/ domingo 2 de abril de 2017

Francisco Cervantes y las antologías

Ante la pérdida irreparable de un poeta sólo queda preguntarsesi en verdad su fama pública corresponde a la atención de suslectores. Francisco Cervantes –hombre polémico como pocos–,tuvo una atención por parte de la crítica más bien escasa; tanes así que su paso por las antologías es errático. Sabemos queel camino del poeta por las antologías es obligado si queremosconocer su obra. Las antologías, ante la escasa distribución delos libros, son una forma de conocer el estado que guarda lapoesía. Suponemos que su elaboración está a cargo de un lectorcuidadoso de la producción literaria de una época y entoncesrecurrimos a ellas en busca de ese conocimiento. No siempre sucedeasí. Sabemos que en toda antología, además del criterio decalidad pueden sumarse conceptos como obligaciones editoriales,amistades y enemistades; en fin filias y fobias ycuestiones de mercado. Sin embargo, poeta no antologado es casisiempre poeta excluido del Parnaso. Otro problema que presentan lasantologías es la de proponer una postura estética de un autor ycon ello excluir las otras vertientes que existen en su obra. Peroasí es la visión de la realidad, y es preferible conocer algunosde los poemas de un autor a desconocerlo por completo.

Ante la muerte de Francisco Cervantes, —más allá de losdiscursos y los homenajes que se impusieron en su momento—, es undeber revisar su obra, para valorarla y tratar de que encuentre suverdadero sitio en la historia de las letras. Todo juicioindividual será parcial, condicionado por el gusto del antologadory demás aspectos que mencionamos. Todo juicio crítico habrá queleerse entre líneas.

Un primer intento, que considero válido, será realizar unrecorrido mínimo de la obra de nuestro poeta en su paso poralgunas antologías, como también de ciertos comentarios críticosde estudiosos de la poesía en español, que podrá ayudar a unanálisis más profundo y con mayor información sobre nuestropoeta.

Se habla mucho de la amistad y reconocimiento de Octavio Pazhacia la figura de Cervantes. No hay duda de que ésta se dio y fuecorrespondida. En Los huesos peregrinos, Cervantes dejaesta constancia: “Aunque / en el interior / otras personasreciben / un reconocimiento y homenaje, / dedico este libro a Octavio Paz y Álvaro Mutis”. Sin embargo en el prólogo que Pazrealiza a Poesía en movimiento, el comentario de Paz esparco:

Francisco Cervantes y Thelma Nava son los dos otros jóvenes queaparecen en nuestro libro. Aquí se rompe el equilibrio. Tal vezsea mejor por dos razones. La primera: los conozco apenas. Decirque debemos a Cervantes una buena traducción de la Odamarítima de Pessoa, será eludir el tema (…). La segundarazón: el hecho de no poder dar una opinión sobre su poesía,lejos de ser un juicio, confirma simplemente el carácter abiertode este libro.

Más adelante, en la ficha de autor que redactaron loscompiladores de dicha antología, hay este comentario: “De supoesía inicial, caracterizada por la imprecación, ha pasado a untono que recrea el sabor de los cantares de gesta y en quetrasciende cierta nostalgia no exenta de ironía”. Los poemasincluidos en esta selección son, “Hablando entre dos aguas”,“El olor del estipendio” y “Mambrú”, los dos primerosaparecidos previamente en Revista de Bellas Artes, núm. 3,mayo-junio de 1965 y el último sin referencia.”

Curiosamente, Francisco Serrano, en el prólogo a su antologíaLa rosa de los vientos casi traslada el comentario de Pazy sus colaboradores:

Francisco Cervantes es un poeta difícil, que ha transitado dela imprecación a la nostalgia, extrañamente influido por loscantares de gesta medievales y por lo que Álvaro Mutis ha llamadosu “delirio lusitano”, que recrea el mundo a su imagen enhermosos y singulares textos.

Demasiada coincidencia. Sin embargo, los poemas incluidos deCervantes en Poesía en movimiento son solamente tres,mientras que en la compilación de Serrano son diez que abarcanhasta Heridas que se alternan de 1985: “Le GrandClaquin”, “Mambrú”, “Técnica”, “El enemigorecuerdo”, “Mirar la anochecida”, “Generación de misasuntos”, “Cantado para nadie”, Camões agoniza”,“Guindalete” y “Espejos embistientes.”

Otra de las antologías que tratan de mostrar el panorama de lapoesía contemporánea en México, es la preparada por Juan DomingoArgüelles, Dos siglos de poesía mexicana, que incluyepoetas desde Manuel Martínez de Navarrete (1768-1809) hasta SergioCordero (1961), no incluye ningún comentario crítico, perocompila seis poemas de nuestro autor: “Generación de misasuntos”, “Derradeira pena”, “Cantado para nadie”,“Materia de distintos lais”, “Historia de la literatura” y“Ustedes están en estas páginas”. Hay que hacer notar queesta recopilación es menos austera, en cuanto autores del sigloXX, que las dos anteriores.

La antología de Carlos Monsiváis, La poesía mexicana delsiglo XX, cuya primera edición data de 1966 y que,posteriormente modifica en una nueva edición de 1979, con eltítulo de Poesía mexicana II, 1915-1979, no existemención alguna de Cervantes. Lo mismo sucede en el trabajocrítico de José Joaquín Blanco, Crónica de la poesíamexicana. Quizás la conocida amistad de Monsiváis y Blancohace que ninguneen a nuestro autor, puesto que para esas fechasCervantes era un poeta reconocido.

Ya dentro del ámbito de la poesía latinoamericana, lasantologías dan esta visión sobre Cervantes.

En 1985 aparece Antología de la poesíahispanoamericana de Juan Gustavo Cobo Borda, donde nuestroautor participa con cinco poemas: “Han caído”, “Pequenaprece pra esquecer a minha coitada sorte”, “La espera”,“Adsum revisited” y “cantado para nadie”. Cobo Bordacomenta:

¿Por qué Francisco Cervantes escribe poemas en galaícoportugués (…)? Porque sin duda un presente obsceno justifica, nohay duda, ese retorno a un pasado que desde la perspectiva actualpuede parecer mucho más digno.

Dos años más tarde aparece en Siglo XXI, Antología de lapoesía hispanoamericana actual del peruano Julio Ortega dondeno aparece ninguna mención de Cervantes. Sin embargo, en laselección del también peruano Miguel Ángel Zapata, Nuevapoesía latinoamericana (UNAM, 1999), aparecen sólo dospoemas (“Convalecencia, oh descubrimiento” y “El sueño deljuglar”) y el comentario siguiente: “Lo onírico y visionarioen Francisco Cervantes lo colocan como un raro dentro dela poesía latinoamericana actual”.

Eduardo Milán, el crítico y poeta uruguayo residente enMéxico desde hace años y participante junto con Blanca Varela,José Ángel Valente y Andrés Sánchez Robayna en la antología delengua española (1950-2000), Las ínsulas extrañas, enuna reseña crítica sobre el libro de Jacobo Sefamí: Eldestierro apacible y otros ensayos: Xavier Villaurrutia, AlíChumacero, Fernando Pessoa y Haroldo de Campos, Premiá,México, 1987, realiza este amplio comentario sobre nuestropoeta:

Y ahora el caso aparte: Francisco Cervantes. Si hay algo quellama la atención inmediatamente en la poesía de Cervantes es suestar fuera de tiempo, fuera de lugar. Eso no es malo,sólo que por escapar de la Historia la Historia no deja deexistir. El problema no es tanto dejarla de lado sino cómomirarla. Y es aquí donde se viene abajo su propuesta. En vez deelegir una postura creativa frente al pasado, frente a latradición, Cervantes ha elegido el camino más sencillo: repetir.No es raro que su poesía goce del aprecio crítico: vivimos unaépoca de revival y de repeticiones, como si el pasadotuviera el don de permanecer intacto. Hay que recordar que elpasado sólo existe por la mirada del presente. Ese estarmedieval de Cervantes queda como una muestra de anacronismosimple y llano, por su absoluta falta de sentido crítico frente alos modelos que elige. Y una falta de sentido crítico frente a losmodelos es una falta de sentido crítico frente al lenguaje. Sivivimos en un estadio histórico medieval ello no es tanto por elhecho de estar rodeados de trovadores y doncellas como por laabsoluta entropía de nuestra época. Frente a los otros poetaselegidos por Sefamí, Francisco Cervantes queda completamente fuerade foco.

https://cdn.oem.com.mx/diariodequeretaro/2017/04/francisco-cervantes.png

Sin embargo, años después, Milán hará una reconsideraciónde la poética de Cervantes. En un libro reciente, Pulirhuesos, al comentar sobre la poética de Paolo de Jolly,Milán matiza sus comentarios:

La poesía no tiene significación arqueológica alguna. Si hayejemplos de esto –lo más cercano son las experiencias tonalescomo las de Álvaro Mutis y Francisco Cervantes– se encuentransituados a medio camino entre el relato y la lírica premoderna delas cancioneros medievales. ¿Cómo situar, entonces, una poesíaque pretende posicionarse en un ámbito premeditadamente fuera delugar y de tiempo […]?

Y continúa:

En los casos antes citados de Mutis y Cervantes, el problema delretorno nunca es autoalusivo ni se asoma a la parodia—esto es: al reconocimiento explícito de del homenaje— a laque obliga el destiempo: el poema, la mayoría de las veces, sevuelve contra sí mismo, se desconoce a sí mismoformalmente por su significación que delata, precisamente, suestar ahí fuera de época.

Por el extracto anterior se comprende que Cervantes y Mutis noestén incluidos en Las ínsulas extrañas, antología,que al decir de los compiladores y el editor, busca ser lacontinuación de Laurel, la famosa antología que laeditorial Séneca publicó en 1941, bajo el criterio de XavierVillaurrutia, Emilio Prados, Octavio Paz y Juan Gil-Albert, empresaque no logra realizar, por ciertos criterios editoriales que no hayespacio para comentar.

En sí la obra de Francisco Cervantes, como se ha visto a lolargo de este escrito, resulta ser polémica: por un lado sefesteja su gusto por la poesía de la Edad Media y por el otro sereprueba su visión crítica frente a esta época; se le llamararo y difícil y su figura pública hace másdifícil su análisis.

Ahora bien, ¿cuáles son los poemas preferidos por losantologadores? Si bien como se expresó anteriormente, lasantología cumplen con diversas funciones —y una de las cuales esdar a conocer a poetas que de otra maneras no conoceríamos—también presentan el problema del criterio del seleccionador, opeor aún, el de la falta de tiempo del mismo para leer obrascompletas y conformarse con lecturas rápidas o retomar lo queotros han seleccionado. Sin embargo, hacer un somero análisis delos poemas que han sido seleccionados en las antologíasmencionadas puede llevarnos a elaborar un sucinto recorrido por laobra de nuestro poeta y allegarnos algunas conclusiones.

En Poesía en movimiento aparecen “Hablando entre dosaguas”, “El olor del estipendio” y “Mambrú”. Cervantestodavía no ha publicado libro y los poemas han aparecido enrevistas. Es interesante observar la génesis de esta antología,según se conoce parcialmente a través de las Cartascruzadas entre Arnaldo Orfila y Octavio Paz. En estas cartasse observa cómo va madurando el proyecto de realizar unaantología de poesía mexicana. En principio por el Fondo deCultura Económica y posteriormente, debido a la controversialsalida de Orfila, por Siglo XXI, quien finalmente la publicó. Laprimera mención a Cervantes para ser incluido no menciona sunombre. Paz dice: “Me han hablado de otros jóvenes, por ejemplo,el traductor de Pessoa. Posteriormente Orfila contesta que Pachecosugiere incorporar a: “Cervantes, Montero y Thelma Nava” Y amedida que comienzan las discusiones sobre el criterio de laantología y sobre la división en cuatro apartados según su fechade nacimiento, se va configurando la lista de poetas. Paz proponepara la primera sección —la de los jóvenes— una lista de docepoetas, y en un aparte menciona: “Aparte de los arribaseñalados, ustedes mencionan a Cervantes y [Guillermo] Fernández.Del primero conozco su traducción de Pessoa y poquísimospoemas”. Continúan las cartas, las discusiones sobre quienesdeben ser incluidos o desechados. El 15 de septiembre de 1965, Pazenvía varias soluciones y paliar el conflicto que se ha generado.En la primera solución Paz anota:

  1. Poetas: a] Aridjis, Pacheco, los cinco de la Espiga amotinada,Cervantes (en caso de que sea posible publicar algo mejor de loseleccionado; de otra manera debe eliminarse), Becerra, Mondragón[…]

Mientras en la segunda comenta: “Sobre Cervantes y, hastacierto punto Durán, también tengo mis dudas pero creo que seráfácil mejorar sus selecciones”. Finalmente parecen llegar a unasolución. En carta del 21 de septiembre de 1966, Paz realiza unalista de las modificaciones que deben hacerse. En el apartado deCervantes comenta:

Francisco Cervantes.

Selección: Propongo suprimir todo lo seleccionado menos Mambrúe incluir Hablando entre dos aguas y El olor del estipendio[…]

Como se puede observar, existe en Paz dudas sobre la inclusiónde Cervantes en la antología. Parece ser que el principal promotorfue José Emilio Pacheco, quien por edad, podía tener mayoracercamiento a la obra de nuestro poeta y valorar mejor suaportación poética.

De las demás antologías no cuento con información sobre losavatares para seleccionar tal o cuál poema, además de que fueronobras de un solo recopilador. Entramos en el lugar de lassuposiciones.

En resumen, los poemas seleccionados por los diferentesantologadores son los siguientes:

  • En Poesía en movimiento (1967),como se dijo líneas arriba, privó la selección de Paz:“Mambrú”, “Hablando entre dos aguas” y “El olor delestipendio.
  • En la Antología de la poesíahispanoamericana (1985) de Juan Gustavo Cobo Borda: “Hancaído”, “Pequena prece pra esquecer a minha coitada sorte”,“La espera”, “Adsum revisited” y “Cantado paranadie”,
  • En La rosa de los vientos, laselección de Serrano es la siguiente: “Le Grand Claquin”,“Mambrú”, “Técnica”, “El enemigo recuerdo”, “Mirarla anochecida”, “Generación de mis asuntos”, “Cantado paranadie”, Camões agoniza”, “Guindalete” y “Espejosembistientes.
  • En la Nueva poesíalatinoamericana de Miguel Ángel Zapata sólo dos:“Convalecencia, oh descubrimiento” y “El sueño deljuglar”, y finalmente en:
  • En Dos siglos de poesía mexicanade Juan Domingo Argüelles: “Generación de mis asuntos”,“Derradeira pena”, “Cantado para nadie”, “Materia dedistintos lais”, “Historia de la literatura” y “Ustedesestán en estas páginas.

Como puede observarse en la lista, “Mambrú” y“Generación de mis asuntos” se citan dos veces y “Cantadopara nadie” en tres ocasiones. Si confiáramos plenamente en losantologadores, éstos podrías ser los mejores poemas de nuestroautor. Ahora bien, ¿a cuáles libros pertenecen los poemasseleccionados? Todos —excepto dos de los escogidos por Paz, queCervantes dejó de incluir en sus libros—, pertenecen aHeridas que se alternan, lo cual, en los casos de CoboBorda y Francisco Serrano se comprende (más en el primero), susantologías aparecieron respectivamente en 1985 y 1992. En lorelativo a Argüelles y Zapata, no. Es más, en la antología deéste último, Cervantes parecer ser una presencia incómoda, sóloincluye dos poemas: el que abre su primer libro Los varonesseñalados y uno de los últimos de Esta substanciaamarga, tercer libro del poeta. ¿Habrá tenido, de parte delos editores (de la UNAM y la Veracruzana) alguna indicación paraincluirlo y tuvo que aceptar su inserción para recibir el vistobueno? No lo sé, pero lo que sí observo es que los demás poetasseleccionados tienen una representación mayor de su obra y enalgunos casos, excesiva.

Como conclusión de este pequeño acercamiento a lasconsideraciones tenidas con la obra de nuestro poeta en diversasantologías, podríamos acotar las siguientes reflexiones:

  • La inclusión de Cervantes en Poesíaen movimiento se debió a José Emilio Pacheco y Paz la tuvoque aceptar a regañadientes.
  • Los juicios iniciales de Paz se hanmantenido, aunque la obra de Cervantes es variada: Lo que sucede esque su lectura ha sido superficial, por lo tanto estamos en deudacon él.
  • Finalmente, más allá de su personalidadcontrovertida, hay una obra extensa que debe ser estudiada paracomprender sus matices. Cervantes no sólo es el traductor dePessoa ni el mejor poeta portugués nacido en Querétaro; es unpoeta, que dejando de lado filias y fobias debe ser estudiado ycriticado para conocer el verdadero valor de supoesía.

Ante la pérdida irreparable de un poeta sólo queda preguntarsesi en verdad su fama pública corresponde a la atención de suslectores. Francisco Cervantes –hombre polémico como pocos–,tuvo una atención por parte de la crítica más bien escasa; tanes así que su paso por las antologías es errático. Sabemos queel camino del poeta por las antologías es obligado si queremosconocer su obra. Las antologías, ante la escasa distribución delos libros, son una forma de conocer el estado que guarda lapoesía. Suponemos que su elaboración está a cargo de un lectorcuidadoso de la producción literaria de una época y entoncesrecurrimos a ellas en busca de ese conocimiento. No siempre sucedeasí. Sabemos que en toda antología, además del criterio decalidad pueden sumarse conceptos como obligaciones editoriales,amistades y enemistades; en fin filias y fobias ycuestiones de mercado. Sin embargo, poeta no antologado es casisiempre poeta excluido del Parnaso. Otro problema que presentan lasantologías es la de proponer una postura estética de un autor ycon ello excluir las otras vertientes que existen en su obra. Peroasí es la visión de la realidad, y es preferible conocer algunosde los poemas de un autor a desconocerlo por completo.

Ante la muerte de Francisco Cervantes, —más allá de losdiscursos y los homenajes que se impusieron en su momento—, es undeber revisar su obra, para valorarla y tratar de que encuentre suverdadero sitio en la historia de las letras. Todo juicioindividual será parcial, condicionado por el gusto del antologadory demás aspectos que mencionamos. Todo juicio crítico habrá queleerse entre líneas.

Un primer intento, que considero válido, será realizar unrecorrido mínimo de la obra de nuestro poeta en su paso poralgunas antologías, como también de ciertos comentarios críticosde estudiosos de la poesía en español, que podrá ayudar a unanálisis más profundo y con mayor información sobre nuestropoeta.

Se habla mucho de la amistad y reconocimiento de Octavio Pazhacia la figura de Cervantes. No hay duda de que ésta se dio y fuecorrespondida. En Los huesos peregrinos, Cervantes dejaesta constancia: “Aunque / en el interior / otras personasreciben / un reconocimiento y homenaje, / dedico este libro a Octavio Paz y Álvaro Mutis”. Sin embargo en el prólogo que Pazrealiza a Poesía en movimiento, el comentario de Paz esparco:

Francisco Cervantes y Thelma Nava son los dos otros jóvenes queaparecen en nuestro libro. Aquí se rompe el equilibrio. Tal vezsea mejor por dos razones. La primera: los conozco apenas. Decirque debemos a Cervantes una buena traducción de la Odamarítima de Pessoa, será eludir el tema (…). La segundarazón: el hecho de no poder dar una opinión sobre su poesía,lejos de ser un juicio, confirma simplemente el carácter abiertode este libro.

Más adelante, en la ficha de autor que redactaron loscompiladores de dicha antología, hay este comentario: “De supoesía inicial, caracterizada por la imprecación, ha pasado a untono que recrea el sabor de los cantares de gesta y en quetrasciende cierta nostalgia no exenta de ironía”. Los poemasincluidos en esta selección son, “Hablando entre dos aguas”,“El olor del estipendio” y “Mambrú”, los dos primerosaparecidos previamente en Revista de Bellas Artes, núm. 3,mayo-junio de 1965 y el último sin referencia.”

Curiosamente, Francisco Serrano, en el prólogo a su antologíaLa rosa de los vientos casi traslada el comentario de Pazy sus colaboradores:

Francisco Cervantes es un poeta difícil, que ha transitado dela imprecación a la nostalgia, extrañamente influido por loscantares de gesta medievales y por lo que Álvaro Mutis ha llamadosu “delirio lusitano”, que recrea el mundo a su imagen enhermosos y singulares textos.

Demasiada coincidencia. Sin embargo, los poemas incluidos deCervantes en Poesía en movimiento son solamente tres,mientras que en la compilación de Serrano son diez que abarcanhasta Heridas que se alternan de 1985: “Le GrandClaquin”, “Mambrú”, “Técnica”, “El enemigorecuerdo”, “Mirar la anochecida”, “Generación de misasuntos”, “Cantado para nadie”, Camões agoniza”,“Guindalete” y “Espejos embistientes.”

Otra de las antologías que tratan de mostrar el panorama de lapoesía contemporánea en México, es la preparada por Juan DomingoArgüelles, Dos siglos de poesía mexicana, que incluyepoetas desde Manuel Martínez de Navarrete (1768-1809) hasta SergioCordero (1961), no incluye ningún comentario crítico, perocompila seis poemas de nuestro autor: “Generación de misasuntos”, “Derradeira pena”, “Cantado para nadie”,“Materia de distintos lais”, “Historia de la literatura” y“Ustedes están en estas páginas”. Hay que hacer notar queesta recopilación es menos austera, en cuanto autores del sigloXX, que las dos anteriores.

La antología de Carlos Monsiváis, La poesía mexicana delsiglo XX, cuya primera edición data de 1966 y que,posteriormente modifica en una nueva edición de 1979, con eltítulo de Poesía mexicana II, 1915-1979, no existemención alguna de Cervantes. Lo mismo sucede en el trabajocrítico de José Joaquín Blanco, Crónica de la poesíamexicana. Quizás la conocida amistad de Monsiváis y Blancohace que ninguneen a nuestro autor, puesto que para esas fechasCervantes era un poeta reconocido.

Ya dentro del ámbito de la poesía latinoamericana, lasantologías dan esta visión sobre Cervantes.

En 1985 aparece Antología de la poesíahispanoamericana de Juan Gustavo Cobo Borda, donde nuestroautor participa con cinco poemas: “Han caído”, “Pequenaprece pra esquecer a minha coitada sorte”, “La espera”,“Adsum revisited” y “cantado para nadie”. Cobo Bordacomenta:

¿Por qué Francisco Cervantes escribe poemas en galaícoportugués (…)? Porque sin duda un presente obsceno justifica, nohay duda, ese retorno a un pasado que desde la perspectiva actualpuede parecer mucho más digno.

Dos años más tarde aparece en Siglo XXI, Antología de lapoesía hispanoamericana actual del peruano Julio Ortega dondeno aparece ninguna mención de Cervantes. Sin embargo, en laselección del también peruano Miguel Ángel Zapata, Nuevapoesía latinoamericana (UNAM, 1999), aparecen sólo dospoemas (“Convalecencia, oh descubrimiento” y “El sueño deljuglar”) y el comentario siguiente: “Lo onírico y visionarioen Francisco Cervantes lo colocan como un raro dentro dela poesía latinoamericana actual”.

Eduardo Milán, el crítico y poeta uruguayo residente enMéxico desde hace años y participante junto con Blanca Varela,José Ángel Valente y Andrés Sánchez Robayna en la antología delengua española (1950-2000), Las ínsulas extrañas, enuna reseña crítica sobre el libro de Jacobo Sefamí: Eldestierro apacible y otros ensayos: Xavier Villaurrutia, AlíChumacero, Fernando Pessoa y Haroldo de Campos, Premiá,México, 1987, realiza este amplio comentario sobre nuestropoeta:

Y ahora el caso aparte: Francisco Cervantes. Si hay algo quellama la atención inmediatamente en la poesía de Cervantes es suestar fuera de tiempo, fuera de lugar. Eso no es malo,sólo que por escapar de la Historia la Historia no deja deexistir. El problema no es tanto dejarla de lado sino cómomirarla. Y es aquí donde se viene abajo su propuesta. En vez deelegir una postura creativa frente al pasado, frente a latradición, Cervantes ha elegido el camino más sencillo: repetir.No es raro que su poesía goce del aprecio crítico: vivimos unaépoca de revival y de repeticiones, como si el pasadotuviera el don de permanecer intacto. Hay que recordar que elpasado sólo existe por la mirada del presente. Ese estarmedieval de Cervantes queda como una muestra de anacronismosimple y llano, por su absoluta falta de sentido crítico frente alos modelos que elige. Y una falta de sentido crítico frente a losmodelos es una falta de sentido crítico frente al lenguaje. Sivivimos en un estadio histórico medieval ello no es tanto por elhecho de estar rodeados de trovadores y doncellas como por laabsoluta entropía de nuestra época. Frente a los otros poetaselegidos por Sefamí, Francisco Cervantes queda completamente fuerade foco.

https://cdn.oem.com.mx/diariodequeretaro/2017/04/francisco-cervantes.png

Sin embargo, años después, Milán hará una reconsideraciónde la poética de Cervantes. En un libro reciente, Pulirhuesos, al comentar sobre la poética de Paolo de Jolly,Milán matiza sus comentarios:

La poesía no tiene significación arqueológica alguna. Si hayejemplos de esto –lo más cercano son las experiencias tonalescomo las de Álvaro Mutis y Francisco Cervantes– se encuentransituados a medio camino entre el relato y la lírica premoderna delas cancioneros medievales. ¿Cómo situar, entonces, una poesíaque pretende posicionarse en un ámbito premeditadamente fuera delugar y de tiempo […]?

Y continúa:

En los casos antes citados de Mutis y Cervantes, el problema delretorno nunca es autoalusivo ni se asoma a la parodia—esto es: al reconocimiento explícito de del homenaje— a laque obliga el destiempo: el poema, la mayoría de las veces, sevuelve contra sí mismo, se desconoce a sí mismoformalmente por su significación que delata, precisamente, suestar ahí fuera de época.

Por el extracto anterior se comprende que Cervantes y Mutis noestén incluidos en Las ínsulas extrañas, antología,que al decir de los compiladores y el editor, busca ser lacontinuación de Laurel, la famosa antología que laeditorial Séneca publicó en 1941, bajo el criterio de XavierVillaurrutia, Emilio Prados, Octavio Paz y Juan Gil-Albert, empresaque no logra realizar, por ciertos criterios editoriales que no hayespacio para comentar.

En sí la obra de Francisco Cervantes, como se ha visto a lolargo de este escrito, resulta ser polémica: por un lado sefesteja su gusto por la poesía de la Edad Media y por el otro sereprueba su visión crítica frente a esta época; se le llamararo y difícil y su figura pública hace másdifícil su análisis.

Ahora bien, ¿cuáles son los poemas preferidos por losantologadores? Si bien como se expresó anteriormente, lasantología cumplen con diversas funciones —y una de las cuales esdar a conocer a poetas que de otra maneras no conoceríamos—también presentan el problema del criterio del seleccionador, opeor aún, el de la falta de tiempo del mismo para leer obrascompletas y conformarse con lecturas rápidas o retomar lo queotros han seleccionado. Sin embargo, hacer un somero análisis delos poemas que han sido seleccionados en las antologíasmencionadas puede llevarnos a elaborar un sucinto recorrido por laobra de nuestro poeta y allegarnos algunas conclusiones.

En Poesía en movimiento aparecen “Hablando entre dosaguas”, “El olor del estipendio” y “Mambrú”. Cervantestodavía no ha publicado libro y los poemas han aparecido enrevistas. Es interesante observar la génesis de esta antología,según se conoce parcialmente a través de las Cartascruzadas entre Arnaldo Orfila y Octavio Paz. En estas cartasse observa cómo va madurando el proyecto de realizar unaantología de poesía mexicana. En principio por el Fondo deCultura Económica y posteriormente, debido a la controversialsalida de Orfila, por Siglo XXI, quien finalmente la publicó. Laprimera mención a Cervantes para ser incluido no menciona sunombre. Paz dice: “Me han hablado de otros jóvenes, por ejemplo,el traductor de Pessoa. Posteriormente Orfila contesta que Pachecosugiere incorporar a: “Cervantes, Montero y Thelma Nava” Y amedida que comienzan las discusiones sobre el criterio de laantología y sobre la división en cuatro apartados según su fechade nacimiento, se va configurando la lista de poetas. Paz proponepara la primera sección —la de los jóvenes— una lista de docepoetas, y en un aparte menciona: “Aparte de los arribaseñalados, ustedes mencionan a Cervantes y [Guillermo] Fernández.Del primero conozco su traducción de Pessoa y poquísimospoemas”. Continúan las cartas, las discusiones sobre quienesdeben ser incluidos o desechados. El 15 de septiembre de 1965, Pazenvía varias soluciones y paliar el conflicto que se ha generado.En la primera solución Paz anota:

  1. Poetas: a] Aridjis, Pacheco, los cinco de la Espiga amotinada,Cervantes (en caso de que sea posible publicar algo mejor de loseleccionado; de otra manera debe eliminarse), Becerra, Mondragón[…]

Mientras en la segunda comenta: “Sobre Cervantes y, hastacierto punto Durán, también tengo mis dudas pero creo que seráfácil mejorar sus selecciones”. Finalmente parecen llegar a unasolución. En carta del 21 de septiembre de 1966, Paz realiza unalista de las modificaciones que deben hacerse. En el apartado deCervantes comenta:

Francisco Cervantes.

Selección: Propongo suprimir todo lo seleccionado menos Mambrúe incluir Hablando entre dos aguas y El olor del estipendio[…]

Como se puede observar, existe en Paz dudas sobre la inclusiónde Cervantes en la antología. Parece ser que el principal promotorfue José Emilio Pacheco, quien por edad, podía tener mayoracercamiento a la obra de nuestro poeta y valorar mejor suaportación poética.

De las demás antologías no cuento con información sobre losavatares para seleccionar tal o cuál poema, además de que fueronobras de un solo recopilador. Entramos en el lugar de lassuposiciones.

En resumen, los poemas seleccionados por los diferentesantologadores son los siguientes:

  • En Poesía en movimiento (1967),como se dijo líneas arriba, privó la selección de Paz:“Mambrú”, “Hablando entre dos aguas” y “El olor delestipendio.
  • En la Antología de la poesíahispanoamericana (1985) de Juan Gustavo Cobo Borda: “Hancaído”, “Pequena prece pra esquecer a minha coitada sorte”,“La espera”, “Adsum revisited” y “Cantado paranadie”,
  • En La rosa de los vientos, laselección de Serrano es la siguiente: “Le Grand Claquin”,“Mambrú”, “Técnica”, “El enemigo recuerdo”, “Mirarla anochecida”, “Generación de mis asuntos”, “Cantado paranadie”, Camões agoniza”, “Guindalete” y “Espejosembistientes.
  • En la Nueva poesíalatinoamericana de Miguel Ángel Zapata sólo dos:“Convalecencia, oh descubrimiento” y “El sueño deljuglar”, y finalmente en:
  • En Dos siglos de poesía mexicanade Juan Domingo Argüelles: “Generación de mis asuntos”,“Derradeira pena”, “Cantado para nadie”, “Materia dedistintos lais”, “Historia de la literatura” y “Ustedesestán en estas páginas.

Como puede observarse en la lista, “Mambrú” y“Generación de mis asuntos” se citan dos veces y “Cantadopara nadie” en tres ocasiones. Si confiáramos plenamente en losantologadores, éstos podrías ser los mejores poemas de nuestroautor. Ahora bien, ¿a cuáles libros pertenecen los poemasseleccionados? Todos —excepto dos de los escogidos por Paz, queCervantes dejó de incluir en sus libros—, pertenecen aHeridas que se alternan, lo cual, en los casos de CoboBorda y Francisco Serrano se comprende (más en el primero), susantologías aparecieron respectivamente en 1985 y 1992. En lorelativo a Argüelles y Zapata, no. Es más, en la antología deéste último, Cervantes parecer ser una presencia incómoda, sóloincluye dos poemas: el que abre su primer libro Los varonesseñalados y uno de los últimos de Esta substanciaamarga, tercer libro del poeta. ¿Habrá tenido, de parte delos editores (de la UNAM y la Veracruzana) alguna indicación paraincluirlo y tuvo que aceptar su inserción para recibir el vistobueno? No lo sé, pero lo que sí observo es que los demás poetasseleccionados tienen una representación mayor de su obra y enalgunos casos, excesiva.

Como conclusión de este pequeño acercamiento a lasconsideraciones tenidas con la obra de nuestro poeta en diversasantologías, podríamos acotar las siguientes reflexiones:

  • La inclusión de Cervantes en Poesíaen movimiento se debió a José Emilio Pacheco y Paz la tuvoque aceptar a regañadientes.
  • Los juicios iniciales de Paz se hanmantenido, aunque la obra de Cervantes es variada: Lo que sucede esque su lectura ha sido superficial, por lo tanto estamos en deudacon él.
  • Finalmente, más allá de su personalidadcontrovertida, hay una obra extensa que debe ser estudiada paracomprender sus matices. Cervantes no sólo es el traductor dePessoa ni el mejor poeta portugués nacido en Querétaro; es unpoeta, que dejando de lado filias y fobias debe ser estudiado ycriticado para conocer el verdadero valor de supoesía.

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