Filulas Juz, creatividad en un proceso de exploración

Alondra Jiménez

  · domingo 16 de abril de 2017

Fotos: Martín Venegas

Cada vez más propuestas musicales nacen con la iniciativa demostrar al mundo un sonido distinto en el que indagan en losdistintos estilos musicales para crear un propio sello. EnQuerétaro desde el 2012 la agrupación Filulas Juz comenzó unproceso de experimentación dentro del jazz, con una mezcla defunk, post rock y hasta hip-hop que genera una propuesta que sebasa en una fusión contemporánea instrumental con un equilibrioentre cada uno de los estilos que combina.

Integrada por Adriano Morales (batería),  José Javier(flauta), Armando Cuevas (guitarra) y Luis Marín (bajo), la bandaha participado en diferentes festivales de jazz a nivel nacional eincluso con cierta proyección internacional. Su primeraproducción discográfica que fue catalogada dentro de la lista de"Excelentes discos latinos" entre los mejor del 2015 de la revistade música Rolling Stone México. Desde hace unos meses, la bandase sumergió en el estudio meses para preparar su segunda placa, undisco que si bien aún no sale a la venta, con los dos sencillosque han sido lanzados deja en ver una propuesta con un estilodistinto al disco anterior, más oscuro y con nuevos procesos deproducción al tener una experimentación más cercana a lossintetizadores, con una oferta musical que más allá de las 20piezas musicales que lo componen busca ser una experiencia para elque lo escucha.

La magia del Astralopithecus

Un proyecto que nació desde que la agrupación se formó, quepoco a poco fue trabajado y pulido y que además contó con larevisión musical de artistas referentes del jazz nacional fue loque dio como resultado el “Astralopithecus”, el disco debut dela agrupación con el cual lograron llamar la atención delpúblico y de la prensa. "Los mexicanos presentan un trabajocautivador, digno de explotar. Jazz de altura cuya virtud radica enescapar a la clasificación reductiva", fue como la revista RollingStone México describió a esta placa discográfica que incluyódentro de su chart de los mejores discos latinos del 2015. Con laincertidumbre de que sucedería, pero con la seguridad de que algogenerarían con este disco, la banda decidió lanzarlo en aquelaño, “siempre supimos que iba a generar algo, ni positivo ninegativo, pudo haber pasado cualquier cosa. Se estableció como untrabajo honesto surgió con la necesidad de hacer algo”, dijeronen entrevista los integrantes de la agrupación. Este disco quecontó con la producción discográfica de Diego Ortega fue grabadoen una casa que contaba con especificaciones acústicas adecuadas;fueron nueve temas los que grabaron como su fueran sesiones envivo, es decir que todos los instrumentos sonaban al mismo tiempo.Una experiencia que les dio la oportunidad de experimentar unsonido más fresco en cuanto a su propuesta musical y  dada estacircunstancia también ofrecía un sonido mucho más orgánico.

Las expectativas del segundo disco yuna producción evolutiva

A diferencia del “Astralopithecus”, en esta segundaproducción se grabaron los instrumentos por aparte, “nos dimosla oportunidad de explorar diferentes técnicas de producción quenos dio una experimentación de sonidos y texturas”, explicaCuevas. Los integrantes coincidieron en resaltar que a través deeste segundo disco buscan darle un sentido más biónico en cuantoa su sonido, ofrecer algo más digital que genera un contraste conla característica  de la composición orgánica que poco a pocoha ido caracterizando a la banda.  La evolución entre un disco yotro, los integrantes la describen como una ruta de aprendizaje enla grabación, como ir desde lo más simple hasta un trabajo conmayor manipulación de sonidos a través de la postproducción.

Con un concepto en torno en este disco, buscan mostrar unatransformación que deje en evidencia las inquietudes de la bandaal utilizar aparatos que nunca habían experimentado, tal como lossintetizadores, “da un alzón a lo que estábamoshaciendo antes que era  tocar como era y ya, ahora nos dimos eltiempo de ver como se podía transformar ese sonido dentro delestudio, qué pasaba si le poníamos algo diferente”, refirióAdriano. Composiciones libres y contrastes ente lo ambiental hastalo saturado es lo que los Filulas prometen en este segundo discodel cual han lanzado ya dos temas, “H5F5” y “9k” queofrecen un sonido de jazz progresivo con ritmos suaves.  Un discomás experimental de sonidos más procesados pero orgánicos.

Serán 20 piezas las que generen un hilo conductor con lamúsica en este disco, piezas individuales que más allá de ser ununo, buscan que sea una experiencia que permita apreciar el discode manera global pero con una diferencia marcada de texturas,paneos e incluso un discurso que recomiendan debe ser escuchado conaudífonos para apreciar cada uno de los detalles.

“A nivel mercadológico no sabemos que vaya a pasar, pero anivel personal estamos conscientes de que es el mejor trabajo quehemos hecho en nuestras vidas porque esta cuidado en  todos lossentidos y para nosotros eso ya es éxito”, dijo Marín.

Sin embargo, más allá de la expectativa de que pasará conesta segunda producción  sus dudas surgen en torno a lageneración de públicos, “las personas pare que no tienennecesidad de ver música nueva. La generación de una escena va dela mano a la apertura de la gente, uno no puede hacer una variedaddistinta si la misma gente no tiene esa inquietud de ver si hayalgo nuevo”, demandó la agrupación queretana. No obstantedestacan el crecimiento de nuevas propuestas musicales en todos losgéneros y apuntan a futuro a un Querétaro que resuene dentro delos movimientos musicales.

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