/ jueves 31 de mayo de 2018

Hablemos De aquellas sombras frente al Puerto…

Venustiano Carranza sabe del poder de la literatura como medio de difusión e incluso de propaganda. Busca entonces a un escritor que pueda ayudarle en su objetivo de contar los detalles en torno al proceso de creación de la Carta Magna de 1917.

Jesús Altamirano es el hombre a quien le hace esta encomienda, para ello, lo sitúa en el mejor lugar para que tome detalles de toda la acción. La oficina del escritor, entonces, se ubica en el sitio donde todo ocurre… y no, no es el Teatro Iturbide, sino un inmueble que da frente a su fachada: la cantina El puerto de Mazatlán.

Esta es una de las historias que Jesús Reyes Bustos plantea en su novela histórica De aquellas sombras frente al Puerto…, publicación que el escritor, de origen defeño, pero radicado en Querétaro, presentará este 31 de mayo en el Claustro del Centro de las Artes de Querétaro, a las 19:00 horas.

Se trata de la tercera novela histórica del antropólogo social; la primera fue Epigmenio González, circunstancias (2011) y la segunda La Quimera Imperial (2013).

Con la publicación del libro en torno al héroe independista, Reyes Bustos consiguió el Premio Nacional Novela Histórica en 2010. Se trataba, en palabras del novelista, de una historia en torno a un personaje que abordó “como un representante de la condición humana”, con lo que lo desacralizó de su condición de “héroe”.

La segunda fue una novela que se publicó por entregas a través de este suplemento, la cual se vio formalizada en un libro que salió a la luz con el apoyo de DIARIO DE QUERÉTARO y el SUPAUAQ.

La Quimera Imperial parte de la anécdota de un intercambio que planteó hacer Carlos Salinas al gobierno austriaco, con el que buscaba darles la carroza imperial de Maximiliano, a cambio del penacho de Moctezuma.

La nueva novela, que presentará el próximo 31 de mayo, es parte de la colección "La Constitución nos une", que promueve y publica la Cámara de Diputados federal, en su LXIII Legislatura.

Esta publicación tiene una diferencia particular frente a las creaciones previas de Jesús Reyes.

Según explica en entrevista el escritor, las dos primeras novelas tenían poco margen de acción frente a los datos y hechos históricos, pero en esta última se dio más concesiones.

“Soy más académico, a partir de los datos duros lo novelo y hago personajes, pero mis bases son académicas. No soy tan libre. Es como divulgación científica disfrazada de literatura, pero la uso para divulgar la ciencia, no me permito yo cambiar datos duros”, apunta el escritor.

Esto responde a que su público meta son los jóvenes de secundaria y preparatoria, a quienes busca acercar a la historia y a la literatura. Pero entonces ¿qué cambió?, por qué ahora Reyes Bustos toma más licencias creativas en De aquellas sombras frente al Puerto…, se le cuestiona.

“Esta novela es de tiempos de la Constitución, es para escribir sobre los constituyentes, sobre Carranza, pero además es para escribir sobre la señora de las gorditas, de la prostitución, de todo esto que sucedió mientras Querétaro se hacia capital de la republica”, contextualiza.

“Entonces me proponen escribir con todo este contexto, dedicarme a escribir sobre espionaje, está la Guerra Mundial en Europa, estamos afectándoles con nuestra constitución los intereses a los ingleses, a los gringos, todo lo que hubo aquí y a mi se me hizo interesante el tema general, la vida cotidiana en Querétaro sobre el congreso Constituyente”, agrega.

Con este antecedente, el escritor decide hacer de la novela un racconto, recurso que en la narrativa se refiere a una historia que se cuenta en retrospectiva y que progresa de forma lineal hasta llegar al momento inicial del punto de partida de la historia.

Fue este mismo recurso, que apela a la memoria de sus personajes, lo que le permitió al antropólogo a soltarse y dar rienda a su creatividad, pues primero se documentó y posteriormente inició a escribir en base a lo que se memoria le permitió recordar.

Esto le permitió la subjetividad que uno de los personajes, el escritor dentro de la novela, requería para su rol como testigos y relator de los hechos.

“Carranza contrata a un escritor (…) y le dice: tú vas a escribir una novela, esa es tu misión, hacer una novela de lo que tú estas viendo, pero no quiero que hables de los diputados, tú vas a estar viendo y tus oficinas van a estar en esta cantina y vas escribir sobre las sombras, sobre el pueblo y vas a hablar de aquellas sombras frente al puerto”, apunta.

Queretaneidad

Jesús Bustos tiene una fijación por retratar a la sociedad queretana. Con su exploración de este universo ha derribado mitos y ha reforzado otros.

El conservadurismo y la cerrazón de los queretanos es algo que ha notado como constante en las diversas etapas de la historia a las que se ha acercado.

“Los poblanos y los queretanos son sociedades cerradas, en su tiempo, en su moral, en su espacio, entonces yo propuse eso como tesis de maestría. Buscando atrás, en el tiempo en que Querétaro era la entrada a “Tierra adentro”, que es como una privada, que primero es calle y a los que no conoces que pasan por ahí, les dices: a ver tú, policía, dile que qué hace aquí.

“Te van cerrando, pero no se cerró en los años 50 y en los 30, (…) encontré que tiempo antes de los españoles, los chichimecas, los otomíes y los jonaces, ya eran sociedades cerradas en sí”.

Este interés por lo cotidiano tiene un marcado protagonismo en De aquellas sombras frente al Puerto… El autor hace notar que no se trata de una historia en torno a la figura de Venustiano Carranza o a la creación de la Constitución, sino de lo que sucedía en una ciudad conservadora, que dejó su rutina cuando se volvió capital del país y de pronto su población se vio casi duplicada.

Jesús Reyes puso el foco en lo que ocurría con los zapatistas en la Sierra Gorda, la situación de los anarquistas que hacían huelgas en la fabrica de Hércules, la prostitución, las fiestas y el alcohol que corrió a montones por las calles de la noble ciudad.

“Entre los inacabados capítulos aparecen historias de Villa en Querétaro, espías zapatistas y villistas en la ciudad, el tifo y el cólera, pulqueros, cirqueros y diputados platicando en las cantinas. Hacendados que no quieren hacer caso a los logros de la Revolución (…) Mujeres que insisten en el sufragio femenino, aún a escondidas de sus maridos y toda la subjetividad del ser humano”, remata el escritor.

La presentación de la novela tiene entrada libre, en el inmueble ubicado en Arteaga 89, en el Centro Histórico de la capital queretana.

Venustiano Carranza sabe del poder de la literatura como medio de difusión e incluso de propaganda. Busca entonces a un escritor que pueda ayudarle en su objetivo de contar los detalles en torno al proceso de creación de la Carta Magna de 1917.

Jesús Altamirano es el hombre a quien le hace esta encomienda, para ello, lo sitúa en el mejor lugar para que tome detalles de toda la acción. La oficina del escritor, entonces, se ubica en el sitio donde todo ocurre… y no, no es el Teatro Iturbide, sino un inmueble que da frente a su fachada: la cantina El puerto de Mazatlán.

Esta es una de las historias que Jesús Reyes Bustos plantea en su novela histórica De aquellas sombras frente al Puerto…, publicación que el escritor, de origen defeño, pero radicado en Querétaro, presentará este 31 de mayo en el Claustro del Centro de las Artes de Querétaro, a las 19:00 horas.

Se trata de la tercera novela histórica del antropólogo social; la primera fue Epigmenio González, circunstancias (2011) y la segunda La Quimera Imperial (2013).

Con la publicación del libro en torno al héroe independista, Reyes Bustos consiguió el Premio Nacional Novela Histórica en 2010. Se trataba, en palabras del novelista, de una historia en torno a un personaje que abordó “como un representante de la condición humana”, con lo que lo desacralizó de su condición de “héroe”.

La segunda fue una novela que se publicó por entregas a través de este suplemento, la cual se vio formalizada en un libro que salió a la luz con el apoyo de DIARIO DE QUERÉTARO y el SUPAUAQ.

La Quimera Imperial parte de la anécdota de un intercambio que planteó hacer Carlos Salinas al gobierno austriaco, con el que buscaba darles la carroza imperial de Maximiliano, a cambio del penacho de Moctezuma.

La nueva novela, que presentará el próximo 31 de mayo, es parte de la colección "La Constitución nos une", que promueve y publica la Cámara de Diputados federal, en su LXIII Legislatura.

Esta publicación tiene una diferencia particular frente a las creaciones previas de Jesús Reyes.

Según explica en entrevista el escritor, las dos primeras novelas tenían poco margen de acción frente a los datos y hechos históricos, pero en esta última se dio más concesiones.

“Soy más académico, a partir de los datos duros lo novelo y hago personajes, pero mis bases son académicas. No soy tan libre. Es como divulgación científica disfrazada de literatura, pero la uso para divulgar la ciencia, no me permito yo cambiar datos duros”, apunta el escritor.

Esto responde a que su público meta son los jóvenes de secundaria y preparatoria, a quienes busca acercar a la historia y a la literatura. Pero entonces ¿qué cambió?, por qué ahora Reyes Bustos toma más licencias creativas en De aquellas sombras frente al Puerto…, se le cuestiona.

“Esta novela es de tiempos de la Constitución, es para escribir sobre los constituyentes, sobre Carranza, pero además es para escribir sobre la señora de las gorditas, de la prostitución, de todo esto que sucedió mientras Querétaro se hacia capital de la republica”, contextualiza.

“Entonces me proponen escribir con todo este contexto, dedicarme a escribir sobre espionaje, está la Guerra Mundial en Europa, estamos afectándoles con nuestra constitución los intereses a los ingleses, a los gringos, todo lo que hubo aquí y a mi se me hizo interesante el tema general, la vida cotidiana en Querétaro sobre el congreso Constituyente”, agrega.

Con este antecedente, el escritor decide hacer de la novela un racconto, recurso que en la narrativa se refiere a una historia que se cuenta en retrospectiva y que progresa de forma lineal hasta llegar al momento inicial del punto de partida de la historia.

Fue este mismo recurso, que apela a la memoria de sus personajes, lo que le permitió al antropólogo a soltarse y dar rienda a su creatividad, pues primero se documentó y posteriormente inició a escribir en base a lo que se memoria le permitió recordar.

Esto le permitió la subjetividad que uno de los personajes, el escritor dentro de la novela, requería para su rol como testigos y relator de los hechos.

“Carranza contrata a un escritor (…) y le dice: tú vas a escribir una novela, esa es tu misión, hacer una novela de lo que tú estas viendo, pero no quiero que hables de los diputados, tú vas a estar viendo y tus oficinas van a estar en esta cantina y vas escribir sobre las sombras, sobre el pueblo y vas a hablar de aquellas sombras frente al puerto”, apunta.

Queretaneidad

Jesús Bustos tiene una fijación por retratar a la sociedad queretana. Con su exploración de este universo ha derribado mitos y ha reforzado otros.

El conservadurismo y la cerrazón de los queretanos es algo que ha notado como constante en las diversas etapas de la historia a las que se ha acercado.

“Los poblanos y los queretanos son sociedades cerradas, en su tiempo, en su moral, en su espacio, entonces yo propuse eso como tesis de maestría. Buscando atrás, en el tiempo en que Querétaro era la entrada a “Tierra adentro”, que es como una privada, que primero es calle y a los que no conoces que pasan por ahí, les dices: a ver tú, policía, dile que qué hace aquí.

“Te van cerrando, pero no se cerró en los años 50 y en los 30, (…) encontré que tiempo antes de los españoles, los chichimecas, los otomíes y los jonaces, ya eran sociedades cerradas en sí”.

Este interés por lo cotidiano tiene un marcado protagonismo en De aquellas sombras frente al Puerto… El autor hace notar que no se trata de una historia en torno a la figura de Venustiano Carranza o a la creación de la Constitución, sino de lo que sucedía en una ciudad conservadora, que dejó su rutina cuando se volvió capital del país y de pronto su población se vio casi duplicada.

Jesús Reyes puso el foco en lo que ocurría con los zapatistas en la Sierra Gorda, la situación de los anarquistas que hacían huelgas en la fabrica de Hércules, la prostitución, las fiestas y el alcohol que corrió a montones por las calles de la noble ciudad.

“Entre los inacabados capítulos aparecen historias de Villa en Querétaro, espías zapatistas y villistas en la ciudad, el tifo y el cólera, pulqueros, cirqueros y diputados platicando en las cantinas. Hacendados que no quieren hacer caso a los logros de la Revolución (…) Mujeres que insisten en el sufragio femenino, aún a escondidas de sus maridos y toda la subjetividad del ser humano”, remata el escritor.

La presentación de la novela tiene entrada libre, en el inmueble ubicado en Arteaga 89, en el Centro Histórico de la capital queretana.

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