El artista visual Rafael Silva presenta en el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro una apuesta artística titulada: “Improntas de la memoria, historias de la ciudad contadas por árboles”; una pieza- instalación que habla sobre los artistas que han partido de este mundo y los cientos de árboles que, al extinguirse por la urbanización, dejaron vestigios que hoy son llevados a la luz.
La obra consta de una serie de manteletas (blondas) que fueron intervenidas de manera química y artística, emulando las vetas y anillos de los árboles que guardan información sobre su edad y contexto. Retomando este rasgo, es que el artista hace una relación íntima con los grandes personajes del arte en Querétaro y sus obras; sabios que en cada pincelada, grabado o poema dejaron un testimonio para la memoria colectiva.
“Los abuelos, los padres, los adultos mayores son personas que dentro de sus experiencias cotidianas y de vida, nos transmiten información de tiempos pasados y nos dan la posibilidad de reintegrarnos y entender nuestro mundo a partir de su mirada y su testimonio, al igual que los árboles”, explica Silva.
Para la instalación, el artista platica que se valió de materiales sencillos que luego intervino para emular la complejidad del tiempo, utilizando también vestigios de algunos cuerpos naturales inertes que fueron dejados al límite de la urbanidad en aras de la modernización.
“A raíz de la tala inmoderada de árboles en Querétaro, más aún en el Centro Histórico, busqué en los troncos dejados en el piso, retratos de los corazones de los árboles e intenté realizar una representación de ellos a través de las blondas de papel, con la idea de revelar nuevamente su vida y sus historias”, detalla Rafael, quien hace referencia a que los anillos concéntricos que poseen los árboles. además de revelar datos científicos relacionados con el tiempo, el clima y las condiciones ambientales. también revelan una parte de la historia del estado.
Su indagación acerca de este trabajo, se concentró en la analogía de homologar significados y simbolismos entre los árboles y alguno que otro personaje de la vida cultural y artística de Querétaro, porque ambos, desde su existencia, tienen mucho que aportar.
En la instalación la luz es un elemento central, que retomó y refractó en las piezas suspendidas para lograr una especie de ensoñación que reflejara los corazones de los árboles, a partir de una reacción que genera luminiscencia y que referencia aquél instante que se esfuma; esa en una forma de mantener viva la memoria de los árboles y de artistas como el pintor Gerardo Esquivel; el artista plástico Julio César Cervantes “El diablo” y Julio Castillo.
“La intención era generar una especie de camposanto o una atmósfera etérea donde el espectador, al entrar a la sala, pudiera perder la noción del tiempo, del espacio y de toda preocupación, para entregarse a la experiencia de algo sublime”, enfatiza.
Actualmente Rafael Silva dirige su labor en el abordaje de la estampa y la gráfica experimentando y proponiendo nuevos discursos que partan de la gráfica bidimensional, para derivar en nuevas exploraciones como la gráfica expandida que apuesta por nuevas formas de hacer y presentar ideas y proyectos artísticos llegando a la mente del público y trascendiendo con el hecho de mover conciencias y generar cambios reales, a través del arte.
Su pieza-instalación está expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo, en el marco de la muestra Fiat Lux y podrá ser visitada por el público de martes a domingo en un horario de 10:00 a 18:00 horas. La entrada es gratuita.