¿Qué mira un hombre cuando se ve así mismo?, ¿qué lo hace sentirse vulnerable en esa interacción?, cuestiona Aurora Vizcaíno; esta vez no desde el periodismo– su labor más habitual– sino desde el lenguaje visual y pictórico.
Y es que a través del Programa de Estímulos para la Creación y el Desarrollo Artístico (PECDA) 2018, la artista realizó una exploración del retrato masculino, como si se tratara de la disección de una oración. De ahí el nombre de su primera exposición: “Invisible sintagma. Alegoría sobre la masculinidad actual”, que será inaugurada este 7 de febrero, a las 20:00 horas, en el Museo de la Ciudad.
La serie es conformada por ocho retratos, elaborados a través de la técnica fotográfica y la pintura al óleo. En ellos figuran los rostros de músicos, escritores, actores y docentes como Alberto Tovar, Diego Goeury, Jorge Velasco, Dante Irrera, Jorge Fortanell, y Dafne Martínez; una mujer transgénero queretana, cuya transición coincidió con el desarrollo de este proyecto.
“Quería saber y entender en qué punto podrían sentirse más vulnerables (…) por ello me propuse hacer una exploración de la vulnerabilidad de los hombres y de cómo emana cuando ellos se ven a sí mismos”, dice Vizcaíno, y explica que para lograrlo sumergió a los participantes en un acto performático, en el que tenían que pintar su rostro con los colores de su elección, mientras ella iba captando el proceso con su cámara.
“Primero las fotos se enfocaron en cómo se miraban al espejo mientras lo hacían, y luego les pedía que posaran como quisieran. [En este proceso] me basé, al menos de manera discursiva, en la lógica del lenguaje de la composición de oraciones y párrafos. Traducir todo eso a pintura es muy evidente, pero muy complicado de cachar, y en ese sentido sí hay sintagmas; hay coincidencias y ciertas cosas que se repiten en todos los cuadros”, expresa, mencionando al color y la actitud corporal como dos de los patrones .
“Escogieron colores que tradicionalmente son asociados con lo masculino, y se pintaban la cara de manera muy arriesgada; lo noté sobre todo cuando realicé este mismo ejercicio con chicas, lo que hicieron ellas fue pintarse de una forma más fina y detallada “, recuerda.
Sobre la razón por la cual basó su pintura en las fotografías realizadas durante el acto performático, Vizcaíno argumenta que fue una manera de estrechar la distancia entre quien mira y quien es observado.
“Para esta serie yo no quería volverme esa persona que mira desde una posición súper vertical, quería encontrar un poco más de equilibrio; por eso les pedí a estos chicos que pintaran y se enfocaran en ellos; incluso escogieron la foto en donde afirmaban que se habían sentido más vulnerables”, detalla, y agrega que de esta forma consiguió interpretar a través de la pintura, el abigarrado de símbolos resultante de todo el proceso performático, pues “lo que buscaba no era el instante en sí, sino lo que significaba ese instante”.