El gusto por los colibrís y hongos fue lo que inspiro a Rogelio para elaborar figuras de madera, convirtiéndose en su pasión: “Empecé a tallar madera a los cinco años, recuerdo esculpía colibrís y hongos, me gustaban sus texturas, sus colores, sus brillos. El hacer estás figuras me hacía y hacen sentir feliz. Para mí el colibrí, que es la figura que más tallo, representa la espiritualidad, la abundancia, además de ser el mensajero de Dios”.
“Encanto del colibrí”, es el nombre del negocio de Rogelio, el cual lleva ya diez años, él es originario de Michoacán; sin embargo, reside en Querétaro desde ya varios años y lo puedes encontrar en el mercadito artesanal. “A la venta tenemos el corazón del amor compuesto por dos colibríes y un corazón, mariposas, colibríes de madera y migajón, además de cuarzos y pulsera, entre otras cosas”.
El cedro, el encino, el ocote, el limón, la guayaba son algunas de las maderas con las que trabaja, además de plumas de pavo real, águila, faisán japones, gallina de guinea, plumas de perdiz, águila real, halcón, gallo, entre otras. Brindando así una apariencia única, ya que cada pluma es muy distinta de la otra, al igual que la forma del colibrí, ya que cada pieza es tallada y pintada a mano.
“Para elaborarlos debes de tener total concentración, pues de lo contrario puedes tener un accidente. El tiempo de elaboración varía según su tamaño, puede ser desde un par de horas, hasta varios días. Todas las creaciones son mías, siempre estoy buscando inspiración para plasmarlos en ellos, cada pieza es original y ninguna es igual a la otra, pues como lo mencione todo es elaborado a mano”, finalizó.
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