Querétaro tiene una larga tradición en sus institucionesculturales ya que desde el siglo XIX y antes, los amantes de lasbellas artes oficializaron la educación artística a través de lafundación de escuelas formales de enseñanza, de las cualesperduran el Conservatorio de Música Sacra creado en 1892 y quedesde 1942 lleva el nombre de “José Guadalupe Velázquez” y laFacultad de Bellas Artes, que nació como escuela de primerasletras a principios del siglo XIX y en el siglo XX evolucionó enacademia, instituto y escuela hasta que logró el nivel de facultadcomo parte de la Universidad Autónoma de Querétaro.
El Museo Regional de Querétaro surgió con ese afán depreservación del patrimonio artístico y por la coyuntura devarios caminos, todos con obstáculos. Primero, la férrea voluntadde Germán Patiño por unificar y conservar las colecciones de arteplástico provenientes de la Academia de Bellas Artes, el colegioJesuita y varios templos; segundo, la naciente vida institucionalde México que empezaba a articularse después de la promulgaciónde la Constitución de 1917 y el posterior nacimiento dedependencias encargadas de los bienes muebles e inmuebles de lanación. Y tercero, el hecho de que en Querétaro hubiera inmueblesdisponibles para albergar un museo, como era el caso del exconvento de San Francisco, que de ser el más importante de laciudad se había convertido, en 1928, en un gigante mutilado.
Es así que el 6 de noviembre de 1936, luego de dos décadas desortear todo tipo de dificultades –desde burocracia hastadesinterés de las autoridades, recuperación, restauración yrehabilitación del inmueble que lo alberga y buscar los recursoseconómicos para ello-, se entregó formalmente a don GermánPatiño el ya restaurado inmueble, dotado de acervo, para suapertura como Museo Regional de Querétaro.
Desde entonces se fortaleció y consolidó para ser hoy eldecano y más importante de los más de 30 museos que hay en elestado. Perteneciente al Instituto Nacional de Antropología eHistoria desde 1939, constituye también uno de los más antiguosmuseos de México, siendo incluso casi tres décadas más“viejo” que el Museo Nacional de Antropología.
“El Museo Regional es una parte fundamental de la vidacultural de Querétaro del primer tercio del siglo XX y principiosdel XXI y a partir de su creación y durante todo su desarrollo consus directores significaron el corazón de la vida cultural de laciudad y el estado” señala Manuel Naredo, delegado del INAH enQuerétaro. Ese desarrollo del que habla Naredo lo describiópuntualmente hace diez años, en el marco del 70 aniversario, DiegoPrieto, entonces delegado de dicha dependencia y quien hoy es elencargado de la dirección a nivel nacional. “Desde sufundación, el museo ha atravesado por distintas etapas. Durantemás de 26 años fue conducido con cariño y perseverancia por sufundador. Entre 1963 y 1971 vivió momentos de zozobra consecuenciadel desencuentro entre el INAH y el gobierno del estado. De 1971 a1986 experimentó una notable recuperación, significación ycrecimiento de sus espacios y colecciones, bajo la esmeradaconducción del profesor Eduardo Loarca y con el respaldo del INAHque en 1984 estableció ahí sus oficinas regionales. Entre 1986 y1996 el museo sufrió el impacto ocasionado por la salida de buenaparte de su colección pictórica, para hacer posible la creacióndel Museo de Arte; pero gracias al empeño de sus trabajadores y lacapacidad de Manuel Oropeza, director y museógrafo pudo mantenersey consolidar su vocación”.
La década siguiente, entre 1998 y 2009, el Regional sufrió unaprofunda reestructuración que llevó a la reformulación de sussalas y creación de otras, las cuales se conservan al día dehoy.
Y es su 80 aniversario el que obliga a la reflexión sobre lapertinencia de una nueva reestructuración. Así lo considera suactual director Bernardo Sarvide y así lo confirma el delegadoNaredo, quien asegura que el recinto debe “revisar lo hecho ymirar al futuro, hacer una recapitulación del estado actual queguardan las salas permanentes y revitalizarlas, actualizándolas yponiéndolas al día en cuanto a los resultados de investigaciónde las diferentes áreas que ya se tienen”.
ARQUEOLOGÍA Y PALEONTOLOGÍA EN EL MUSEOREGIONAL En los últimos diez años, gracias a laparticipación de la ciudadanía en todo el estado y los trabajosde investigación de los especialistas del INAH, han surgido nuevosdatos sobre arqueología y paleontología de la región, queobligan a una revisión de lo narrado en la sala QuerétaroPrehispánico del Museo Regional, la cual fue reestructurada hacecasi 20 años y precisa una actualización.
“Hay nuevas piezas e investigaciones que deben actualizar eldiscurso museográfico de esa sala” explica Naredo, quien abundaque la parte paleontológica debe ser tomada en cuenta de maneraespecial. “En los últimos años hemos tenido el rescate dediversas piezas paleontológicas que nos hablan del pasado de lazona, lo que nos permitirá actualizar todo este discurso” diceen referencia a los huesos de mamut encontrados recientemente enlos municipios de Huimilpan y Amealco. Sin embargo, advierte que nose abriría una sala permanente dedicada exclusivamente a lapaleontología sino que la información se incluiría dentro de losespacios existentes.
La reestructuración, advierte, es una tarea compleja porquerequiere de la participación de diversos especialistas y recursoseconómicos “que nos den la posibilidad de que en una buenacantidad de años se mantengan las salas con informaciónvigente”.
Para abrir una nueva sala, dice el delegado, se requiere unaserie de elementos humanos y tecnológicos, además de analizar ysopesar si es necesario sacrificar el espacio que hoy se destina alas exposiciones temporales pues no habría más espacios dentrodel inmueble. “El director debe definir las posibilidades deabrir un espacio más; para nosotros es importante conservar lassalas de exposición temporal porque brindamos un servicioconstante y diverso a las nuevas propuestas; es un tema que hay queanalizar con la Coordinación Nacional de Museos Exposiciones y elpropio director del Museo.
El trámite para obtener recursos para una reestructuracióninicia integrando un equipo de investigadores que realizan unalabor colegiada para ponderar qué es importante mostrar; con baseen ello, formalizar un proyecto de trabajo que esté avalado por laCoordinación Nacional de Museos y Exposiciones y la CoordinaciónNacional de Arqueología y ya con ese proyecto se pueden aprobarlos recursos. Pero, acota Naredo “el INAH es muy grande y tienemuchas exigencias económicas, hay prioridades y lo que trataremosde hacer es que la reestructuración del Museo Regional losea”.
Este proyecto empezará a tomar forma una vez finalicen losfestejos tanto del aniversario como aquellos en los que el Museoestará involucrado, como lo son el centenario de la Constituciónde 1917 y el sesquicentenario de la Restauración de la República,ambos en 2017. Sin embargo, Naredo confía en que el conocimientosobre Querétaro del actual director nacional del INAH, DiegoPrieto, sea una ventaja para la aprobación de proyectos destinadosal estado en general y al museo en particular. “Diego Prieto esun hombre que conoce perfectamente al estado de Querétaro y elfuncionamiento del Centro INAH, por supuesto del Museo Regional; yen esas casi dos décadas que estuvo aquí, él acompañó todoslos procesos y proyectos fundamentales de Querétaro relacionadoscon los patrimonios, eso da una ventaja que puede ayudar a que seanaprobados proyectos de esta naturaleza a corto o mediano plazo”finalizó.
Por lo pronto, el Museo Regional empieza por lo básico:conservar en óptimas condiciones el inmueble y abrir todas lassalas durante los horarios de visitas; para ello, ya se cuenta conrecursos para la impermeabilización de todos los techos delexconvento y se pudieron crear cinco plazas nuevas para custodios,lo que permitirá abrir todas las salas todos los días a fin demejorar el servicio a todos los visitantes.