La lucha feminista por el derecho al voto

Como antecedentes se refirió a los movimientos surgidos durante el siglo XIX en Francia, Bélgica y Estados Unidos

Nancy Colín|Diario de Querétaro

  · miércoles 29 de julio de 2020

Foto: Captura de la transmisión / Facebook @SecretariadeCulturaMunicipa

Como parte del festival Maxei, la historiadora Oliva Solís compartió la conferencia “El voto femenino en Querétaro”, donde brindó un bosquejo histórico sobre los hechos que ayudaron a la lucha para lograr la participación femenina en las urnas.

Como antecedentes se refirió a los movimientos surgidos durante el siglo XIX en Francia, Bélgica y Estados Unidos, que no sólo pretendían pugnar por este derecho, sino también otros de índole común como los laborales.

Fue hacia finales del siglo XIX cuando esta corriente llega a México y que coincide con los antecedentes de la Revolución Mexicana, específicamente con el triunfo del bando Carrancista, que fue apoyado por mujeres de diversas ramas como periodistas, propagandistas, oradoras y el caso específico de Hermila Galindo, quien fue secretaria particular de Venustiano Carranza.

Y fue precisamente con el triunfo de Carranza que en la ley comenzó a contemplarse incluso el asunto del divorcio, ya que según refiere la historiadora, hasta ese entonces no era permitido.

“Se ratifica con el primero y el segundo congreso feminista de 1916, donde además se insiste en que las mujeres tengan acceso al voto, pero para que esto se pueda lograr, se van derribando una serie de ideas que determinan qué significa ser mujer; es necesario cambiar las ideas para que se vea reflejado en el cambio de legislación”, refiere Oliva.

Sin embargo, señala que también otros candidatos a la presidencia tomaron la bandera feminista con fines políticos, tal como el movimiento Vasconcelista, que promete el voto a las mujeres en caso de llegar, pero que no ganó, asimismo lo hizo Lázaro Cárdenas.

“Miguel Alemán recupera esa idea y hace una modificación para que las mujeres puedan votar, pero solo a nivel municipal, en esa línea ya algunos estados en Yucatán y San Luis Potosí habían abierto la puerta para el voto, pero se enfrentaban a esta movimiento conservador, lo que representaba avance y retroceso”, explica.

Sin embargo, todos estos pronunciamientos surgieron debido a la presión internacional, que surge como resultado de la Primera Guerra Mundial donde las mujeres intervinieron en el campo de batalla, como enfermeras, así también en la industria, rompiendo así con los paradigmas que determinaban que ellas no eran aptas para el trabajo rudo y asalariado; “lo que las empodera y las lleva a exigir nuevos derechos”.

Adolfo Ruiz Cortines, en su posición como aspirante a la presidencia de la República, promete luchar por ese reconocimiento a cambio del apoyo femenino, y una vez que gana la elección le piden que cumpla su promesa, por lo que el 17 de octubre de 1953 se promulga en el Diario Oficial de la Federación esta modificación que las reconoce como “ciudadanos”.

En Querétaro

Para dar un contexto de la “vuelta de discurso” que se dio en aquella época, comparte el mensaje emitido por José Guadalupe Ramírez Álvarez, quien fue cronista de la Ciudad, rector de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), director de la Facultad de derecho y director del periódico Amanecer, que posteriormente se convirtió en Diario de Querétaro.

“A las mujeres les ha nacido un nuevo hijo: México, y como buenas madres, mujeres mexicanas habían acudido solícitas al lecho del hijo enfermo, pues la política nacional estaba enferma de muerte. Las mujeres no estaban aún preparadas para el ejercicio de sus derechos políticos, pero al modo de la madre suple con amor sus deficiencias para cumplir su misión materno-política”.

Tras leerlo, la especialista destaca que se reconoció el derecho de la mujer en la vida política, mas no por considerarlas iguales a los varones, sino que se crea un discurso de vuelta a la tradición, donde cumplen con las funciones propias de las mujeres, tal como ser madre, por lo cual justifican que no cumplen con la capacidad, pero lo hacen con amor, por lo que Oliva concluye de forma irónica: “es la misma gata, pero revolcada”.

Sin embargo, sí destaca el primer paso importante que representó este logro para la lucha feminista.