Se conoce como Viernes de Dolores a la tradición que tiene lugar siete días antes del Viernes Santo, día en el que Jesús murió, y la tradición tiene por objetivo recordar lo que se conoce como “los siete dolores de la Virgen María” esto a manera de comenzar lo que se conoce como la “Semana Santa, o Semana Mayor”, con el fin de reconocer el papel y el sufrimiento de la Virgen María por la muerte de su hijo.
Durante el Viernes de Dolores se acostumbra tanto en los templos como en algunas casas, a poner un altar a la Virgen de Dolores o Dolorosa, y algunos de los elementos más importantes en el altar son las naranjas agrias, que representan el sufrimiento de María, con las que también se acostumbra a preparar agua fresca para regalar, casi siempre con chía, en alusión a las lágrimas de la Virgen, de igual manera también se preparan con jamaica o vino tinto en representación a la sangre de Jesús.
La costumbre dice que al visitar un altar se pregunta, ¿Aquí lloró la virgen?, para que la familia o encargados te regalen un vaso de agua, y así pasar a visitarlo y hacer alguna oración, siendo este acto el primero en anunciar la semana santa, es cuando las iglesias y algunas casas comienzan a verse los adornos morados y blancos, símbolos del luto que vive la iglesia católica durante la cuaresma.
Hasta hace algunos años no era raro ver por las casas del Centro Histórico de Querétaro los altares del Viernes de Dolores, en las puertas abiertas de las casa, o en las ventanas podías ver las imágenes de las Dolorosas que adornaban los altares de las casa, tradición que año con año se pierde, por lo cual, algunas dependencias de gobierno y museos han retomado esta práctica, colocando altares en espacios públicos para seguir esta tradición que nació hace más de 500 años.
A decir de algunas personas, creen que a raíz del encierro por la pandemia que comenzó hace tres años, muchas personas dejaron de hacer altares, ya que al no poder salir, no habría quien se acercara para pedir la tradicional agua de chía, y al ser la Semana Santa una de las primeras actividades en cancelarse por dicha pandemia, muchas personas o familias dejaron de lado esta tradición, que vestía de morado y blanco las calles de Querétaro.
Y aunque ahora es común ver estos altares de manera monumental en las iglesias, plazas, museos y dependencias de gobierno, todavía podemos encontrar algunas casa en donde se puede ver algo alusivo al “Viernes de Dolores” desde un pequeño cuadro o un pequeño adorno morado y blanco, y también familias que siguen la costumbre y ponen altares en sus casas, como la familia Moya y la Familia García en El Pueblito, que al igual que algunas corporaciones y asociaciones de las iglesias, siguen llevando a cabo esta tradición para dar comienzo a la cuaresma como se hacía de manera tradicional desde hace años.
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