San Juan Bautista, El Rey David y Dante Alighieri, son solo algunos de los grandes personajes de la historia de la humanidad que el pintor francés Thibault Barrère ha plasmado en sus lienzos, mismos que actualmente se exponen en el Museo de Arte de Querétaro, donde tendrán permanencia hasta el 5 de febrero del 2023.
La exposición lleva por nombre Finis gloriae mundi (El fin de las glorias mundanas), en ella se muestran diversas piezas en distintas dimensiones en las que Thibault Barrère no solo pinta a personajes históricos, sino también autorretratos y momentos importantes de la historia y la religión, así como personajes mitológicos, como Las Moiras en las que se representa a Cloto, Láquesis y Átropos, tres mujeres que hilan la vida de los mortales, creando el inicio, la longitud y el fin de la vida humana.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura de Querétaro, en la colección “el autor contemporáneo rescata los valores estéticos e ideológicos de los movimientos de los siglos XVII a XIX, del viejo continente”. Y menciona que el título de esta exposición “remite al famoso cuadro del pintor barroco sevillano Juan de Valdés Leal, en donde se enmarca una crítica imperante a la iglesia católica, en el periodo más álgido de la Contrarreforma durante el medioevo”.
En la pieza Los Ciegos el artista representa un pasaje bíblico en el que se muestra a unos fariseos ciegos que guían a otros ciegos. “Esta parábola nos habla del ignorante guiando al ignorante, hecho que en la era tecnológica, dos mil años seguimos padeciendo”, señala el artista en la descripción de su obra.
Erick Castillo describe el trabajo del artista de la siguiente manera en el texto de sala: “El imaginario de Barrère se puede interpretar en dos sentidos: como una meditación simbólica sobre los temas límite de la existencia (vida, muerte, naturaleza, pensamiento, destino, libertad, belleza, locura, afectos, soledad, redención), y como una reflexión circular sobre el ser de la pintura desde la iconografía de la pintura misma. En la singular visión de Barrère se advierte, por un lado, una reflexión mítico-filosófica, con momentos irónicos, que cuestiona la arrogancia y la desmesura humanas. Y por otro, el fluir de una meditación melancólica, considerada durante el Medievo y el Renacimiento como una patología del alma humana, la melancolía sería suscrita y practicada más tarde como el arte exquisito de la subjetividad iluminada”.
Castillo considera que el arte de Thibault integra imágenes alegóricas de importantes períodos históricos que aún están vinculados con hechos de la modernidad. Y en esto coincide también el propio autor, quien señala: “Mi trabajo retoma escenas mitológicas, religiosas, filosóficas, alegóricas e históricas para brindar una nueva interpretación sobre ellas. Estos temas, siempre atemporales, continúan siendo relevantes, y me aventuraría a decir que ahora más que nunca. Su objetivo primordial es crear un diálogo con su observador, y generar conciencia sobre la forma en la que los hombres actuamos y vivimos, y para mí éste será el trabajo de toda una vida”.
El artista francés también explica en distintos textos que acompañan a sus obras, que en la era Barroca los bodegones eran el género más básico de pintura, seguidos por los paisajes y más arriba de estos se encontraban los retratos y en lo más alto de la jerarquía estaban las pinturas históricas. Este último era un género que retrataba y glorificaba grandes eventos históricos, parábolas religiosas, pasajes de la mitología, ideas de la filosofía, escenas de la literatura y poesía en forma de alegorías.
“Estas pinturas capturan la esencia humana en sus mejores y peores momentos; son un constante recordatorio de lo que fuimos y somos, las historias que nos formaron, aquellas que nos han traído hasta el día de hoy. Estas pinturas son, de alguna forma, las páginas más importantes del diario de la humanidad, y con mi obra quiero formar parte de ellas”, señala Thibault Barrère .
Dicha exposición se encuentra en el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en la calle Ignacio Allende Sur #14, Centro Histórico. Puedes visitarla de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, la entrada es libre.
