Esmeralda Néresis es una artista queretana que creció rodeada de mujeres dedicadas a la sanación. Su abuela, María de Jesús Nieves, fue una reconocida curandera de el barrio de El Tepetate y quien la acercó desde muy pequeña al misticismo de la cartomancia y la lectura de palmas. Esta conexión entre ella y su abuela se puede apreciar en Aprendiz de wicca (2021), una de las 12 piezas que conforman su nueva exposición titulada Fascinare homo maleficarum, el retorno de las diosas.
“Esta obra representa mucho mi historia; mi abuela era sanadora, era curandera en El Tepetate y todo el barrio la conocía; todos esos conocimientos nos fueron heredados a todos mis primos, a todas mis tías, digo orgullosamente que tengo a muchas sanadoras en casa que leen las cartas, que te preparan un remedio para lo que necesite tu cuerpo, que te aconsejan, que sanan el corazón… por esta razón la pieza es un símbolo de cómo se va transmitiendo este conocimiento de generación en generación”, explicó la artista en un recorrido por la colección, que actualmente se puede visitar en el Museo Anbanica de Historia (MUSAH), ubicado en el municipio de Corregidora.
“¿Y tu eres chamán?”, le preguntó a la artista una mujer de entre el público: “No, pero quisiera… tengo algunos conocimientos”, respondió.
Sin embargo, aunque Esmeralda Néresis no se asume como tal, comparte que desde hace algunos años se ha dedicado a explorar, a través de su arte, esta labor no reconocida por la ciencia, así como la espiritualidad y el poder místico que habita en las mujeres.
En la mayoría de los cuadros, la también terapeuta muestra a mujeres acompañándose, “haciendo brujería” para sanarse física y emocionalmente una a la otra; rompe con los cánones de belleza y estereotipos para presentar a mujeres reales explorando su bosque interior para encontrar una respuesta a sus vidas.
“Mujeres entregadas a la danza del fuego, desnudas, en un éxtasis total… sin pudor“ describe Esmeralda Néresis sobre la pieza Lilith y sus hermanas, que se desprende de una experiencia grupal con mujeres, quienes luego de un ritual de sanación posaron desnudas para la artista.
Asimismo, la colección explora conceptos relacionados con la libertad y el amor propio; como en Aquelarre (2020), una obra que muestra a la hija de la autora bailando en la calle en un gesto espontáneo, y el autorretrato titulado El espejo, el reloj y el hilo (2020), donde un hilo rojo une a Esmeralda Néresis con su propio reflejo.
Finalmente, la artista refiere que las obras de esta colección, que pertenecen a diferentes años, buscan ofrecer otra visión sobre el chamanismo y la brujería, que se va transformando no solo en el discurso sino también en los materiales.
“Los formatos han sido muy cuestionados, muchos colegas dicen: `cómo pintas sobre el acrílico, el acrílico es muy frágil´, pero también tiene su espíritu de conservación, y quizás no tiene que ser para siempre, también hay que dejar esa idea de que todo tiene que ser eterno. Lo que importa es transmitir la idea y que pictóricamente encontremos nuevos discursos, nuevos materiales que nos atrevamos a hacer diferentes cosas. Siempre estoy pensando en cómo darle la vuelta a mi propio arte”, puntualiza.
Fascinare homo maleficarum, el retorno de las diosas permanecerá vigente en MUSAH hasta el 8 de julio. Se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. El acceso es gratuito.