Hormigas de oro III

Vitral

Alfonso Franco Tiscareño | Colaborador Diario de Querétaro

  · miércoles 12 de octubre de 2022

Foto: Cortesía | @munal

Señala Freud en el libro antes citado que hay que “… descomponer el sueño en sus elementos y examinar aisladamente cada uno de ellos… El elemento del sueño no es tampoco algo auténtico, sino tan sólo un sustitutivo de algo que no conocemos y que el análisis debe revelarnos … (el sueño es) un sustituto de algo ignorado por el sujeto del mismo, o mejor dicho, de algo de que dicho sujeto posee conocimiento, pero un conocimiento inaccesible… la técnica de interpretación que hemos llegado a establecer consiste en hacer surgir, por asociación con cada uno de dichos elementos, otros productos sustitutivos, de los cuales podemos deducir el oculto sentido buscado … En lugar de decir oculto … diremos en adelante, con expresión mucho más exacta, inaccesible a la conciencia del durmiente, o inconsciente .”

Como los sueños vienen del inconsciente, sucede que muchas veces no captamos el sentido de los mensajes que nos manda, no nos damos cuenta porque no estamos capacitados ni tenemos entrenamiento para ello. Hay que ir barriendo la basura y adquiriendo conocimiento para poder descorrer el velo que nos impide ver con más claridad, y así, poco a poco, podremos darnos cuenta de lo asombroso y fantástico que son los mensajes enviados desde el inconsciente, ya que contienen elementos que pueden influir para desarrollar nuestra conciencia y madurar. Cuando menos a nosotros nos ha permitido tirar un ancla para lograr un encuentro más profundo con el ser interior, para descubrir y valorar toda la grandeza que habita en nosotros, seres humanos vivos en el universo. Si lo miramos bien, es realmente fantástico. Nos ha llevado a revalorar la frase de Carl Jung que señala: “Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta”. Es decir, buscar dentro, en sí mismo, las respuestas a muchos de nuestros problemas, tristezas y conflictos. Siempre apoyados en esa dialéctica entre lo externo y lo interno, entre lo individual y lo grupal, porque no existe uno sin lo otro, y apoyados también en lo cultural, lo social y lo psicológico. Así, tomamos todo esto para indagar, asociar, cuestionar y encontrar elementos válidos para interpretar los sueños.

Puede parecer un procedimiento muy subjetivo, pero aun así, creemos que esta interpretación permite encontrar conceptos y significados válidos y útiles para alimentar y estructurar la vida propia, para conformar un ser humano más solidario, con más empatía, más amoroso. Sí se logra esta condición, el sueño y su interpretación habrán valido la pena. Encontrar lo que Carl Jung llamó el desconocido sí mismo, su sabiduría ancestral. El mejor intérprete de sus propios sueños es uno mismo, pero esta interpretación no puede venir de la adivinación vulgar, sino que tiene que estar apoyada en elementos arquetípicos y simbólicos, sobre todo en los mitos fundacionales. Con todo este bagaje se puede uno acercar a los sueños y a su interpretación de manera más segura. Todas nuestras vivencias son factibles de interpretación, es decir, se les puede atribuir un significado, sin éste no existiría la cultura y no habría sociedad humana. El proceso de atribuir significado es fundamental para entender la vida social en toda su complejidad. Se interpretan los sueños para comprender y diseñar el presente.

Es difícil, muy difícil, observarse a uno mismo autocríticamente. Este trabajo exige poder transformar y corregir los errores que nos señalan otros y los que percibe uno mismo. Es duro, pero es el mejor camino para evolucionar. Coincidimos totalmente con lo que dice el escritor Mircea CărtărescuLa vida onírica es sumamente importante, pero la gente tiende a descartar sus sueños y no les hace caso. Yo, al contrario, pienso que los sueños son los que hacen nuestra realidad, que es parte de este mundo onírico y es algo que me mantiene con vida”

Tú no decides qué soñar, los sueños vienen de las zonas más recónditas de tu psique, obedecen a otras leyes que prácticamente desconocemos, pero no por ello son materia banal. No en balde muchas culturas se han interesado en ellos, por ejemplo los toltecas que se levantaban en la mañana preguntándose unos a otros qué habían soñado. Los sueños como timón del día. No podemos decidir lo que vamos a soñar, pero sin duda están ligados a nuestras vivencias, anhelos, frustraciones, deseos, recuerdos, y se manifiestan de maneras que asombran.

También escritores como José Agustín se han interesado en los sueños como sustancia vital. Recomendamos la lectura de su libro Material de los sueños, en donde se pueden leer cuentos elaborados a partir de experiencias oníricas. Todo es cuestión de saber mirar, poseer el bagaje cultural y existencial para poder interpretarlos. Hay que intentarlo como un acto absolutamente responsable para enriquecer nuestro proceder cotidiano. Escuchar a nuestro ser interior, el cual también está alimentado por el inconsciente colectivo en donde habitan los arquetipos cuya existencia es anterior a nosotros, los cuales hemos heredado. No somos exactamente una página en blanco, ni aún al nacer, tenemos un bagaje, una herencia, y a partir de ella podemos interpretar nuestro quehacer diario y transformarnos. “Inconsciente colectivo es un término acuñado por el médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung que hace referencia a las estructuras de la mente inconsciente compartidas entre los miembros de la misma especie. Según Jung, lo inconsciente colectivo humano está poblado por instintos y arquetipos: símbolos universales como la gran madre, el viejo sabio, la sombra, la torre, el agua, el árbol de la vida y otros.

Jung consideró que lo inconsciente colectivo sustentaba y rodeaba la mente inconsciente, distinguiéndolo del inconsciente personal del psicoanálisis freudiano. Argumentó que lo inconsciente colectivo tenía una profunda influencia en las vidas de los individuos que vivían sus símbolos y los revestían de significado a través de sus experiencias. La práctica psicoterapéutica de la psicología analítica gira en torno al examen de la relación del paciente con lo inconsciente colectivo.”


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