Para la artista plástica Alicia Amador, los últimos dos años representaron un intenso aislamiento social a causa de la pandemia, pero también un periodo de reflexión y creatividad en el que pudo realizar Danza, su más reciente colección que será inaugurada hoy en el Museo de la Ciudad.
La serie está compuesta por 30 piezas en las que la autora reflexiona sobre la mezcla de emociones vividas a causa del encierro social debido a la contingencia sanitaria.
En cada uno de sus cuadros, explica, busca reflejar la lucha entre el bien y el mal, dos fuerzas que a pesar de ser tan distintas, coexisten en nuestro interior. Una lucha que ella reinterpreta como una danza, de donde surge el concepto de su actual exposición.
“Reflexiono sobre la sensación de intimidad que experimentamos durante los últimos años, y la serie habla un poco del movimiento entre el bien y el mal, la sensación de cómo danzan estas dos fuerzas dentro de nosotros".
También habla de las limitaciones experimentadas durante el encierro, por ejemplo, la cero convivencia social, la falta de caricias y contacto físico con los seres amados.
Alicia Amador refiere que la principal inspiración para iniciar cada una de las piezas que conforman su colección, para los que usó pintura, dibujo y gráfica, vino de un poema de William Blake El matrimonio de cielo y el infierno, en el que habla de la lucha de estas dos fuerzas, reflexión que con el paso de los meses de convirtió en una autoexploración de sus propios sentimientos.
“Es un trabajo muy personal basado también en el poema de William Blake, El matrimonio del cielo y el infierno, y habla del movimiento de estas dos piezas, que no se unen pero que forman parte de lo que somos. Todo esto comenzó con esta reflexión y después se volvió más sobre la sensación del encierro, donde lo carnal se diluía en el `no tocar, ni ver gente´, es una reflexión personal sobre el cuerpo, el movimiento, la necesidad del desfogue, de volver a lo que éramos antes de la pandemia.
“Me fue muy complicado arrancar con esta serie, el primer cuadro que se llama Desde las entrañas me costó mucho, fue muy complejo el sentir que había realmente un movimiento en la pintura”.
La exposición cuenta con curaduría de Ana Elena González, quien sobre la colección destaca el abordaje que la artista hace sobre la participación de la mujer en las artes y en la sociedad en general. Y de hecho, celebra que la exposición sea montada en la zona donde anteriormente se encontraba el horno del convento de Capuchinas, pues el trabajo de la artista siempre identifica los roles y estereotipos establecidos para la mujer, como la cocina, la familia y el calor del hogar, para luego transformarlos.
“La sala donde se expone es la zona de los hornos del convento y eso nos encanta porque esta obra tiene que ver con lo cotidiano, con la idea de cuestionar los valores preestablecidos para las mujeres, la cocina, la familia, etc.; el encierro la ayudó a explorar nuevas formas. Fue un trabajo de mucha introspección, el encierro fue como voltearse a ver a ella misma, es una curaduría muy orgánica sobre la idea del papel de las pintoras, que es algo recurrente en el trabajo de Alicia”, comenta.
Alicia Amador señala que, a pesar de las consecuencias fatales que ha dejado a su paso la pandemia de Covid-19, para ella también significó un espacio de total privacidad, sin distractores, en el que pudo concentrarse en su trabajo como pintora.
La exposición se inaugurará hoy a las 20:00 horas en el Museo de la Ciudad, donde tendrá permanencia hasta el 31 de julio. La entrada es gratuita.
Su trabajo puede consultarse en la página liciaamador.com y en su cuenta de Instagram @aliciaamadorh.