En 1960, las primeras casetas públicas telefónicas surgieron en el entonces llamado Distrito Federal, marcando un momento crucial en la comunicación urbana. Estos teléfonos, operados por empresas como Logitel, Maxcom, Telmex, BBG o OTP (la del perico), ofrecieron a la población una forma vital de conectar con ses familiares y el trabajo. Sin embargo, la pandemia ha acelerado su declive, llevando a cuestionar su existencia en una era dominada por los celulares y aplicaciones como whatsApp, telegram, instagram y messenger.
Cada teléfono público era una estructura completa, equipada con panel solar, teclado, pantalla y teléfono con cable. A lo largo de los años, aceptaron monedas de diferentes denominaciones, permitiendo a los usuarios realizar llamadas por 5 pesos durante 4 minutos y 59 segundos. El auge de estos dispositivos fue notable entre 2008 y 2015, pero su popularidad se desvaneció a medida que los celulares se volvieron necesarios.
En un intento por adaptarse, las empresas de telefonía pública implementaron estrategias como la publicidad en sus casetas y la introducción de servicios de internet entre 2019 y 2020, con tarifas de 5 pesos por 15 minutos, 10 pesos por 30 minutos y 15 pesos por una hora. La colocación de estos servicios directamente en escuelas, en colaboración con cooperativas, resultó ser una estrategia exitosa pero breve.
Aunque aún se pueden observar estas reliquias urbanas en avenidas y calles, su presencia ha disminuido significativamente. La empresa del "perico", cerró el año pasado, desmontando la mayoría de sus estructuras y actualmente está en proceso de liquidación de empleados. El mobiliario, una vez testigo del bullicio de las llamadas, ahora se desmonta y vende por piezas, marcando el fin de una era en la comunicación urbana.
En sus tiempos dorados esta empresa operaba alrededor de 50 mil casetas telefónicas en todo el país, a las que le cabían entre 1500 a 1700 pesos (dependiendo la denominación de moneda que el echaran). En algunas regiones como Querétaro, aún se pueden ver casetas de Maxcom y Telmex (en su mayoría), algunas en funcionamiento y otras en desuso, recordando tiempos pasados de llamadas apresuradas y conversaciones importantes en medio del ruido de las calles urbanas.
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