“¡Cayó el FONCA! ¡2021 será un año de mucho trabajo!”, publicó ayer en sus redes sociales el director de la compañía queretana Catamita, Juan Carlos Franco, luego de que el Fondo para la Cultura y las Artes (Fonca) diera a conocer los resultados del programa Jóvenes Creadores 2020.
Junto con otros 224 artistas mexicanos, el dramaturgo fue seleccionado, y será acreedor no solo a un apoyo económico mensual de 8 mil 500 pesos para el desarrollo de su propuesta durante un año, también recibirá tutorías con creadores de reconocida trayectoria.
En entrevista con DIARIO DE QUERÉTARO, Franco refirió que es la primera ocasión que es beneficiado por esta institución, la cual considera imprescindible para el impulso del arte en el país, y el desarrollo artístico de todos los creadores.
“El argumento de que los artistas verdaderos crean independientemente de si tienen presupuesto o no es falso, porque justo lo que tenemos que propiciar es que haya más espacios para la creación de calidad, creación con reflexión y crítica, y espacios de retroalimentación potentes y profesionales como lo es el Fonca”, destaca.
En ese sentido, señala que esta beca abre la posibilidad de desarrollar un trabajo con todas esas características a lo largo de un año, donde además recibirá asesoramiento por parte de jurados que serán los tutores y guías.
Con su obra “Niños mirando el camino quedar atrás”, el dramaturgo fue seleccionado en la categoría Teatro, de la especialidad Dramaturgia. Su proyecto consiste en una especie de poemario pensado dramatúrgicamente o una obra de teatro pensada poéticamente sobre niños migrantes y su viaje de sur a norte.
“La intención no es ni periodística ni documental, ni siquiera podría llamarle realista en ese sentido, más bien fue una impresión que me causó. Hay una especie de aglomeración de estímulos políticos o de sucesos actuales que se empieza a juntar en la cabeza y a generar una inquietud que se vuelve una expresión o una necesidad de decir algo cuando se relaciona con un estímulo poético. En mi caso, fue leer la novela ‘Las puertas del paraíso’ de Andrzejewski que hace justo un recuento de la cruzada de los niños –que no se sabe si es un mito o fue verdad– en la Edad Media, quienes fueron hacia Jerusalén para defender el reino de Dios. Leer esa novela, mientras estuve en la Fundación para las Letras Mexicanas, me detonó esta inquietud de relacionarla con la crisis migrante, no solo la de México y Centroamérica hacia Estados Unidos, sino también la de los países árabes hacia Europa, la de los países africanos, etc. Eso es lo que trataré de buscar (...) la forma de relacionar estas imágenes poéticas y estas referencias literarias de otros lugares, para tratar de hablar en este estilo, y con esta forma, de algo que es políticamente relevante para nosotros hoy”.
Autor de “Cómo no estar solo” (Mamá Dolores, 2015), “Country” (Montea, 2016) y “Laberinto deseo naufragio” (Fondo Editorial de Querétaro, 2018), Juan Carlos Franco
ha estrenado como director los montajes de “Neighborhood”, de Imanol Martínez, y “Personas haciendo cosas”, de Misael Garrido, y como dramaturgo “Soñé una ciudad amurallada”, y “Ella miró un pájaro blanco cruzar el cielo y pensó que podía ser una gaviota”, ganadora del Festival Internacional de Teatro Universitario de la UNAM 2020.
También es autor y director de la Trilogía del Reino, compuesta por “Los paraísos verdaderos”, “Fuimos bárbaros” y “Los delirantes”, esta última seleccionada para la 38ª. Muestra Nacional de Teatro.
Ha sido artista invitado en numerosos festivales y encuentros, como el Cervantino, el Hay Festival, el Festival Nacional de Joven Dramaturgia, el Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes y las FIL Guadalajara y Minería, entre otros.
Su obra “Alcestis” fue finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo 2019. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (2017-2018) y en dos ocasiones del Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artísticos del estado de Querétaro (2014-2015 y 2019) en el área de dramaturgia. Recientemente estrenó Bovary, a partir de la novela de Flaubert, y prepara el montaje de “No se trata del hambre”, basado en el cuento de Josué Sánchez.