Cuando Enrique Díaz Chávez llegó a Querétaro nunca pensó que encontraría una comunidad sorda ya consolidada que lo recibiría con los brazos abiertos. Hoy, a diez años de ese momento, desde Latido Sordo, la asociación civil que dirige junto Adrián Velázquez y Brenda Ortiz, impulsa la realización del Gogu Camp, un campamento de liderazgo dirigido para jóvenes sordos.
Este encuentro surgió después de la pandemia con la intención de retomar las reuniones presenciales, bajo el objetivo de que los asistentes desarrollen habilidades a través del trabajo de su autoestima e identidad como sordos. “Sabemos que el confinamiento no fue sencillo para nadie, pero la experiencia no fue la misma para una persona oyente, que para una persona sorda, sea señante (que depende de la lengua de señas para comunicarse) u oralizada (que se puede comunicar sin depender exclusivamente de la lengua de señas), porque la gran mayoría dependemos muchísimo de lo visual; así que al estar en la virtualidad, no siempre era posible que se prendieran las cámaras, así que todo ese tipo de situaciones desanimaban a los jóvenes. Por lo que una vez que se levantaron las restricciones, fue que decidimos organizar este encuentro para poder trabajar todas estas habilidades que pudieron verse apagadas por este período que pasamos encerrados”, explica Díaz Chávez en entrevista con Diario de Querétaro.
De acuerdo con Enrique, el nombre del campamento, Gogu, hace referencia a la palabra de origen otomí que significa sordo; por lo que, al ser una iniciativa que nace desde un proyecto queretano, los organizadores consideraron relevante integrar este elemento dentro de la identidad del evento.
La cuarta edición se realizará del 15 al 18 de noviembre en El Peñón, Guanajuato. El costo por persona es de 650 pesos, e incluye hospedaje, alimentos, bebidas, materiales y usos de espacios. Este encuentro está dirigido a jóvenes sordos con buen dominio de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), los menores de edad deberán contar con el permiso de un tutor. El cupo es de hasta 60 personas, con posibilidad de que se pueda ampliar dependiendo la demanda.
Más sobre el campamento
Durante la jornada se realizarán dinámicas de integración y trabajo en equipo, juegos y rallys de inteligencias múltiples, charlas con líderes sordos, reflexiones grupales, fogatas, turismo ecológico y actividades de campamento como la tirolesa, escalada, rappel, kayak, entre otras.
“Después de la primera vez que realizamos esta reunión nos dimos cuenta que había una necesidad en la comunidad sorda de espacios recreativos al igual que de formación en los temas de liderazgo y habilidades blandas. Lo que sucede es que hay muchísimas opciones en el mercado pero solo dirigidas a personas oyentes y no suficientes que consideren a la comunidad Sorda, principalmente a quienes solo se comunican con la lengua de señas”, comentó Jesús Enrique.
De acuerdo con Díaz Chávez, por el tipo de propuesta que ofrece este campamento, el evento ha atraído la atención no solo de la comunidad sorda de Querétaro; sino de otros estados como Jalisco, Guanajuato y de la Ciudad de México.
“Abordamos todo tipo de temas, por ejemplo en el año pasado hablamos sobre la violencia, tanto la que sufren las mujeres, como la de los hombres. Nos parecía relevante hacerlo porque, si bien es una situación que está presente en la sociedad mexicana, la comunidad sorda se es más propensa a vivirla, así que les brindamos información sobre los diferentes tipos de violencias, qué se puede hacer para evitar replicar estas situaciones, a dónde te puedes acercar cuando eres víctima de violencia… también otro punto que abordamos fue recomendaciones de superación para personas sordas, porque es muy fácil para alguien de nuestra comunidad quedarse dentro de su zona de confort sobretodo al relacionarse con otras personas, que es un tema complicado porque no es lo mismo para alguien sordo crecer dentro de una familia con la que sí te puedes comunicar, a quien no puede comunicarse con la gente de su entorno”, afirmó.
La comunidad sorda más allá del dato duro
De acuerdo con el Censo Poblacional de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en nuestro país existen 6 millones 179 mil 890 personas que viven con alguna discapacidad; de los cuales un millón 350 mil 802 corresponden a hombres y mujeres que presentan una discapacidad auditiva.
Sin embargo, de acuerdo con Enrique Díaz Chávez la cifra no representa con exactitud a la comunidad en el país, y tampoco sus condiciones de vida.
“El Inegi sí contabiliza el número de personas con deficiencia y discapacidad auditiva, pero en ningún momento incorpora la cantidad de personas que usan la lengua de señas; es decir, se puede ser sordo o tener una discapacidad auditiva, pero no podemos asegurarnos que son usuarios de esta vía de comunicación. Esto por diversos factores: no todos crecen con acceso a la lengua de señas o con una comunidad de sordos como tal, lo que no permite que aprendan esta lengua. También algo que debemos destacar del dato que proporciona el Inegi es que incluyen a adultos mayores, que por su edad, naturalmente presentan la deficiencia auditiva; así que no podríamos incluirlos dentro de nuestra comunidad porque tenemos nuestra propia cultura”, explicó.
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Desde Latido Sordo buscan generar su propio padrón para contabilizar a la comunidad sorda presente en Querétaro; pero, antes de llegar a ese paso, están enfocados en consolidar una comunidad en la región a través de actividades como el campamento de liderazgo para jóvenes sordos, y distintos talleres de LSM.
Para más información sobre Gogu Camp y los proyectos educativos, laborales y de inclusión a favor de la comunidad sorda de la asociación, ver en: https://www.latidosordo.org/
