Las calaveritas literarias son una joya de la tradición mexicana, llenas de humor, picardía e ingenio, que cada Día de Muertos salen a relucir. Con sus versos y rimas sencillas y un toque burlón, nos permiten hablar de diversos temas de manera ligera, porque, en estas fechas, hasta la muerte tiene permiso de reír.
A continuación, les comparto una calaverita con sazón, sobre varios temas que siguen sonando en el panteón:
La muerte en Querétaro apareció,
buscando un concierto alocado,
más pura decepción halló,
el plan le salió frustrado.
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La Plaza de Toros,
¡qué gran decepción!
Lleva años clausurada,
sin público ni función.
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Por el centro deambulando,
algún teatro fue a buscar,
más terminó decepcionada,
¡ni un show para disfrutar!
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A la comunidad artística,
la calaca citó,
y entre gritos y pancartas,
¡una marcha se armó!
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Entrados en temas,
todos le contaron,
de discriminación y faltas,
que a artistas marginaron.
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Por eso, matarile
le dieron a una secretaria,
esperando que la nueva,
sí apoye la cultura diaria.
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Quiso entonces organizar,
la huesuda un gran concierto,
pero Protección Civil,
le canceló sin pretexto.
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Multa y susto le cayeron,
y su evento se truncó,
mejor otro estado buscó,
donde todo sí se dio.
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Entre cancelaciones y movimientos,
los queretanos siguen pagando,
por mala organización,
de “inversionistas” fallando.
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Se ocupan buenos protocolos,
y cuidar al asistente,
¡que haya inclusión y respeto,
para todo el contingente!
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Que el concierto sea verde,
con prácticas sostenibles,
que el arte y el ambiente,
sean siempre compatibles.
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Querétaro necesita espacios,
para eventos sin igual,
conciertos internacionales,
¡y derrama económica real!
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Autoridades e inversores,
deben ya apostar,
para hacer de Querétaro,
un lugar de fiesta y paz.
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Así la muerte lo exige,
con tono serio y profundo,
“¡O lo hacen bien de una vez,
o me llevo a medio mundo!”