Como parte de las conversaciones del primer día del Hay Festival, que continuará su programa hasta el próximo 7 de septiembre, el actor y director Gael García Bernal conversó con la periodista Olivia Zerón sobre la cinta “Chicuarotes”, basada en el guion de Augusto Mendoza.
La película retrata la historia de Cagalera y Moloteco, quienes sumergidos en un mundo sin oportunidades, son capaces de todo en pro de una vida mejor, y sin importar las consecuencias.
“¿Qué película nos habla del origen de la violencia en México? ¿Por qué hay una negación de hablar de ese tema? (…) Al final de cuentas lo que es maravilloso del arte, es que saca pistas para señalar ciertas cosas”, dijo García Bernal sobre una de las motivaciones para llevar esta historia a la pantalla grande; y al respecto recordó el trabajo de la periodista Lydia Cacho, quien precisamente ha centrado su labor en el génesis de la violencia.
Además de estos dos chicos que delinquen, uno de los grandes personajes de la historia es precisamente el lugar que contiene este ambiente de desesperanza: San Gregorio Atlapulco, un pueblo de la Ciudad de México.
“Es un lugar que tiene fama de ingobernabilidad, que no sé si la catalogaría así, más bien son como que fallan en las regulaciones, por ejemplo, los edificios que cayeron durante el temblor eran edificios que no estaban bien construidos (…) entonces todo eso genera una cantidad de contradicciones”, refirió el también actor.
Y precisamente sobre los temblores del 2017, que sucedieron durante el rodaje de la película, Gael señaló que pudieron incluso documentar las grietas que surgieron a raíz del movimiento telúrico y que de acuerdo con él, “si no lo ves antes, no lo adviertes”.
“Nosotros que conocimos al pueblo antes y después del sismo [lo vimos]; el campanario aparece agrietado, muchas grietas en el suelo, en el mercado, en el supermercado (…), había una calle donde había muchas casas que se destruyeron”, relató.
Al hablar sobre los retos a los que se enfrentó para crear esta película y que aseguró, es una constante en el mundo del cine, se refirió a la necesidad de comunicar la pasión por la historia a todo el equipo.
“Hacerlo, convencer y embaucar a los demás, eso pasa cuando haces una película, a mí me tocaba hablar con todo el mundo para convencerlos de mi idea (…) Quieres que las expectativas se cumplan, hay un dicho de que cada quien tiene una película en la cabeza, siento que arengar y juntar a todas esas personas para participar en esto, para que de pronto la película se nos vuelva importante, casi casi urgente contarla, es un proceso largo (…) Creo que esa es la parte más difícil”, dijo.
Finalmente y quedando algunos minutos para continuar con la sesión de preguntas y respuestas, la señal del actor y director se perdió, por lo que Zerón recomendó el libro de Chicuarotes y despidió la transmisión.