerro del Tepeyac; un lugar sagrado para el pueblo náhuatl por tradición, donde se veneraba desde tiempos remotos a la deidad femenina Tonantzin. A partir de esta aparición le fue encomendado a Juan Diego la construcción de un templo, petición que hiciera a Fray Juan de Zumárraga, ante quien reveló la imagen milagrosa en el ayate.
Desde entonces, la imagen la Virgen de Guadalupe ha sido representada por muchos artistas y artesanos, dando pie a una gran tradición que se enraizó también en expresiones como la música, la poesía y la literatura, así como en las tradiciones y las peregrinaciones de miles de fieles que año con año la visitan en su templo: la Basílica de Guadalupe.
Dicha devoción se manifestó también en el estado de Querétaro con la aparición de la Santa Cruz en el cerro del Sangremal, donde Fernando de Tapia dirigía sus tropas contra el ejército chichimeca y a partir de ello diera término a la lucha tomando posesión de la región y heredando una tradición que perdura hasta la actualidad y que ha sumado a su historia la presencia de la Virgen de Guadalupe.
La exposición tendrá permanencia hasta el 10 de marzo del 2022 y estará abierta al público de manera gratuita de martes a domingo, de 12:00 a 20:00 horas.