La promesa de la educación (II y última)

Por Carlos Campos

  · martes 20 de marzo de 2018

El Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018 representa una posibilidad única para orientar respecto a la manera de reformar los sistemas educativos.

En nuestra anterior entrega, partíamos de una realidad: a pesar de que la educación es tema importante para la agenda pública de los países, no se contaba con un informe dedicado al desarrollo mundial de acuerdo al tema, hasta ahora. El Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018[i], cuyo eje temático es la promesa de la educación al servicio del desarrollo y su materialización, representa una posibilidad única para establecer un balance del estado de la cuestión y para orientar respecto a la manera de reformar los sistemas educativos para ampliar el alcance y la calidad de la educación en todo el mundo.

A través del Informe, el Banco Mundial presenta una serie de preguntas clave a las cuales se trata de dar respuesta: ¿cómo se puede orientar el desarrollo de todas sus dimensiones (desde el empleo hasta la salud y la cohesión social) a partir de la educación, y cómo las políticas inadecuadas pueden a veces ir en detrimento de esta promesa de educación? ¿Los alumnos están adquiriendo los conocimientos y aptitudes que necesitan para salir adelante? De no ser así, ¿por qué no? ¿Qué pueden hacer los países para promover la enseñanza y la capacitación para todos los niños y jóvenes? ¿Y cómo podemos asegurarnos de que, cuando se produzcan mejoras, estas tengan lugar en todo el sistema y no tan solo en forma de intervenciones localizadas y a menudo insostenibles?

Para dar respuesta a las preguntas, el Informe desglosa cuatro temas principales; en esta segunda y última entrega tratamos los dos últimos temas, concluyendo así nuestro resumen ejecutivo del Informe.

3. Intervenciones eficaces para generar educación.

El informe señala que para poner fin a la crisis de la educación es preciso utilizar el conocimiento resultante de intervenciones promisorias. ¿Qué quiere decir esto? Que pese a la reputación conservadora del sector en materia de resultados, los colegios y sistemas educativos de todas partes del mundo deben de realizar innovaciones constantemente, y de manera irreversible. Gracias a lo anterior, la cantidad de pruebas rigurosas que demuestran el valor de diferentes intervenciones en las escuelas y comunidades para mejorar la educación y el aprendizaje ha registrado un crecimiento explosivo en los últimos 15 años. Notablemente, y a lo contrario que se podría pensar, las pruebas sobre las medidas que resultan eficaces se multiplican a gran velocidad. A través de esas pruebas se han identificado intervenciones clave para promover la educación. Para identificar los resultados que revisten más importancia como punto de partida para una experimentación llevada a cabo por los países, el informe hace hincapié en los principios que generan resultados y en las esferas en las que existe la mayor brecha entre lo que las pruebas llevan a pensar que sería más eficaz y lo que los sistemas realmente logran.

Un creciente acervo de pruebas pone de relieve la importancia que reviste un apoyo temprano como fundamento de todo el aprendizaje subsiguiente. La formación de aptitudes depende de la nutrición y la estimulación en los primeros años de vida, así como del desarrollo cognitivo y socioemocional previo a la escolarización que se fomenta desde casa.

4. Educación a escala.

Lograr resultados a escala no es simplemente cuestión de “aumentar la escala” de intervenciones promisorias, sino que la reforma de los sistemas requiere hacer frente a desafíos políticos y de complejidad técnica. En los lugares en que la reforma de los sistemas se ha basado en el aumento de la escala, se ha fracasado. Cuando el Gobierno de Kenya intentó reducir la cantidad de alumnos por docente empleando docentes contratistas (intervención que había sido eficaz cuando la ejecutó una organización no gubernamental), los resultados fueron insignificantes. Mediante un cuidadoso análisis se atribuyó esa falla a limitaciones en la ejecución y a la acción de fuerzas de economía política. Mejorar los resultados a escala nunca es tan fácil como desplegar una intervención probadamente eficaz en un número cien veces mayor de colegios. Ello obedece a dos razones principales. Primero, debemos de comprender que los sistemas educativos son complejos y están formados por numerosos componentes, y para lograr un cambio a nivel del sistema es necesario alinear esos diversos componentes en pos del aprendizaje escolar de calidad. Si, por ejemplo, en un nuevo plan de estudios se hace hincapié en aptitudes analíticas más avanzadas, pero no se ajusta también la capacitación de los docentes y la evaluación de los alumnos, estos no adquirirán esas aptitudes. Segundo, los sistemas educativos persiguen múltiples objetivos sociales y políticos que no se limitan al acceso y a la enseñanza, y se conforman de múltiples actores, de ahí que sea ridícula la idea de eliminar los exámenes de admisión como cierto candidato propone. Las estrategias de reforma en las que no se tienen en cuenta esos objetivos y actores y en las que se hace frente a los desafíos exclusivamente desde una perspectiva técnica están condenados al fracaso. Así sucede, en especial, en los casos en que el sistema se encuentra en una meseta de escaso nivel de aprendizaje, escasa rendición de cuentas y alto grado de desigualdad. En el tema 4 tratan esos desafíos técnicos y políticos, además de que se presentan estrategias para abordarlos: primero, aprovechando oportunidades en las que también se alineen las oportunidades técnicas y políticas de cambio, y segundo, recurriendo a la información, a las coaliciones y a la innovación a fin de crear oportunidades para un cambio estratégico.

@doctorsimulacro



[i] El panorama general del Informe está disponible en español en la siguiente liga: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/28340/211096ovSP.PDF

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