La Galería Libertad rompió el silencio el pasado 26 de abril. En su cuarta temporada de exposiciones, correspondiente a 2018, este espacio de exhibición artística inauguró tres exposiciones en torno al sonido.
Las lenguas para hondura, de Sara Ivone; Los zapatos sirios de Laila Hotait y Pedro Cerisola, y Who Killed Bambi?, a cargo del Laboratorio de Tecnología y Arte LaTa, ocuparon el inmueble ubicado en el andador Libertad.
Las propuestas, de acuerdo a sus propios creadores, buscaron explorar “el sonido del mundo actual”.
Who Killed Bambi?
En cuanto se abrieron las puertas de la Galería Libertad, casi el total de los presentes a esta inauguración, en su mayoría jóvenes entre 20 y 30 años, se abalanzaron a la sala 4 de este recinto.
El descanso de las escaleras que lleva a este espacio recibía a los visitantes con el texto de sala. “¿No sentiste que tu espíritu estaba vacío? ¿En qué momento pasó? ¿Qué fue lo que sucedió?”, se leía en el epígrafe, atribuido a María Sabina, escrito sobre el muro.
Después, continuaba un fragmento de la canción de los Sex Pistols, que da nombre a la exposición.
Gentle pretty thing
Who only had one spring
You bravely faced the world
Ready for anything
I'm happy that you lived
For your life is mine
What have I except to cry
Spirit never die
Birds of the air
Beasts of the earth
Overjoyed at Bambi's birth they gambolled in the glade
Sin embargo, casi nadie se detuvo a leerlo, la mayoría saltó directo a los objetos en exhibición, que invitaban al público a tocarlos. El entorno en la sala se volvió abrumador; gritos, sonidos de percusión, pasos, monitores encendidos, risas, música, distorsión… la sobreinformación y las diferentes narrativas clamaban por su espacio.
“Nació de explorar el sonido, el espíritu de nuestro tiempo y nos daba para muchísimo, nos daba para exploraciones, inquietudes, lo visualizábamos como algo agonizante (…) a manera criminológica o de estudio forense, para estudiar ese espíritu”, apunta Alejandro Uribe, artista visual, originario de San Juan del Río, quien fue invitado como curador de esta exposición.
“Agarramos de metáfora la disección de una rana. De niño juegas a abrir la rana y hay todo un estudio a partir de la autopsia de un cuerpo vivo, cuando abres ese cuerpo y esta vivo, lo eliminas; la rana emite el sonido del croac, que para nosotros es el espíritu de nuestro tiempo y al abrirlo desaparecería ese croac, era como permitirnos esa sorpresa, buscarlo, y al abrirlo iba a desaparecer”, agrega el curador.
Las obras fueron realizadas por 14 artistas: Susana Ginebra, Rodolfo Briseño, Manuel Navarrete, Zeltzin Peña, Tremiz Lanzhert, Martha Hernández, Fou De La Calle, Francisco Muñoz, José Antonio Vázquez, Leonardo Aguiar, Abraham Soriano, Camilo Dynamite, Edgar Luna y David Barba.
La exposición fue producto de un laboratorio, “que incluye el montaje expositivo de procesos, derivas, construcción e investigación colectiva sobre hacking, improvisación y sonido”, refirió Uribe.
En este sentido, Susana Ginebra, una de las participantes, habló sobre la complejidad de concertar un proyecto de esta naturaleza, cuando hay tantas voces involucradas.
“Es complicado, y más porque cada uno trae una idea propia, pero la cuestión es encontrar esos puntos coyunturales para poder generar un discurso general, como de toda la exposición, pero que todos tengan su propia proyección”, expuso la psicóloga social.
Una docena de piezas conforman Who Killed Bambi?, las cuales parecieran competir en el espacio, para atraer a los visitantes y liberen los respectivos “sonidos del mundo actual”.
Las lenguas para hondura
Sara Ivone es originaria de Lisboa, Portugal. Desde hace un año vive en la Ciudad de México y llegó a Querétaro para su primera exposición en esta ciudad.
La joven tiene una formación como escultora por la Universidade de Lisboa, pero explora además el dibujo y la escritura en sus obras. Eso se notó en Hondura, nombre que eligió por el significado de dicha palabra, que quiere decir profundidad, advierte.
Y es que las palabras son el eje central de su exposición, “lo que pasó y creo que esa es también mi definición de escultura, como un ajustamiento del presente; entonces mi situación presente era estar alejada de palabras de mi idioma materno.
“Yo como tengo este gusto por escribir, anoto palabras y cuando tú tienes una buena conexión entre castellano y portugués, porque de tan diferentes, son iguales y de tan iguales, son muy diferentes, hay muchas palabras que ya estas inventando, que no existen o estas diciendo mal y piensas que estas hablando muy bien español, pero ya estas hablando “españolés” (español con portugués) y la gente no tiene reacción, porque la palabra no existe”, indica.
Para Sara los dibujos, o al menos sus dibujos, son como palabras en el contexto que ella describe, expresiones que no existen, pero se materializan y salen de su cabeza, a la espera de que alguien las entienda.
“Ellos tienen su vida propia y qué bien que pasa eso, porque cuando tienen una vida independiente de la tuya, es como un hijo, pero para mí, son como otras palabras, son signos”, agrega la portuguesa.
La exposición que presenta ahora en la Galería Libertad, es producto además de una residencia de seis meses en la Galería Luis Adelantado, de la Ciudad de México. En esta se advierten dibujos sobre papel y estructuras de madera, que dan bidimensionalidad a la obra.
“Las esculturas son figuras, se asemejan o representan cuerpos. Las esculturas son cuerpos con sistemas circulatorios, anímicos. La instalación es un cuerpo de cuerpos, son mímesis del cuerpo humano, la homeostasis”, explica la artista en el texto de sala.
Los zapatos sirios
El silencio en la Galería Libertad lo pusieron Laila Hotait y Pedro Cerisola con la exposición Los zapatos sirios. Para llegar a ella hay que subir por las escaleras que se encuentran más cercanas a la entrada del inmueble.
Sobre los escalones hay zapatos usados, lo que convierte a este espacio como un tramo por el que “los caminantes voluntarios transitan un sendero especial: aquel por el que caminan, o han caminado, movidos por el dolor, un grupo de personas, de migrantes. Se recorre ese espacio reconociendo el dolor de los que lo transitaron y transitarán en algún momento”, se lee en un texto explicativo ofrecidos a los visitantes a la Galería.
Ya en entrevista, la propia Laila habla sobre su motivación para crear esta exposición. “Soy cineasta, directora y guionista, (…) Mucho de mi trabajo tiene que ver con el mundo árabe, pero tiene que ver mucho más con el dolor, eso me inquieta, es lo que mueve y lo que me preocupa”, advierte.
Hotait es española y libanesa, durante su residencia en el país ibérico solía ir frecuentemente a Siria, un país al que describió como muy bello, “aunque ahora esta completamente destruido”, acota.
La migración de los sirios obligada por la violencia es el principal motivador de su actual trabajo, pero también es un puente con el que busca conectar el drama de los desplazados por la violencia y pobreza en Centroamérica y México.
“Yo veo a la gente salir de Siria y caminar y caminar y siento que no puedo hacer nada para parar eso, entonces esta pieza surge un poco como acompañar, aunque sea simbólicamente, a los que van caminando. Los centroamericanos son los mismos que van caminando por México y que van huyendo de la violencia o de situaciones de marginación social”.
Los zapatos que se ven en la exposición fueron donados por queretanos y tras la culminación de la misma serán donados a migrantes que van de paso por la región.
La española añade que originalmente y para cumplir con la línea narrativa y conceptual de las exposiciones, su propuesta iba a llevar sonido. Había preparado una secuencia de pasos y respiraciones agitadas, pero durante el montaje ella y su compañero Pedro se dieron cuenta que el silencio era un mejor acompañante para Los zapatos sirios.
Originalmente, la intervención se había pensado para que los visitantes caminaran entre los zapatos, o decidieran no hacerlo, pero una vez montada, la artista advirtió que el calzado dispuesto ocupaba más espacio que el deseado y en lugar de una pieza interactiva se volvió una contemplativa.
En la obra destaca además una esfera grande sobre los zapatos, la cual “hace referencia, primero, a la inclinación de la tierra con respecto al eje horizontal, pero también se refiere, siguiendo la definición de Ptolomeo, a los círculos paralelos que recorren en un eje horizontal la tierra conocida. De los siete climas propuestos en aquella obra, uno es el llamado clima o climata sirio. (…) en un contexto geográfico, una climata es una zona entre dos paralelas: es decir: un espacio pero también un camino”, explica el texto de sala.
Todas las intervenciones enlistadas son parte del Festival Interescuchar, el cual contempla además de talleres, conciertos, eventos y charlas sobre arte sonoro, reciclaje de recursos tecnológicos y procesos colaborativos.
De igual forma, las obras cuentan con plataformas con código QR, las cuales proveen de más información a los visitantes sobre las exposiciones.