Un museo de Tokio ofrece desde este jueves 455 xilografías elaboradas durante más de dos siglos, en una de las más completas muestras del arte conocido como "ukiyo-e", que sirvió como inspiración para los pintores impresionistas del siglo XX.
Las piezas de 60 artistas presentadas en el Museo de Arte Metropolitano de Tokio incluyen "La Gran Ola de Kanagawa" de Katsushika Hokusai (1760-1849), considerada como la obra de arte nipón más difundida en todo el mundo.
El repaso del arte de grabados en madera comienza en sus orígenes, en la Era Enpo (1673-1681), hasta mediados del siglo XIX, cuando las xilografías niponas comenzaron a asimilar técnicas e influencias de tierras lejanas.
Se trata de una reunión de colecciones de tres museos (el de Ota, el de Ukiyo-e de Japón y la Fundación Hiraki de Ukiyo-e), y es la primera vez en la que se reúnen estas colecciones en un solo lugar. La exposición estará abierta hasta el 22 de septiembre.
El arte de grabar en madera comenzó con autores como Hishikawa Moronobu, primero con xilografías en blanco y negro a las que después de agregaron pigmentos naranjas y encarnados, hasta que con el tiempo llegaron a convertirse en imágenes policromáticas.
Esta técnica tuvo su apogeo en Edo, actualmente Tokio, en la segunda mitad del siglo XVII, e implicó una popularización del arte porque se podían hacer una impresión masiva de los grabados en madera.
El arte de "ukiyo-e" recogía escenas domésticas, paisajes, retratos de mujeres con sus mejores adornos, renombrados actores con rostros que expresan furia y escenas de kabuki o teatro tradicional japonés.
Algunas veces se utilizaba para abanicos y otras para tarjetas de regalos, pero fundamentalmente para impresiones de tamaño medio que se conservaban en hogares del Japón antiguo como símbolo de estatus.
Fueron creaciones que ejercieron influencias siglos después de sus orígenes en el arte modernista e impresionista y en el cubismo.