Museo de los Conspiradores: un paseo por la historia entre murales

Desde los primeros chispazos que sembraron la idea de un país independiente, hasta las secretas tertulias en Querétaro que consolidaron la guerra de 1810

Alma Gómez | Diario de Querétaro

  · jueves 1 de diciembre de 2022

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

En una antigua casona del siglo XIX, ubicada en el número 18 del andador 15 de Mayo, en el corazón del Centro Histórico, se encuentra desde el 2015 el Museo de los Conspiradores, único recinto en el estado dedicado a la historia de la Conspiración en Querétaro, encabezada por los corregidores.

Se conforma por tres salas de exposiciones temporales y cuatro salas permanentes, estas últimas ubicadas en la planta alta. Cada una de estas salas está dedicada a un momento histórico, y no sólo se centran en la Independencia de México, sino también en aquellos momentos que antecedieron y motivaron la revuelta encabezada por el cura Hidalgo.

En dichos espacios se cuenta la historia desde 1772 hasta 1824, y los hechos se narran a través de hermosos murales realizados por Enrique Guillón Sáenz, Tania Quezada, Rolando Sosa, Osiel Guerrero, Carmen Ávila R. Lorena García Teruel, Guillermina Romero Neri, Ezequiel Frías Alcántara, Nanzy Meh, Sergio Alfaro, Pablo Moya Sánchez y Diego A. Cruz García, bajo la dirección de Gonzalo García.

De igual forma los ornamentos y los textos de sala están realizados a mano. De esta forma, a través de los muros conocemos importantes momentos históricos en los que Querétaro fue pieza clave para desencadenar la Guerra de Independencia.

En la primera sala, los murales hacen referencia a la Revolución Francesa y a la independencia de las trece colonias de Estados Unidos, movimientos que sembraron en México la semilla de la independencia.

“Aquí se habla de la Revolución Francesa, donde se derrumban a las monarquías; los murales se basan en pensadores políticos de aquella época y son cuadros que nos evocan a ese movimiento que sembró en México esta idea de ¿Por qué no somos iguales ante la ley? También se habla de la independencia de las trece colonias de Estados Unidos. La sala también cierra con una litografía de los lugares más representativos de Querétaro en el virreinato, tiempo en el que se conocía a Querétaro como La Jerusalén de Tierra Adentro, por su gran presencia de conventos que se apreciaban desde lo lejos”, explica Christian Arredondo, director de este recinto.

En la segunda sala se abordan los diversos conflictos políticos en España a inicios de 1800, una crisis de sucesión de la corona.

“Vemos representaciones de cuadros de Francisco Goya y también de Velázquez, al centro vemos a los protagonistas de la sucesión española, Napoleón Bonaparte, su hermano José Napoleón, entre otros”, señala.

La tercera sala, y quizá la más importante de todas, se centra en la participación de Querétaro en el movimiento de Independencia. Con un enorme mural de tipo realista, se aprecia una de las famosas tertulias en donde las conspiraciones se llevaban a cabo en diversas casonas de la capital. En esta imagen se aprecia a los corregidores Miguel y Josefa Ortiz acompañados de otros personajes como Ignacio Pérez y los hermanos González.

También se muestra al cura Hidalgo e Ignacio Allende, aunque eso sí, en segundo plano, para no restar importancia a los conspiradores queretanos.

“En la tercera sala se habla propiamente de la Conspiración en Querétaro, el mural principal es sobre los conspiradores y las figuras centrales son Miguel y Josefa Ortiz, acompañados de otros personajes. Si te das cuenta, a Hidalgo y Allende los ponen pero no en el punto central, porque los historiadores han coincidido que el cerebro de la conspiración y el diseño de la lucha política fue de los conspiradores en Querétaro, aunque el bomberazo cayó finalmente en Hidalgo, pero él no lo habría logrado sin los conspiradores, recordemos que Hidalgo no tenía conocimiento de armas ni tampoco de gobierno. En este mural también se representa el aspecto cultural de la tertulia, la música y lectura de poesía, porque eran fiestas, platicaban de política pero después venía el baile, el teatro y todo lo demás”, dice.

Finalmente, en la cuarta y última sala, se explican las razones del triunfo de la Independencia.

“Aquí vemos el papel del cura Morelos, de 1812 a 1816 es el que va a encaminar a todo el movimiento con diversos adversarios políticos, él propuso que en el caso de que México se independizara tenía que convertirse en una república y olvidarse del régimen monarquista. Morelos dice que la ruptura tiene que ser total, olvidarse del modelo monárquico. Para el cierre del discurso museográfico tenemos el papel de Agustín de Iturbide y cómo se logra la independencia a través de un pacto militar y político entre él y Vicente Guerrero”.

Para Christian Arredondo este no es solo un recinto importante por la historia que se cuenta en sus muros, sino por la calidad del trabajo hecho a mano y los trabajos de restauración necesarios, para convertir esta antigua casona en un museo.

Antes de la pandemia, el Museo de los Conspiradores recibía un promedio de 60 mil visitantes al año, posicionándose como uno de los museos más concurridos de la entidad. Se espera cerrar este 2022 con una cifra cercana a esa cifra, pues las actividades se han retomado una vez pasada la contingencia sanitaria.

El Museo de los Conspiradores es de libre acceso, se puede visitar de martes a domingo en un horario de 10:30 a 18:00 horas.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

Sobre la casona

Antes de convertirse en el Museo de los Conspiradores, la casona perteneció a varias familias que por supuesto la habitaron. El último dueño de esta finca fue el rector fundador de la Universidad Autónoma de Querétaro, Fernando Díaz Ramírez, quien la adquirió en 1930.

Al fallecer en 1981, su hijo Fernando Reyes Retana la habitó unos años más e incluso la convirtió en su notaría. Posteriormente fue vendida al gobierno del estado, dependencia que finalmente la convirtió en el recinto que ahora conocemos.

Foto: Cortesía | Museo Histórico de la Sierra Gorda

Los trabajos de restauración estuvieron a cargo de Rosa Estela Reyes (actual delegada del INAH- Querétaro); el guión museográfico es de Manuel Oropeza; la dirección de arte estuvo a cargo de Crisanto Frias, y la investigación histórica fue coordinada por Margarita Espinosa Blas, realizada por Lourdes Samohano Martínez y Cecilia Landa Fonseca.

La pintura mural ornamental fue realizada por Carlos Herrera Aguilar, Armando González Montes, Vivian Laura Lavin Cabezas, María Gpe. Sánchez Olvera, Verónica Trujillo García, Juan Carlos Morales, Giovanni Aguilar Olvera, Melissa Sue Acevedo, y José Luís Ulloa, bajo la dirección de Azucena Germán.

La tipografía es de Abraham Lule Oyervides y la caligrafía de Francisco Javier Espino.

“Es una casa de estilo ecléctico, porque tiene fachadas propias del siglo XIX y adentro tenemos viguerías que son de estilo virreinal, pero las arcadas interiores son del neoclásico, la mampostería es un estilo ecléctico que también es muy propio de Querétaro. Se decidió convertir el recinto en Museo, y se eligió el tema de los conspiradores por la importancia histórica, y porque no hay otro recinto en el estado especializado en este hecho histórico”, refiere Arredondo.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro