Mi llegada al grupo Atabal Creación Artística en el 2013 fue justo una semana antes del estreno de la memorable obra Río Ánimas que marcaría el inicio de la Cuarta Cruzada Central por el Teatro. Al instante quedé prendado de tan admirable esfuerzo por organizar y producir un evento teatral que conjugaba puestas en escena de la Ciudad de México y de la zona centro occidente del territorio mexicano. Con el tiempo, Atabal habría de derrumbar sus propias fronteras dando paso a producciones de otros estados de la República más alejados, así como de otros países.
Mi interés por ser parte e impulsor de este intercambio cultural me llevó a establecer vínculos con mis amigos y colegas de Monterrey, Nuevo León, de donde soy originario. Las condiciones y el panorama se fue abriendo a mediados del presente año en donde, a través de un estímulo a espacios culturales independientes, La Grilla Teatrería, nos convocó para ser parte de la “Temporada de residencias artísticas para intervenciones escénicas”, con la obra Malas palabras de Perla Szuchmacher.
Iván Flores, amigo, director y administrador de La Grilla concibió este notable espacio como un centro de encuentro entre artistas y creadores con la versatilidad de conjugar ensayos, puestas en escena, talleres y laboratorios de creación, todo esto en la intimidad de una casa situada en el centro de la ciudad. Como su logo lo expresa -un majestuoso árbol-, La Grilla poco a poco y firmemente se va enraizando, convirtiéndose en un lugar de encuentro y comunión entre artistas y público para mantener viva la cultura, principalmente el teatro; un estandarte para recordarnos que el arte es de lucha y posibilidades.
También, gracias a Iván, nos pusimos en contacto con Omar González quien es el encargado de la programación de La Mitotera, Cultura Móvil, proyecto gestado e impulsado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE), que consiste en un camión y un remolque con la maravillosa capacidad de transformarse en un escenario móvil y que tiene la misión de viajar de un punto a otro dentro del área metropolitana y, en particular, a los municipios y comunidades más alejadas, acercando la cultura a la población con la realización de actividades de fomento a la lectura, presentaciones artísticas de teatro, música, danza, talleres, proyecciones de cine, etc. Está diseñado para fortalecer la descentralización de los programas culturales en la entidad. Para esta ocasión, La Mitotera aparcó en Cintermex dentro de las instalaciones del Parque Fundidora, brindándonos la oportunidad de dar dos funciones como parte de las actividades de la XXVIII Feria Internacional del Libro de Monterrey.
Por otro lado, con tres meses de antelación, también se gestaba en conjunto con la Lic. Janneth Villarreal Arizpe, directora de la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (mi alma mater), la posibilidad de hacer un intercambio que culminó con la impartición de un taller de producción ejecutiva a cargo de la maestra Ana Bertha Cruces dirigido a los alumnos y ex alumnos de la carrera de teatro. Para complementar esta actividad se dio una función en el Teatro Espacio Rogelio Villarreal Elizondo.
La Facultad antes mencionada, liderada desde 2013 por Villarreal Arizpe, entró en una etapa de cambios en su infraestructura y plan de estudios. El área administrativa ahora está localizada en el nuevo edificio; arriba de ella, en los dos niveles superiores, se cuenta con tres aulas nuevas suficientemente amplias para usarse como salón de danza, de teatro y una de ellas -por el momento- con la capacidad de transformarse en una cámara negra con el suficiente equipo lumínico y de audio para realizar exámenes y puestas en escena.
Caminar de un edificio a otro conectados por una puerta en cada piso es como cruzar un umbral hacia el pasado, acentuado con un frente frío que se coló con nuestra llegada impregnando el ambiente de lluvia y melancolía cubriendo las faldas de cerro de la silla y ahí estaban los mismo pasillos por donde anduvieron tantos sueños, tantas generaciones, desde sus inicios como Escuela de Artes Escénica en 1976; es hasta 1982 cuando se mudó a la actual sede, para convertirse en licenciatura en 1997.
Mucho ha cambiado desde que egresé de esa Facultad hace 15 años; algunos conocidos maestros aún imparten materias; amigos y compañeros de generación son ahora docentes o tienen algún cargo administrativo; la generación más reciente tiene la impresionante cantidad de 100 alumnos de nuevo ingreso, tan sólo de la carrera de teatro; están próximos a inaugurar la Maestría en Artes Escénicas.
Lo que en un inicio se planeó como una residencia de 7 días en Monterrrey, se transformó en un intercambio entre 3 estancias culturales y el grupo Atabal. Fue una semana de una intensa jornada de trabajo, en medio de la lluvia y el frío pero bien cobijados y abrazados por nuestros anfitriones de esta gira que tuvo un total de 7 funciones -una por día de Malas palabras- y un taller de producción ejecutiva de lunes a viernes.
Siendo todo un éxito nuestra gira por Monterrey, las redes prometen seguir extendiéndose para que en un futuro próximo se fortalezca y nutra de manera individual y conjunta nuestra lucha por el arte.