Piénsese en una situación cotidiana familiar en la que se proceda racionalmente cuando se actúa para satisfacer los deseos. No obstante, y no con poca frecuencia, la acción y el deseo interfieren entre sí de la manera que esa situación cotidiana se torna inestable. Estamos ante un problema.
Sirva la siguiente fábula de Esopo como ejemplo:
Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose:
- ¡Ni me agradan, están tan verdes...!
A razón de la zorra las uvas estaban amargas. Estamos ante otro problema.
Es precisamente con ese título, Sour Grapes, studies on the subversion of rationality (Cambridge University Press, 1983) que Jon Elster (Oslo, 1940) titula a su libro. Como en el caso de la zorra, un problema surge cuando el fin deseado es algo a lo que no se puede apuntar sin derrotar ese fin. Nuestros problemas pueden ilustrarse, aunque de forma un tanto imprecisa, desde el título del libro. Desesperadamente hambrienta, pero incapaz de alcanzar las uvas que cuelgan sobre la parra, la zorra las declara agrias. No son agrias, en realidad la zorra está cometiendo un error. Pero, en cambio, tomó la opción de desearlas o, mejor aún, haber formado el deseo positivo de no comerlas. Entonces la zorra no se equivocaría, aunque su deseo sería satisfecho. Tendríamos lo que Elster denomina una preferencia adaptativa, es decir, un deseo que se ha adaptado a lo que está disponible.
¿Cómo debemos pensar en tales deseos? Si todo lo que importa es satisfacer los deseos de uno, cambiar el deseo para que se ajuste al mundo debería ser tan bueno como cambiar el mundo para que se ajuste al deseo. Y quizás a veces lo sea. Las estrategias estoicas o budistas que implican un metadeseo de tener deseos que se ajusten al mundo parecen implicar una planificación del carácter perfectamente racional. Pero el zorro no es budista. Simplemente tiene un mecanismo causal ciego, un impulso, como Elster lo llama, algo que funciona "a sus espaldas", que hace que sus deseos concuerden con el mundo. En tal caso, la racionalidad parece no obtener una compra. Además, Elster insiste, la teoría utilitarista de que es correcto satisfacer los deseos de los agentes falla aquí por dos razones. Primero, no nos dice qué debemos hacer, ya que si, en el límite, los agentes tienen preferencias infinitamente adaptativas, lo que sea que hagamos los satisfará. Y en segundo lugar, no es intuitivamente correcto que satisfacer una preferencia adaptativa sea lo suficientemente bueno; a la zorra le hubiera ido mejor si le hubiéramos dado las uvas, a pesar de su habilidad para sacar lo mejor de otras cosas excepto en el caso de esas uvas.
A estas alturas es menester explicar otra aportación de Elster, quien propone una particular explicación de los fenómenos causales en ciencias sociales a la que denominó mecanismo, entendido éste como un microfundamento que condiciona los fenómenos sociales, está estrechamente relacionado con el individualismo metodológico y, por tanto, con la idea de que dichos fenómenos pueden ser explicados en función de los individuos y su comportamiento.
Es fundamental que al mecanismo lo entendamos como lo contrario a una ley científica inamovible (si A, siempre B, por ejemplo). Si la ley científica asegura una causa-efecto, el mecanismo surge para explicar aquellos fenómenos que a veces pueden variar en función de algún otro factor, como la creencia de una persona con base en el fenómeno (si A, a veces B). El mecanismo echa abajo a todas las generalizaciones y, sobre todo, cualquier sesgo desde la postura ideológica.
Elster se sirve de diversos autores como Tocqueville o Montaigne para detectar en sus obras una serie de mecanismos que sirven de engranaje y a la vez de configuración de sus teorías.
El tema de los mecanismos causales es desarrollado por Elster en La explicación del comportamiento social, más tuercas y tornillos para las Ciencias Sociales (Gedisa, 2007) y se explica el concepto de los mecanismos causales como aquellos procesos sociológicos, psicológicos y económicos cuya principal característica es la producción regular de cierto tipo de comportamiento. Los mecanismos causales explican (explanans) cómo se produce un determinado fenómeno (explanandum), es decir, muestran de qué manera las condiciones finales son causadas por las condiciones iniciales y las etapas intermedias. Asimismo, buscan hacer inteligibles las regularidades observadas a través de una especificación detallada de cómo se produjeron. Los mecanismos sociales han sido definidos como modelos causales hipotéticos que muestran el sentido del comportamiento individual, o bien como hipótesis verosímil que podría ser la explicación (explanans) de algunos fenómenos sociales (explanandum), dándose la explicación en términos de interacciones entre individuos, o individuos y algún conjunto social.
Causalidades
Para Elster “explicar un evento es contar por qué pasó como pasó” (‘To explain an event is to give an account of why it happened as it happened’, página 6). Sin embargo, no se refiere con esto a que es necesario proporcionar una descripción excesivamente detallada del evento considerado a fin de explicarlo. Lo que en realidad quiere decir Elster es que para explicar algo debe especificarse el mecanismo causal que originó el resultado observado, pues no da igual, desde un punto de vista explicativo, que una consecuencia x haya sido causada por un mecanismo y u otro mecanismo z. No es suficiente con afirmar que un efecto determinado tiene altas probabilidades de suscitarse dada una serie de condiciones iniciales y la existencia de una ley general que así lo prevé, pues el mismo efecto podría producirse por causas ajenas a las que implícitamente contempla esa ley general.
¿Por qué las preferencias cambian con el mero paso del tiempo? ¿Por qué ningún gobierno queretano ha sido capaz de resolver el problema del transporte público? ¿Por qué, a pesar de los avances tecnológicos, los checadores siguen checando a los camiones? ¿Y por qué éstos no utilizan de manera óptima los espacios reservados como paradas? ¿Por qué la gente es reacia a reconocer y reconocerse ante los demás que es ignorante? ¿Por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador dio asilo político a Evo Morales, expresidente de Bolivia, a pesar de que éste enfrenta acusaciones de fraude electoral, vulnerando su postura de no intervención en la política exterior y de repudiar al fraude electoral?
Estas son solamente algunas cuestiones que se pueden abordar desde los mecanismos causales. Continuaremos con ejemplos en la siguiente entrega.
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