Para Silvia Vázquez-Lavado el escalar montañas ha significado más que un hobby para presumir en redes sociales; para ella, esta actividad le ha enseñado el poder del coraje, la vulnerabilidad y el asombro.
“No tiene mucho que descubrí que en mi país, los pueblos incas veían a las montañas como sitios sagrados, por lo que al momento de emprender este viaje de autodescubrimiento, ir hacia ellas parecía como lo más lógico para mí”, explicó la activista en entrevista con Diario de Querétaro.
Silvia es reconocida por ser la primera escaladora abiertamente lesbiana en ascender la cima del Everest en el 2016 y por haber sido la primera mujer peruana en haber escalado las siete cumbres en el 2018. Pero más allá de esos hitos, se define como una activista contra la violencia sexual y busca ayudar a otras mujeres que lo han sobrevivido con su propia experiencia en hacerle frente a sus propios traumas y excesos.
“Por mucho tiempo yo me definía a mí misma como una sobreviviente, pero creo que el definirme de esa manera me reducía a nada. Me hacía sentir que estaba sola contra el mundo, que nadie más entendería el dolor que estaba atravesando y que era una especie de secreto, porque no debía sanar en público. Así que siento que primeramente las palabras son las que nos marcan, pero al final es en lo que nosotras transformamos esta situación lo que define nuestra identidad”, expresó.
Para la montañista, el alpinismo le ha otorgado una vía para poder sanar sus propias heridas, y también para poder ayudar a otras jóvenes a enfrentar las propias. “Las montañas me enseñaron que estoy viva, que soy fuerte, que puedo superar cualquier obstáculo y me han llenado de experiencias tan satisfactorias que en momentos de reflexión me han permitido liberar todo lo que yo llevaba cargando por años”, relató.
Fueron las circunstancias de la vida las que la orillaron a escribir su libro de memorias, “El abrazo de la montaña”, el cual fue ganador del Premio Stanford Travel Book of the Year. “Si te soy sincera, el encontrar el coraje para escribir y compartir lo que me había pasado no fue nada sencillo. A veces quisiera tener el mismo ego de los hombres, para tener el incentivo de compartir con el mundo hasta lo más mínimo que me sucede, porque siento que nosotras, las mujeres, tendemos a esperar hasta el momento preciso para compartir nuestra historia. Los astros tienen que estar alineados para que decidamos hablar. Así que en mi caso fue después de que me accidenté, tuve una caída en la que terminé en cuidados intensivos y descubrieron un tumor en mi cerebro. El cáncer existe dentro de mi familia, así que había alta probabilidad de que fuera maligno, afortunadamente no lo fue, pero durante esos momentos de incertidumbre fue que prometí escribir mis memorias, decidí que dejaría la vida que tenía hasta ese momento, que pasaría el resto de mis días inspirando jóvenes y tratando de subir lo que pueda subir. Y a pesar de que no me detectaron cáncer, yo mantuve esas promesas y las puse en acción, también dejé el alcohol, cambié mi estilo de vida, y gracias a Dios ya han pasado seis años desde entonces”, relató.
Actualmente, Silvia tiene diversos proyectos bajo la manga. Por un lado está por comenzar un proyecto educativo en el Amazonas y por otro está a la espera para llevar su testimonio de vida a la gran pantalla.
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Puedes escuchar su testimonio de vida este domingo en el Jardín Guerrero. Contará con dos conferencias para hoy, una programada a las 12:30 horas y otra a las 17:00 horas. Para ambos diálogos se pueden adquirir las entradas de un valor de 20 pesos en el sitio: hayfestival.com; es importante recordar que lo recaudado será donado a los programas sociales del Sistema DIF Municipal.