Denuncia violencia con “Puñaladas”

Lechedevirgen Trimegisto vierte una crítica a los discursos  del orgullo/gay pride y pinkwashing como parte del problema

Donna Oliveros | Diario de Querétaro

  · viernes 23 de junio de 2023

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro


Con Puñaladas, el autor queretano expone la crudeza en torno a los crímenes de odio cometidos contra quienes se asumen dentro de esta comunidad, “en un contexto nacional donde el 24.3% de los asesinatos por homolesbobitransfobia son cometidos con armas blancas punzocortantes y en un país que encabeza el segundo lugar con mayor número de asesinatos a personas trans a nivel mundial”.

Con materiales de archivo, registros de performances y una serie fotográfica, Lechedevirgen Trimegisto también vierte una crítica a los discursos del orgullo/gay pride y el pinkwashing, un concepto que describe las estrategias políticas y de marketing que instituciones y empresas utilizan para mostrarse como simpatizantes del movimiento LGBTIQ+ a fin de ser vistos como progresistas, modernos e inclusivos.

Marcha del Orgullo y Dignidad LGTB+ de Querétaro, se realizó en un ambiente festivo. Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

El autor habla de todos estos temas en primera persona y retoma para ello trabajos realizados entre los años 2012 y 2022. El último es una serie de autorretratos realizados en los lugares donde fueron asesinados el activista Octavio Acuña, (21 de junio de 2005) y el diseñador de imagen y estilista, Héctor García (21 de junio de 2022).

“En ambos casos no se quiso reconocer la vía de investigación de crimen de odio, porque el Estado no quiere, desde hace tanto tiempo, aceptar que en Querétaro ocurren temas de discriminación y de estigma y de violencia hacia las poblaciones LGBT. Prefiere nombrarlos como crimen pasional, robo o utilizar otro tipo de términos que no describen la situación real. De eso también trata Puñaladas”, asiente el artista.

“Yo no siento Orgullo, yo siento rabia”

Para Lechedevirgen Trimegisto es importante que las banderas arcoíris no nos imposibiliten ver el bosque de violencia que aún existe contra la comunidad LGBTIQ+, sobre todo cuando se usan conceptos que provienen de otros contextos como el Pride, que no describen la realidad social de nuestro país.

“Al momento de traducirlo, lo que ha provocado es que la gente aquí en México lo capitalice, haga pinkwashing, rainbow washing… que se venda la idea, se mercantilice. Básicamente, todo lo que tiene que ver con la palabra pride en México es un negocio que no tiene ningún tipo de conciencia política o de clase, que no le interesan las vidas de las personas que supuestamente representa y que, por supuesto, no están luchando en un frente, ni tampoco tienen una posición política ni mucho menos disidente. El pride, para mí, es parte del problema (…) Por eso me interesa seguir poniendo el dedo en la llaga de la rabia ,porque no es posible que siga habiendo asesinatos y crímenes de odio a la par que aparecen cada vez más productos con el arcoíris”.

Su frase “Yo no siento Orgullo, yo siento rabia” sintetiza esta crítica, y ha sido reapropiada por muchos colectivos, investigadores y artistas desde que el autor la incluyó en un texto del 2014.

En la exposición Puñaladas, Lechedevirgen también la integra como un diálogo abierto y extendido sobre la situación actual de las disidencias sexuales en el estado.

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

Pensamiento puñal

El título de la exposición Puñaladas engloba gran parte de su trabajo performático, pero también referencia a un texto que escribió hace 10 años, y que abonó a las discusiones sobre la disidencia sexual y lo cuir en Latinoamérica.

Se trata de Pensamiento puñal, un ensayo que recoge múltiples reflexiones en torno a la identidad mexicana, la sexualidad, el género, el cuerpo y la propia vulnerabilidad del autor, y que muchas personas han tomado como manifiesto.

Un extracto del texto también se puede leer en la sala, aparece como un posicionamiento político en el que Lechedevirgen aclara por qué prefiere el apelativo puñal, antes que el de gay u homosexual.

Iniciativa por los derechos de la comunidad. / Foto: Cesar Ortiz / El Sol de San Juan del Río

“Hoy en día defender la palabra homosexual es volver a legitimar el discurso patológico, porque fue una palabra que se utilizó para definir una enfermedad, cuando ya podemos nombrarnos de otras maneras. En lo particular no me identifico con ellas, yo no creo estar enfermo de algo que tiene que ver con mi identidad. Y tampoco encajo en una cuestión gay, porque lo gay es también un concepto blanco del norte, anglosajón, que no me describe y que aparte fue una palabra que se utilizó como para quitarle el peso negativo [a la disidencia sexual], para que nos aceptaran, para que nos toleraran; porque gay en inglés significaba primero feliz, como happy, y puede que haya sido utilizado para describir a alguien que es muy colorido, muy feliz, muy festivo. Yo no soy así. A mi no me representa eso, mi tono de piel ni siquiera me permite entrar en ese término de lo gay. Yo me identifico más con la palabra puñal, en aquel momento así fue cuando escribí Pensamiento puñal.

“Es una crítica tanto a lo Queer como a los crímenes de odio y a la violencia en términos de raza, clase y género; quizás ahora es un debate muy en boga pero hace 10 años no lo era, al menos en México había poca gente hablando desde esta perspectiva interseccional”.

A partir de este ensayo, Lechedevirgen creó un universo estético del que surgió un performance donde el artista resignificó lo anal y la penetración a través del uso de puñales.

“Buscaba contrarrestar la idea de que un cuerpo que es penetrado es débil, sumiso, como con menos valor; porque a nivel social, en casi todas las culturas, el cuerpo que penetra regularmente se asocia a lo masculino, a lo dominante, al que tiene el poder; mientras que el cuerpo penetrado es un cuerpo que está sometido. Y para mí eso es una ficción que legitima al patriarcado. Lo que quería era darle la vuelta a ese discurso y al ano que en términos históricos ha sido entendido como un lugar tabú, donde todavía hay muchos prejuicios.

“Lo que hice en el performance fue introducirme uno de los puñales por el mango, de tal manera que la imagen es mi cuerpo con un puñal saliendo del ano, y para mí eso tenía que ver con una vuelta de tuerca a ese discurso; era decir que este ano penetrable también es un lugar de poder, de empoderamiento, y por supuesto es como una especie de ofensiva ¿no? Un ano que tiene un cuchillo es un poco como la vagina dentada que puede decidir quién la penetra o quién no la penetra.

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“Sin embargo, el trabajo fue catalogado como un acto pornográfico y causó un revuelo muy grande que hizo que la gente dijera que mi trabajo era nada más exhibicionismo, que no tenía nada de valor; que solamente buscaba meterme cosas en el culo y que eso era todo lo que yo hacía. A la fecha hay gente que todavía piensa eso, habla de la homofobia que existía en aquel entonces y que todavía existe y hay que decirlo, muchas de esas críticas vinieron de la comunidad artística, donde uno pensaría que hay más apertura”.

En Puñaladas, Lechedevirgen también integra los puñales de este performance.

Cabe mencionar que la colección se podrá visitar en Galería Municipal Rosario Sánchez de Lozada, hasta el 31 de julio. La entrada es libre.