“La locura es lo que mueve al mundo”

Víctor Vázquez

  · viernes 4 de mayo de 2018

La obra que plasmó en el CECEQ se caracteriza por los animales acuáticos. Fotos: Yashi Travel y Hugo Camacho

Realismo y folklor mexicano son dos de los aspectos estéticos que Demencia Beivide enumera como principales en su obra.

La artista queretana fue parte de los invitados a intervenir los muros del Gómez Morín, a ella le asignaron alrededor de 25 metros cuadrados de uno de los muros de entrada al recinto cultural, que da hacia el acceso al Estadio Municipal.

Los colores, además, son notables en el trabajo de la joven. Saltan a la vista brillantes rosas, azules, verdes, amarillos, toda una paleta que atrae de inmediato al espectador.

“Trabajo mucho esta línea, lo que es la gráfica, trabajo con muchos colores y toda esta gráfica que se contrapone y va generando un diálogo como del subconsciente, que es como yo le llamo. Me hago llamar Demencia, porque también la locura es lo que mueve al mundo y lo reflejo un poco en estas gráficas, en estos grafismos que se mueven y se revuelcan y lo más interesante es que cada quien ve lo que trae adentro”, subraya.

Demencia ha pintado murales desde hace 8 años. Esta actividad la ha llevado a ciudades en el extranjero como Madrid y a otras en el interior de México, como Aguascalientes. En Querétaro, su ciudad natal, presume otras intervenciones, como las realizadas en barrios tradicionales de la capital.

“Utilizo muchos colores, no sé por qué me gusta un buen color, me gusta trabajar la alegría que refleja. Normalmente trabajo con temas prehispánicos, de la vida y la muerte, hago cuadros, muros y cerámica (…) Utilizo esta onda de los esqueletos, porque para los aztecas eran un símbolo de eternidad y resurrección”, apunta.

La obra que plasmó en el CECEQ se caracteriza por los animales acuáticos, los cuales se debaten entre la vida y la muerte. El proyecto El agua es una la hizo reflexionar sobre lo frágil que es la vida y cómo todo se conecta. Así, añadió, los peces que aparecen son reflejo de cómo las criaturas que viven en la Tierra son agua y viven de ella (y en ella).

A Beivide, la academia la formó como diseñadora gráfica, pero su arte, explica, proviene de una exploración autodidacta. Así, exploró diversas técnicas y espacios, pero con el tiempo encontró que las obras que se exhiben de manera pública cumplen con el diálogo que el arte debería buscar con la sociedad.

“El arte engrandece la vida, no importa si es bien o mal recibido, pues siempre obtienes una respuesta y lo que hay que hacer es dialogar con el espectador y que lleguen a comunicar lo que estas tratando de decir”.