Con la idea de reunir nuevamente a la comunidad musical de Querétaro, luego de una larga espera por la pandemia de Covid-19, se realizó en el Museo de la Ciudad la presentación “Francachela de metales”; una apuesta cultural que busca ser una plataforma para músicos y artistas escénicos, que de manera conjunta ofrezcan un proyecto artístico integral.
El primer convite musical contó con la participación de los saxofonistas Diana Martínez y Julio César Miranda; los trompetistas Iván Rangel, Jonathan Gómez, Jesús Ramblas y Eduardo Carrizales; los trombonistas Oscar González y Danilo Ochoa, además de Jesús Padilla y Antonio Hernández en la Tuba y de Carlos León y Alejandro Gutiérrez en la batería.
Siguiendo las medidas sanitarias, el programa fue dividido en tres partes, en las que el público disfrutó de un variado repertorio de todos los géneros y para todos los gustos. Primero se presentó el Quinteto de Metales “Santiago”, quienes interpretaron sonoras piezas de blues, big band y pasos dobles; para después dar paso a un ensamble de trompetas, y concluir la velada con el ensamble LippeQ.
La gestión y coordinación estuvo a cargo del trompetista Mauricio Rangel, cuya constante búsqueda de oportunidades de formación y crecimiento musical lo han llevado a vivir experiencias de aprendizaje en aulas y escenarios con grandes exponentes a nivel nacional e internacional.
Con 14 años como intérprete, ha tenido la fortuna de presentarse en escenarios de países como Francia, Polonia, España, Portugal y Perú. Y actualmente es integrante de proyectos como Big Band Jazz Querétaro, Monitor Live Music, Quinteto de Metales Santiago y la nueva banda “LippeQ”.
A decir del organizador, este concierto tiene como finalidad brindar un espacio de disfrute para los colaboradores, puesto que todos forman parte de una comunidad musical eclipsada por la pandemia actual, que, con calma y precaución, poco a poco resurgirá.
Los tiempos han cambiado y las formas de encuentro artístico demandan nuevas modalidades que permitan preservar la vocación artística, por lo que proyectos de esta naturaleza, se transforman.
“La música y las artes han sido las más golpeados en esta pandemia y los últimos en regresar. Para los artistas independientes representa un gran reto continuar y justamente con este proyecto quiero lograr que la comunidad de músicos o, por lo menos, los estilos musicales y géneros diversos puedan coexistir en un solo lugar, así que prácticamente está abierta la invitación para que todos los artistas que quieran compartir un poco de su arte se integren y se diviertan”, aseveró.
De acuerdo con el trompetista, el proyecto pretende ser un parteaguas a la unión paulatina de la comunidad musical, sin cerrar las puertas a colaboraciones escénicas, haciendo honor al concepto central (francachela) que hace referencia al goce desbordante, como una invitación abierta de colaboración constante para todos los artistas que quieran un espacio, un respaldo y un cobijo para promover o compartir su talento al lado de entusiastas músicos que apuestan por la unión del gremio musical.