Hormigas de oro I

Vitral

Alfonso Franco Tiscareño | Colaborador Diario de Querétaro

  · miércoles 28 de septiembre de 2022

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta.

Carl Jung

Siempre tan trabajadoras, tan organizadas. Parafraseando a San Francisco de Asís las llamaré: hermanas hormigas. La primera enseñanza que nos dan es que la vida consiste en movimiento, que todo cambia, se transforma, muta, en una extraordinaria combinación de aparente quietud con movilidad continua. Aún en lo que parece más rígido hay movimiento interno. En las hermanas hormigas el movimiento es perceptible a simple vista, caminan de un lugar a otro, suben, bajan, traen, llevan, siempre con un fin: sobrevivir, vivir. Todo ser sintiente, defiende la vida, la protege, huye del peligro, busca la seguridad.

Pero estas hormigas de las que hoy hablo son muy especiales, se parecen a las otras en lo trabajadoras y organizadas, pero éstas tienen la peculiaridad de que todas ellas son de oro, patitas, antenas, cuerpo, cabeza, ojos, mandíbulas, sus vellosidades son enteramente de oro, y a pesar de ello se mueven con la misma agilidad y gracia que cualquier otra hormiga. Igual que todas, caminan, se encuentran, se saludan, se comunican, se huelen, algo se avisan, unas van en un sentido, otras en otro, pero todas son de oro. Esta característica me ha causado gran asombro y curiosidad. Pareciera que no tienen tiempo más que para trabajar, trabajar y trabajar, pero no es así. Según documenta Maurice Maeterlinck en su obra clásica La vida de las hormigas, éstas juegan también, luchan, se divierten. E igualmente, pelean, invaden, guerrean.

Me asombra este fantástico sueño con hormigas de oro porque cómo pueden andar por ahí, y al mismo tiempo no estén presentes hombres voraces y rapaces capturándolas en bolsas o costales para fundirlas, venderlas al mejor postor y enriquecerse. Me asombra que ellas estén trabajando aquí con toda la intensidad que les caracteriza, y quiero saber cómo es posible que lleven una vida de hormigas normales siendo de oro, qué comen, dónde viven, cómo es su reproducción, en una palabra, cómo logran vivir siendo de oro.

Creo que este sueño que aparece proyectado en mis párpados, esta extraordinaria visión, guarda un mensaje que debo descifrar. O puede ser que simplemente se trate de un paisaje onírico que me llena de belleza, agradecimiento, armonía, plenitud y asombro. Algo simplemente para el goce de los sentidos corporales, el alma, el ser, la mente, emociones, imaginación y espíritu. Y si acaso hubiera algún mensaje -lo cual puede ser posible-, hay que buscarlo sin truculencias, con toda calma. Puede ser sencillo, pero no por ello menos poderoso. Mensaje para extraer de él todas las enseñanzas, casi minerales, que este sueño guarde. Ese es el punto.

No es la intención antropomorfizar a las hormigas, o viceversa, hormiguear a los humanos, pero sin duda que al estar estos insectos tan organizados y vivir en sociedad, observándolas con atención, podemos sacar muchas enseñanzas para nuestra propia vida individual y social. Por ejemplo, podemos aprender de su capacidad de previsión, de mirar al futuro para saber que los tiempos cambian y se necesita un aprovisionamiento para enfrentar los momentos en que no haya seguridad de comida, o cuando haya que estar encerrado. Y si las hormigas son de oro, caramba, qué aprovisionamiento tan valioso son ellas mismas. Son de oro porque son una manifestación de la vida misma, no hay nada pequeño. No en vano grandes pensadores y científicos de muy diversas épocas las han estudiado, por ejemplo Aristóteles, Plinio, Lineo, Maeterlinck, Renato Antonio Ferchault de Reaumur, Pierre Huber. Todos estos estudiosos han dado lugar a la ciencia llamada Mimercología, que no es otra cosa que el estudio científico de las hormigas. Esta disciplina forma parte de la entomología, es decir, del estudio en general de los insectos. En fin, que la vida de las pequeñas hormigas es tan extraordinaria como todo lo que hay en el mundo y en el cosmos, y el hecho de que un sueño lleve a reflexionar acerca de la vida de las hormigas es ya un aporte a la propia vida, a la que podrás integrar desde el conocimiento científico de la vida de estos insectos hasta una metáfora de sus costumbres para integrarlas al mundo personal.

No hay nada que no valga la pena estudiar, no hay nada que no coopere al ciclo de la vida terrícola y de la vida universal. Llama la atención que este haya sido un sueño tan lúcido, muchos sueños se olvidan, este no. Por ahí leí que esa clase de sueños lúcidos, que se recuerdan, son importantes, significativos, si no es que hasta traen un mensaje. Apoyándome en el tarot como máquina de pensar, me sale el arcano mayor de El Ermitaño, un hombre con una lámpara para alumbrar sólo a la persona que busca con sinceridad, y que exprese, conscientemente, su deseo de conocer acerca de la sabiduría perenne. Los alquimistas querían convertir el plomo en oro, es decir, transmutar la vulgaridad y la ignorancia en sabiduría, conocimiento, conciencia. Sabían que la máxima sabiduría que puede haber es el conocimiento de Dios. El que trabaja por la sabiduría, como lo hacen las hormigas en los asuntos que les son propios, se convierte en oro él mismo, como esas hormigas del sueño.

Estamos conscientes de que la interpretación de este sueño planteado aquí, puede parecer muy subjetiva, pero nos damos cuenta de que toda interpretación de un sueño es necesariamente subjetiva, no hay sueño que pueda interpretarse en abstracto o con generalidades, sino que hace referencia a un mundo muy particular que a la vez, está conectado a todo un contexto social, educativo, cultural, que permite una interpretación en dos planos: lo subjetivo y lo objetivo, lo particular y lo general, lo personal y lo histórico, lo consciente y lo inconsciente.

Dicen que hay hay tres cosas que no se pueden ocultar: la riqueza, la sabiduría y la belleza. No es que quieras dártelas de sabio, es que, como dijo Jesús, el Cristo: nadie enciende una vela para ponerla debajo de la mesa, se coloca arriba, y en el centro, para que alumbre a todos. Y no estamos hablando de nada que tenga que ver con religión o iglesias, a todos estos mensajes se les puede dar un enfoque estrictamente laico.


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