La Constitución de 1917

Redacción

  · sábado 28 de enero de 2017

Sesión del Congreso Constituyente. (Foto: Fototeca Nacional).

Por Felipe Mosterín Cantón

La intención política de Carranza respecto de la Constituciónera, igual que Madero, llevar a la práctica la Carta Magna de1857. Ambos coahuilenses vivieron el porfirismo y sabían lo queera respetar la forma y no el fondo de las leyes en cuestión y,más aún, pensaban que ya era momento de pasar a practicarrealmente la democracia invitando a los mexicanos a sumarse a lasprácticas democráticas y la participación política.

La Constitución de 1857 nunca había sido realmente puesta enpráctica con todo el peso de su contenido. Tanto los regímenes deJuárez, Lerdo y los múltiples de Díaz hicieron constantesomisiones y modificaciones al texto para adecuar sus políticas alas diferentes circunstancias que enfrentaron. Sin embargo, Maderopensaba que era el momento de aplicar realmente el textoconstitucional aprovechando el “orden y progreso” que Díazhabía conseguido con su régimen. De alguna manera no lereprochaba el haber dejado en “letra muerta” la Constitución,pero le exigía como patriota ayudar a fomentar la aperturapolítica y el surgimiento de la oposición para aplicar, ahora sía últimas consecuencias, la Constitución de 1857.

Sin embargo, antes del llamado revolucionario de 1910, habíanestallado importantes huelgas que buscaban el mejoramiento de lasclases trabajadores con mejores salarios, jornadas de ocho horas,indemnizaciones por accidentes, entre otras demandas. Con el pasode los años, estas exigencias se fueron radicalizando yextendiendo a través de las diferentes facciones. Algo similarocurría con las demandas sociales para el campesinado, sumado alos grandes problemas de la propiedad de la tierra en manos de unospocos latifundistas favorecidos por el régimen de Díaz.

Dadas estas circunstancias, el pueblo en armas necesitaba sentirque tantos años de lucha iban a traducirse en beneficio de lasgeneraciones venideras, por lo que seguían con más ahínco aaquellos caudillos revolucionarios que mejor defendieran susintereses. Carranza entendió muy bien esto y supo hacer suyas lasreformas sociales de Zapata y Villa, ganando así tropa para sumovimiento.

Sin embargo, cuando Carranza estaba saboreando el triunfomilitar contra Villa a principios de 1916, convocó a un CongresoConstituyente para presentar un proyecto de reforma al texto de1857. Este proyecto de reformar la Constitución fue elaborado porel mismo y sus principales ideólogos. Su intención principal eraremediar las carencias del texto de 57, algunas de las que vimosarriba, expuestas desde tiempos porfiristas por pensadores comoSierra y Rabasa.

Al mismo tiempo Carranza quería presentarse ante el país comoun reformista dispuesto a elevar a preceptos constitucionalesalgunos de los principios por los que había luchado la poblaciónmexicana durante la Revolución, tales como derechos obreros,apertura política, restitución de tierras, etcétera. Vale lapena mencionar que la intención de Carranza no era radicalizar surevolución mediante estas legislaciones, sino presentarse ante lasmasas combatientes como tal, para de esta manera poder organizarelecciones federales y ascender a la primera magistratura, desdedonde las resolvería punto por punto y a su ritmo, pero con lasleyes que él propuso.

A pesar de que al constituyente fueron electos exclusivamentediputados carrancistas, hubo dos grandes facciones que debatieronel proyecto presentado por el Primer Jefe: el de los reformistas,capitaneado por Félix F. Palavicini, quienes alineados al proyectomoderado de Carranza, se limitaron a “aterrizar” el proyectodel 57 a la realidad de 1917; y la segunda facción estabaconformada por los jacobinos que era de tendencia más radical yapegada a las demandas sociales de la Revolución. Su máximoexponente fue el general Francisco Múgica, y recibían el apoyomoral indirecto del invicto general Obregón. Los radicales, encontraposición con los reformistas, buscaban aclarar con las leyesaquellos aspectos como la educación laica, la propiedad de latierra, los derechos obreros y las relaciones Iglesia-Estado, paraque el nuevo texto constitucional no sufriera la mismainaplicabilidad de la del 57. Los reformistas, por su parte,buscaban incluirlo pero dejar sus reglamentaciones para elsiguiente periodo gubernamental constitucional, es decir, para lapresidencia de Carranza. Mientras que los radicales queríanjustificar tanto derramamiento de sangre hermana y demostrarle alpueblo que las promesas hechas en campaña no fueron vanas. Algunosde los artículos constitucionales atribuibles a los radicales sonel 3°, 27°, 123° y 130°.

Si bien estos artículos constitucionales rescatan las promesashechas a las tropas revolucionarias y podrían ser interpretadoscomo una especie de victoria de la Revolución, qué podemos decirdel proyecto y las promesas maderistas. ¿Qué influencia tuvoMadero y su pensamiento en el Congreso Constituyente, así como enel texto resultante?

Si retomamos el ideario maderista recordaremos que pensaba queel principal problema era político, particularmente en lo querespecta a la transición pacífica del poder. Por ello Maderoabanderó su lema “Sufragio efectivo, No reelección”,indicando la imperante necesidad nacional de ejercitarse en lademocracia para madurar en ella políticamente lo más prontoposible. De esta manera México entraría a engrosar las filas delos países “civilizados” y sería digno del respetointernacional por el apego a las leyes, la libertad individual y alas instituciones democráticas.

Por ello podemos decir con toda justicia que el contenidoíntegro del artículo 83° constitucional reivindica el ideariomaderista. El artículo dice: “El Presidente entrará a ejercersu encargo el 1º de diciembre y durará en él seis años. Elciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de laRepública, electo popularmente, o con el carácter de interino,provisional o substituto, en ningún caso y por ningún motivopodrá volver a desempeñar ese puesto” (CONSTITUCIÓN POLÍTICADE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, 2007, p. 90).

De esta manera quedaba respaldada constitucionalmente larotación del personal en la primera magistratura, ya que lareelección se permitía para periodos posteriores no inmediatos asenadores y diputados, pero nunca más para el presidente.

Madero probablemente no hubiera propuesto una nuevaconstitución, y de hecho durante su administración nunca lo hizo.Lo que él buscaba era demostrar al país que la Constituciónliberal de 1857 sí podía ser llevada a la práctica en México,para al mismo tiempo demostrar que efectivamente el pueblo mexicanoestaba listo para la democracia y para exigir, mediante la víalegal y el uso de sus libertades, las mejoras materiales,económicas y sociales que tanta falta hacían a la población.

Así pues, Madero podría sentirse orgulloso de que el artículo83° constitucional garantizaría la pacífica sucesión del poderen México, sin embargo, más de un analista diría que Méxicotodavía en 1917 estaba lejos de ser un país democrático.

Aprovechemos el centenario de la promulgación de laConstitución de 1917 para reflexionar sobre la democracia enMéxico y sobre todo el papel del individuo para poderla llevar ala práctica y así exigir al gobierno una transparencia y completoacato a las leyes. De esta manera se acabará transformando elpueblo de sujeto a actor de práctico de la democracia tal y comoMadero soñaba en 1910.

Bibliografía
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