Memoria, nostalgia y espacio convergen ahora en los pasillos de la Galería Libertad. Como parte de su sexta temporada de exposiciones, se inauguraron cinco exhibiciones de arte contemporáneo que van desde el óleo, acrílico, arte instalación y acuarelas.
Como complemento de la experiencia, se ha colocado en las salas de exhibición la cabina inmersiva Modelo para armar, en la que a través de un video el público puede conocer el proceso creativo detrás de una pieza musical que fue realizada en pintura por un grupo de personas, y luego interpretada musicalmente por instrumentistas.
El video tiene una duración de 10 minutos y retrata de forma genérica lo que sucedió durante este experimento en el que las y los participantes, de todas las edades y no precisamente músicos, utilizaron materiales como pinturas, papel, cartón, conos de huevo, etcétera.
Sobre las nuevas colecciones
Memorias fragmentadas de Axel Lemaire, es una serie de postales abstractas de situaciones cotidianas – reuniones familiares, la mañana antes de ir a la escuela, una tarde con los amigos–, en las que el autor juega con la fragilidad de la memoria: “muchas veces, cuando intentamos rememorar un evento, tendemos a olvidar ciertos aspectos de lo acontecido, esas deficiencias del recuerdo serán plasmadas a través de alteraciones redundantes que transformarán parcialmente el contenido y la composición de la fotografía original”, se puede leer en el texto de sala sobre la propuesta.
También se podrá encontrar en la galería la propuesta minimalista de Joaquín Seguí: Lo que deja fuera el abismo, una colección queresulta un golpe de realidad para el público. Mediante una serie de brújulas disparejas, el artista toca el tema del distanciamiento entre los hermanos, a la cual él describe como la separación más difícil de afrontar.
El autor se inspira en su propia relación con sus hermanos menores, Clara, Felipe y Simón: “Un vacío empezó a crecer entre nosotros y comenzamos a crecer como extraños”, explica el artista dentro de la descripción de su obra.
En un intento de buscar una solución, o explicación a este abismo que se profundiza entre los hermanos cuando cada uno crece, Joaquín decidió reunirse con ellos una vez al año para realizarles una serie de preguntas sobre sus vidas, las cuales le permitieron ver el rumbo que estaban tocando.
Desde el 2015 empezó a realizar esta serie de pinturas donde diversos factores juegan un papel determinante, como lo son los estudios, los trabajos, las casas en las que han vivido, etcétera. Muestra cómo el archivo familiar siempre deja abiertas algunas heridas, construye puentes entre las distancias o los abandonos, va uniendo líneas de tiempo, espacios geográficos y, sobre todo, da una excusa para comprender desde el lugar en el que cada quien está posicionado.
Su obra relata la forma en que en las cosmogonías familiares cada suceso marca de manera definitiva a todos los miembros y con el tiempo los elementos se van separando para ir armando sus propios sucesos que marcarán a alguien nuevo y así sucesivamente.
La Sahuazul también participa con la colección IncenDiarios. En ella expone una propuesta interdisciplinaria que fusiona el arte y la literatura al acompañar sus cuadros de acuarelas con fragmentos de poesía que los nutren de poder simbólico.
Se observan en la propuesta diversas secuencias de una hoguera y del fuego consumiendo el paisaje, representaciones que más que ser devastadoras, resultan un mensaje de renacimiento, algo así como un fénix saliendo de las cenizas: “Siempre el fuego, la constante es la belleza, la ternura y sumisión de la naturaleza que sucumbe a su ferviente abrazo. El fuego es parte de la luz, el aroma y el sonido en un instante, cuando el dolor fulgura y como una estrella, nace el poema”, redacta la artista.
Acompañando su narrativa poética y artística, se posiciona la instalación de Gerardo Montoya, denominada Leña muerta, donde el autor presenta una especie de altar, un camino de leña que recorre parte de la pared y avanza hasta la mitad de la habitación. Al término de la pasarela se encuentran unas figuras humanas de leña, fragmentadas, incompletas.
El artista plantea el descanso de la leña muerta, pedazos de los árboles que caen al suelo de forma natural y que las personas suelen recoger para usar. Se cuestiona esta práctica, porque los cadáveres humanos y de animales no tienen este mismo destino, señala el autor.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Prosigue a enlistar la serie de actividades y prácticas en las que se utiliza nuevamente esta leña, que aunque está muerta parece que sigue viva: “¿Este rito energético será suficiente para que la leña muerta descanse en paz? O es que no hemos entendido lo que significa la vida, es decir, la muerte”, puntualiza.
Las exposiciones pueden visitarse de martes a domingo, en horario de 10:00 a 20:00 horas; Galería Libertad se ubica en Andador Libertad, número 56, en el Centro de Querétaro; la entrada es libre.