Hormigas de oro II

Vitral

  · miércoles 5 de octubre de 2022

Foto: Cuartoscuro

Mejor es mi fruto (la sabiduría) que el oro, que el oro puro, y mi renta mejor que la plata acrisolada.

Proverbios, 8:19


Y no se brilla sólo para sí mismo, se brilla para los demás, para servir, para agradecer al supremo creador, a la vida, a Dios, o como le quieras llamar, según las convicciones de cada quien. Una de las primeras interpretaciones que hago de la carta del Tarot, El Ermitaño, tirada a propósito de este sueño de las hormigas de oro, es que hay que trabajar tanto como ellas para estar bien, tener riqueza, vivir a gusto, tranquilo, poder tener lo que se desea, para compartir, relacionarse, escuchar. Sólo con la asociación y cooperación lograron los humanos sobrevivir, desarrollarse, avanzar y evolucionar. El Ermitaño escruta el horizonte, mira hacia el futuro aprendiendo de su pasado, siendo plenamente consciente de su presente.

Foto: Donna Oliveros | Diario de Querétaro

¿Qué me están diciendo esas hormigas de oro, con ese metal, el más puro, bello y que todos quisieran poseer? Según señala Sigmund Freud en su libro Introducción al psicoanálisis, en el capítulo titulado Los sueños: “Sabemos asimismo que todos los pueblos antiguos han atribuido a los sueños un importante valor y los han considerado como prácticamente utilizables, hallando en ellos indicaciones relativas al futuro y dándoles el significado de presagios”. A nosotros no nos interesan ni la adivinación ni los presagios, pero sabemos que todos los sueños significan algo, estamos de acuerdo con Freud cuando escribe en el texto citado: “Creyendo ya muy verosímil que el sujeto del sueño tenga un conocimiento del mismo, nuestra labor se limitará a hacerle hallar tal conocimiento y comunicárnoslo. No le pedimos que nos revele en seguida el sentido de su sueño, pero sí le suponemos capaz de encontrar tanto el origen del mismo como el círculo de ideas e intereses de que proviene.” Eso es lo que nos proponemos en este artículo, desglosar los elementos del sueño para entender el posible significado.

Esas hormigas de oro están diciendo que debes realizar un trabajo de alquimia para transmutar el plomo en oro, cambiar la mentalidad, dominar las pasiones. El oro es el máximo símbolo alquímico, simboliza el secreto máximo, el de la larga vida, de la inmortalidad. Descubrir que somos espíritu inmortales, hijos de Dios, de la vida, o del Universo, que tenemos que regresar a casa, es decir, a nosotros mismos, para saber quiénes somos y qué hacemos en el planeta Tierra. Saber que somos individualidad y a la vez comunidad, en una relación dialéctica. Es legítimo, necesario, ser individuo, pero también debemos entendernos como parte de un grupo, aunque subrayando la individualidad y el valor que cada uno tiene.

E igual que las hormigas no quedarse quietos, tener la capacidad de transformarse permanentemente hasta convertirse en una hormiga de oro, trabajadora, consciente, en permanente transmutación, convirtiendo lo vulgar en sagrado, el plomo en oro. Esto dará como resultado lo que buscaba primordialmente la alquimia: la vida eterna, la que no entendemos como inmortalidad, sino como plena conciencia para entender el valor del presente como eternidad. La hormiga que camina y camina, que se encuentra con otras, que sube y baja por el camino de la sabiduría, de la transformación personal, el camino del discípulo.

Este, como todos los sueños, viene del inconsciente. O ¿acaso los sueños sólo son sueños como escribió Pedro Calderón de la Barca ?, ( ¿Qué es la vida? Un frenesí./ ¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño;/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son), ¿o tienen un significado, como señaló Sigmund Freud? ¿cómo buscar e interpretar los oráculos implicados? Este sueño de las hormigas de oro vino de esa zona, del inconsciente. ¿Qué puede significar? Es lo que tratamos de averiguar, pero incluso si no guardará directamente un mensaje, nos apoyamos en la cultura, en el encuentro de los valores simbólicos, de los arquetipos, que cada componente del sueño guarda.

Lo primero que nos damos cuenta es que se trata de un sueño alquímico, un sueño en clave enviado desde el centro del ser, no olvidar que el tamaño del inconsciente es muchísimo mayor que el de la conciencia, y este sueño contiene el método para encontrar la piedra filosofal, mejor dicho el oro filosofal, que no es otra cosa que la transmutación de uno mismo, de un ser tosco e ignorante, en un ser despierto. Es el viaje del Héroe. Cuando menos así comenzamos a interpretar este sueño. Como esas hormigas, hay que trabajar conscientemente para redescubrirse y saber que somos hijos del milagro de la vida existente, que estamos hechos de oro espiritual. Esto último entendido como una expresión sublime del ser, del existir.

Esa pepita de oro surgió desde lo más profundo del inconsciente. Los componentes de nuestra psique nos están mandando permanentemente mensajes que permiten una mejor comprensión de nuestro ser, para así completar nuestro proceso de desarrollo personal, lo que el psicólogo Carl Jung denominó individuación, la cual consiste en “Ser un ser autónomo, independiente y capaz de sobrevivir por sí mismo adaptándose al medio. Alcanzar la propia identidad, reconocerse a sí mismo como ente propio e integrado. Completar el proceso de desarrollo para lograr ser uno mismo. Todas estas frases reflejan el principal objetivo del desarrollo humano: la consecución del proceso de individuación…Para el autor, el término individuación se concibe como un proceso de diferenciación, constitución y particularización de la propia esencia, de tal manera que el sujeto pueda descubrir quién es y permite desarrollar la personalidad. Se identifica también con la autorrealización, siendo parte de un proceso natural e instintivo hacia la propia maduración.” Se trata de un proceso que inicia en la adolescencia y que, aunque se logre un punto óptimo, nunca terminará mientras viva el individuo.


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