Los exvotos son muestras de agradecimiento a un ser divino; usualmente es Jesús o la Virgen María –aunque algunos pueden no estar relacionados con el catolicismo–, en los que los creyentes agradecen a la deidad por algún milagro concedido.
Son escenas pintadas a mano en las que se describe cómo ocurrieron los hechos y también se plasma a las personas y los santos que intervinieron. Las situaciones reflejadas en los exvotos pueden ser variadas y muchas veces hasta cómicas y picarescas, por lo que se han convertido en parte del folclore mexicano, aunque su fin es meramente religioso.
Desde cerdos que son abducidos por un platillo volador, una pareja de amantes que tiene sexo sobre una pirámide, una madre desesperada porque su hijo fuma mariguana y no tiene trabajo, hasta apariciones demoniacas como presenciar al mismo satanás, brujas y fantasmas; las historias reflejadas en los exvotos son infinitas.
De hecho, en Querétaro se tienen cientos de votos dedicados a la Virgen de los Dolores de Soriano y la investigadora Olivia Solís Hernández, se ha dedicado a estudiarlos y ha difundido sus hallazgos a través de ensayos y conferencias.
En su investigación titulada Iconografía de la Virgen de los Dolores de Soriano, vista a través de sus exvotos (2021) habla de los 811 exvotos que que fueron localizados en la Basílica Menor de Soriano (en el municipio de Colón), mismos que fueron catalogados en la década de los 90.
“Como documento, los exvotos pueden ser leídos de múltiples formas. Por un lado, por su confección material, dando cuenta de soportes, técnicas pictóricas, origen de sus pintores, tradición estética, etc. Por otro lado, desde la historia puede ser interpretado también de muchas maneras pues usándolos como fuente puede estudiarse a través de ellos los diversos procesos históricos por los que ha atravesado la región donde se asienta su culto, por ejemplo: guerra, enfermedades, conflictos sociales, entre otros. Desde la perspectiva de la religión también pueden ser estudiados como evidencia de lo que se ha denominado como religiosidad popular”, señala en dicha publicación.
Luego de estudiar dichos exvotos, Solís Hernández también ha identificado cuáles eran los miedos de la sociedad de aquella época (Siglos XIX y XX) pues estos se reflejan en los milagros solicitados.
“Lo primero que se manifiesta es el miedo a muchas cosas, hay miedos muy próximos que vienen de la naturaleza y hay otros miedos que vienen de lo social y que no por eso nos deja de angustiar, cuando empiezo a ver el miedo como una constante y cómo la gente recurre a lo religioso para hacer frente a esos miedos.
“Cuando yo empiezo a ver estos exvotos encuentro miedo a perder los animales, en un contexto rural en el que la gente vive al día y tiene a su vaca o su caballo, de pronto perder algún animal es también perder la subsistencia, se pone en riesgo la vida de la familia, el animal representa mucho. Encuentro miedo a perder a una persona, encontramos varios exvotos en donde se pierden niños y le piden a la virgen y después está el testimonio de gratitud por haber encontrado a ese niño. Está el miedo a enfermedades típicas de esa época, el miedo al parto y a las enfermedades que vienen después del parto, está el miedo a las diarreas, toses, no tenían en ese momento ni el conocimiento ni el medicamento para curarlas, entonces la fe es la alternativa”, detalló la investigadora en una entrevista realizada por el director del Museo de Arte Sacro, José Niembro en el año 2020.
En esta misma entrevista Olivia Solís Hernández señala que la gran mayoría de los exvotos a la Virgen del Soriano fueron realizados por mujeres, siendo ellas las que permanentemente pedían favores y de igual forma agradecían por los milagros.
Quienes deseen conocer más sobre los exvotos, pueden visitar el Museo de los Milagros en el municipio de Colón. Se encuentra abierto de 9:00 a 18:00 horas y de acuerdo con la página de la Secretaría de Cultura Federal el exvoto más antiguo en sus instalaciones data de 1823, pocos años después de la Independencia.