/ miércoles 13 de julio de 2022

“He hecho las cosas bien, soy una persona honorable”

La escritora Ayari Velázquez asegura que cobra por asesoría profesional para publicar y gestionar presentaciones de libros, no por tomar decisiones en dichos espacios

La escritora y correctora de estilo, Ayari Velázquez afirma que desde 2021 ofrece paquetes de corrección y asesoría para publicar proyectos literarios de manera digital e impresa, pero sin garantizar la publicación y presentación de libros, esto a razón de la nota publicada el pasado 10 de julio en este medio, donde a través de un testimonio anónimo se señala a “Ayari N” como responsable de un supuesto fraude literario y por la que solicita el derecho de réplica.

La escritora y correctora de estilo aclara que todos los paquetes ofertados por ella -mismos que varían en los precios dependiendo de las necesidades- se refieren exclusivamente a orientación, corrección de estilo y asesorías para realizar algún tipo de trámite, y afirma que nunca cobró por asegurar o garantizar presentaciones de libros en lugares públicos como el Centro Cultural Manuel Gómez Morín, donde ella también imparte talleres desde hace cuatro años. Además, reitera que no tiene relación con la editorial Fondo Blanco.

“También hice gestión, en qué sentido gestión: ‘Ayari me quiero presentar aquí, ¿se puede? Claro que se puede y es gratis, pero hay que llevar estos papeles, tienes que pedir una hoja. ‘¿Lo puedes hacer tú? Claro pero si yo lo hago, yo te voy a cobrar el servicio de gestión’. (...) Imagínate qué poder debería de tener yo, la llave de todos los centros culturales para que yo meta a quien me venga en gana, cuando los alumnos que se han presentado es porque hay papeles que se llevan, piden el espacio”.

“La relación que yo tengo con Fondo Blanco fue, me eligieron para escribirles un cuento, mi cuento se llama Escopeta y lo pueden buscar, ahí aparece, es toda la relación que tenemos. (...) No, yo con Fondo Blanco sólo les escribí un cuento, no sé ni quién es el director de Fondo Blanco, yo sólo platicaba con una persona que creo que no estaba ni en la parte editorial, pero esa es mi relación con Fondo Blanco” indicó.

Comenta que no trabaja para alguna secretaría, y que durante el tiempo que ha realizado presentaciones sólo ha hecho gestiones en el CECEQ y nunca en el CEART.

“No es que yo cobre porque vaya a lograr que participes en tal, yo no puedo hacer eso, no trabajo con ninguna secretaría, yo trabajo por mi cuenta y no tengo esa capacidad, ellos son los que deciden si se presentan o no. Algunos deciden solo una presentación virtual, pones tu camarita y ya, te estás presentando, pero aunque sea de esa forma se necesita llenar un formato, son formatos que a mí me mandan, imaginate que yo llegue a cualquiera de esas instancias y llegue con un formato que no es el de ellos, pues claro que no me lo van a aceptar. En lo que llevo haciendo presentaciones solo he presentado en el CECEQ, nunca me he presentado en el CAERT. (...) Lo digo una vez más, yo no tengo facultades, no soy una institución, no soy yo una editorial constituida para poder hacer y deshacer lo que… simplemente es, si me buscas es porque sabes que te puedo asesorar en esto”.

Ayari refiere que trabaja en un par de editoriales donde también es corrector de estilo, y que ha asesorado a múltiples adultos sobre el proceso a seguir para publicar sus libros en alguna de las editoriales donde labora, servicio de asesoría que tiene un costo, aunque dice que nunca ha garantizado que dichas publicaciones se concreten, pues no tiene facultad de tomar esas decisiones.

“Trabajo con un par editoriales en donde soy corrector de estilo, si mis alumnos o alumnas se acercan y me dicen ’¿Quiero publicar ¿cómo le hago?’ Entonces digo ‘yo trabajo en tal editorial, te puedo cotizar a nombre de las editoriales y lo podemos hacer así, hasta ahora he entregado 12 libros, desde que me dedico a esto desde 2021, al final es autopublicación, todos están muy contentos con su trabajo. He entregado 12 libros entre impresos y algunos digitales (los precios varían) (...) también te puedo dar nombres de libros que están en la plataforma de Gandhi (...) nombres de mis alumnos no te puedo dar, pero cualquiera que me conozca, que sea mi alumno y haya trabajado conmigo te puede asegurar ‘Sí, mi libro está en Gandhi’”.

“En la nota lo ponen como si fuera algo imposible, pero cualquiera que sabe de esto entiende cómo funciona maquetar libros digitales, claro que se puede”, agregó.

De acuerdo con la presunta persona afectada, Ayari también ofrecía dentro de sus paquetes la posibilidad de publicar textos en un periódico local, donde ella se desempeña como colaboradora. Al respecto, aclara que eso nunca fue una garantía, sino una posibilidad que siempre estuvo sujeta a la decisión del medio.

“A veces tengo mucho trabajo por las otras cosas que yo hago, y para escribir para el Gómez Morín necesito casi 48 horas (...) entonces a veces me gana el tiempo (para entregar la columna al periódico) y me he acercado a mis alguno para decirles ¿Oigan, alguien quiere participar? y todos se pelean. También ha pasado que algún cliente me dice ‘quiero participar, (...) me pregunta si hay espacio, y entonces para mí es ‘yo puedo escribir tres domingos y un domingo lo dejo para ellos (...) le dije yo creo que sí hay chance pero qué texto tienes, y ese texto no se ajustaba a la sección, se lo dije, yo no puedo hacer nada, yo no elijo quién puede y quién no, si quieres participar para la próxima vez elige un cuento o una experiencia personal que tenga que ver con literatura. (...) lo veo también como motivación, a ellos les puede emocionar publicar (en un periódico)”.

Reconoce que dentro de los paquetes que ofrecía sí daba a entender la posibilidad de publicar en un periódico de circulación local, pero fue un error que eliminó para evitar confusiones.

“Dentro de los paquetes, una de las cosas que escribía, y eso fue error mío, porque no lo redacté bien y se da a entender otra cosa, era como la posibilidad de escribir (en el periódico) pero no, ahí podía entenderse como ‘si yo pago entonces escribo en el periódico’, también lo eliminé, cuando me di cuenta de ese error, dije no, suena raro. Se quitó, pero tampoco nunca nadie me ha pagado por aparecer en el periódico, lo que ha pasado es que me dicen ‘oye tengo este texto para el universal’ y el texto tiene un montón de errores, entonces les digo que se puede hacer una corrección de estilo, pero que yo cobro por esa corrección, lo puedo presentar al periódico y aun así el medio puede decir que no, si quieres que yo lo corrija te puedo cobrar 100 pesos, 150 pesos, usualmente son tres páginas, pero está entendido que yo no soy quien decide ni a quién van a publicar, ni quién se presenta en recintos, nada”, añade.

Ayari Velázquez dice desconocer el motivo por el que pudo ser compartido dicho testimonio en su contra, asegura que todos sus alumnos y/o clientes han estado conformes con su trabajo, y si en algún momento ya no quieren seguir con la asesoría, incluso les ha regresado su dinero.

“No existe una sola persona que me pueda decir ‘yo te pagué y no hiciste tu trabajo’ no existe porque las personas que se han acercado a mí se les ha entregado lo que han pedido. Y quienes han estado inconformes, que deciden ya no seguir, también puedo comprobarlo, les he regresado su dinero. He hecho las cosas bien, soy una persona honorable, la gente que me conoce, soy una persona confiable, nunca en los 9 años que tengo en Querétaro y los 4 años que llevo como corrector de estilo, nunca nadie me había señalado de nada, desconozco con qué fin, a veces vas haciendo bien tu trabajo tal vez hay personas que no, que algo les molesta”, refiere.


La escritora y correctora de estilo, Ayari Velázquez afirma que desde 2021 ofrece paquetes de corrección y asesoría para publicar proyectos literarios de manera digital e impresa, pero sin garantizar la publicación y presentación de libros, esto a razón de la nota publicada el pasado 10 de julio en este medio, donde a través de un testimonio anónimo se señala a “Ayari N” como responsable de un supuesto fraude literario y por la que solicita el derecho de réplica.

La escritora y correctora de estilo aclara que todos los paquetes ofertados por ella -mismos que varían en los precios dependiendo de las necesidades- se refieren exclusivamente a orientación, corrección de estilo y asesorías para realizar algún tipo de trámite, y afirma que nunca cobró por asegurar o garantizar presentaciones de libros en lugares públicos como el Centro Cultural Manuel Gómez Morín, donde ella también imparte talleres desde hace cuatro años. Además, reitera que no tiene relación con la editorial Fondo Blanco.

“También hice gestión, en qué sentido gestión: ‘Ayari me quiero presentar aquí, ¿se puede? Claro que se puede y es gratis, pero hay que llevar estos papeles, tienes que pedir una hoja. ‘¿Lo puedes hacer tú? Claro pero si yo lo hago, yo te voy a cobrar el servicio de gestión’. (...) Imagínate qué poder debería de tener yo, la llave de todos los centros culturales para que yo meta a quien me venga en gana, cuando los alumnos que se han presentado es porque hay papeles que se llevan, piden el espacio”.

“La relación que yo tengo con Fondo Blanco fue, me eligieron para escribirles un cuento, mi cuento se llama Escopeta y lo pueden buscar, ahí aparece, es toda la relación que tenemos. (...) No, yo con Fondo Blanco sólo les escribí un cuento, no sé ni quién es el director de Fondo Blanco, yo sólo platicaba con una persona que creo que no estaba ni en la parte editorial, pero esa es mi relación con Fondo Blanco” indicó.

Comenta que no trabaja para alguna secretaría, y que durante el tiempo que ha realizado presentaciones sólo ha hecho gestiones en el CECEQ y nunca en el CEART.

“No es que yo cobre porque vaya a lograr que participes en tal, yo no puedo hacer eso, no trabajo con ninguna secretaría, yo trabajo por mi cuenta y no tengo esa capacidad, ellos son los que deciden si se presentan o no. Algunos deciden solo una presentación virtual, pones tu camarita y ya, te estás presentando, pero aunque sea de esa forma se necesita llenar un formato, son formatos que a mí me mandan, imaginate que yo llegue a cualquiera de esas instancias y llegue con un formato que no es el de ellos, pues claro que no me lo van a aceptar. En lo que llevo haciendo presentaciones solo he presentado en el CECEQ, nunca me he presentado en el CAERT. (...) Lo digo una vez más, yo no tengo facultades, no soy una institución, no soy yo una editorial constituida para poder hacer y deshacer lo que… simplemente es, si me buscas es porque sabes que te puedo asesorar en esto”.

Ayari refiere que trabaja en un par de editoriales donde también es corrector de estilo, y que ha asesorado a múltiples adultos sobre el proceso a seguir para publicar sus libros en alguna de las editoriales donde labora, servicio de asesoría que tiene un costo, aunque dice que nunca ha garantizado que dichas publicaciones se concreten, pues no tiene facultad de tomar esas decisiones.

“Trabajo con un par editoriales en donde soy corrector de estilo, si mis alumnos o alumnas se acercan y me dicen ’¿Quiero publicar ¿cómo le hago?’ Entonces digo ‘yo trabajo en tal editorial, te puedo cotizar a nombre de las editoriales y lo podemos hacer así, hasta ahora he entregado 12 libros, desde que me dedico a esto desde 2021, al final es autopublicación, todos están muy contentos con su trabajo. He entregado 12 libros entre impresos y algunos digitales (los precios varían) (...) también te puedo dar nombres de libros que están en la plataforma de Gandhi (...) nombres de mis alumnos no te puedo dar, pero cualquiera que me conozca, que sea mi alumno y haya trabajado conmigo te puede asegurar ‘Sí, mi libro está en Gandhi’”.

“En la nota lo ponen como si fuera algo imposible, pero cualquiera que sabe de esto entiende cómo funciona maquetar libros digitales, claro que se puede”, agregó.

De acuerdo con la presunta persona afectada, Ayari también ofrecía dentro de sus paquetes la posibilidad de publicar textos en un periódico local, donde ella se desempeña como colaboradora. Al respecto, aclara que eso nunca fue una garantía, sino una posibilidad que siempre estuvo sujeta a la decisión del medio.

“A veces tengo mucho trabajo por las otras cosas que yo hago, y para escribir para el Gómez Morín necesito casi 48 horas (...) entonces a veces me gana el tiempo (para entregar la columna al periódico) y me he acercado a mis alguno para decirles ¿Oigan, alguien quiere participar? y todos se pelean. También ha pasado que algún cliente me dice ‘quiero participar, (...) me pregunta si hay espacio, y entonces para mí es ‘yo puedo escribir tres domingos y un domingo lo dejo para ellos (...) le dije yo creo que sí hay chance pero qué texto tienes, y ese texto no se ajustaba a la sección, se lo dije, yo no puedo hacer nada, yo no elijo quién puede y quién no, si quieres participar para la próxima vez elige un cuento o una experiencia personal que tenga que ver con literatura. (...) lo veo también como motivación, a ellos les puede emocionar publicar (en un periódico)”.

Reconoce que dentro de los paquetes que ofrecía sí daba a entender la posibilidad de publicar en un periódico de circulación local, pero fue un error que eliminó para evitar confusiones.

“Dentro de los paquetes, una de las cosas que escribía, y eso fue error mío, porque no lo redacté bien y se da a entender otra cosa, era como la posibilidad de escribir (en el periódico) pero no, ahí podía entenderse como ‘si yo pago entonces escribo en el periódico’, también lo eliminé, cuando me di cuenta de ese error, dije no, suena raro. Se quitó, pero tampoco nunca nadie me ha pagado por aparecer en el periódico, lo que ha pasado es que me dicen ‘oye tengo este texto para el universal’ y el texto tiene un montón de errores, entonces les digo que se puede hacer una corrección de estilo, pero que yo cobro por esa corrección, lo puedo presentar al periódico y aun así el medio puede decir que no, si quieres que yo lo corrija te puedo cobrar 100 pesos, 150 pesos, usualmente son tres páginas, pero está entendido que yo no soy quien decide ni a quién van a publicar, ni quién se presenta en recintos, nada”, añade.

Ayari Velázquez dice desconocer el motivo por el que pudo ser compartido dicho testimonio en su contra, asegura que todos sus alumnos y/o clientes han estado conformes con su trabajo, y si en algún momento ya no quieren seguir con la asesoría, incluso les ha regresado su dinero.

“No existe una sola persona que me pueda decir ‘yo te pagué y no hiciste tu trabajo’ no existe porque las personas que se han acercado a mí se les ha entregado lo que han pedido. Y quienes han estado inconformes, que deciden ya no seguir, también puedo comprobarlo, les he regresado su dinero. He hecho las cosas bien, soy una persona honorable, la gente que me conoce, soy una persona confiable, nunca en los 9 años que tengo en Querétaro y los 4 años que llevo como corrector de estilo, nunca nadie me había señalado de nada, desconozco con qué fin, a veces vas haciendo bien tu trabajo tal vez hay personas que no, que algo les molesta”, refiere.


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