/ jueves 8 de agosto de 2024

"Catlovers" en el arte y la literatura

A continuación recordamos a tres artistas que pasaron a la historia por su arte, pero también por su inconmensurable amor a los gatos


Los gatos, esos enigmáticos felinos conocidos tanto por ser independientes, elegantes, astutos y escurridizos, como por ser juguetones y mimosos; han logrado cautivar a artistas de todas las épocas.

Se han convertido en amigos íntimos y acompañantes silenciosos de escritores, pintores y músicos en sus procesos creativos, en los que incluso han logrado colarse como principales motivos: "Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido, el amor de la mano recelosa”, se lee en un extracto de A un gato, de Jorge Luis Borges.

La lista interminable de catlovers del arte incluye los nombres de Ernest Hemingway, Elena Garro, Doris Lessing, Picasso, Georgia O'Keeffe, Dalí, Andy Warhol, Fernando Botero; críticos del arte como Avelina Lésper (quien les ha dedicado varios textos de su famosa columna), y artistas locales como la pintora Carolina López y el escritor Martín García, quienes suelen compartir fotografías de sus gatos durante sus faenas, en redes sociales.

A continuación recordamos a tres artistas que pasaron a la historia por su arte, pero también por su inconmensurable amor a los gatos, fieles aliados en su soledad y trabajo artístico.

Carlos Monsiváis

Dicen que su afición por los gatos comenzó cuando tenía 10 años y que llegó a vivir hasta con 30 de estos felinos. Tenerlos cerca representaba para él “la única posibilidad de acariciar un tigre”.

Caso Omiso, Posmoderna, Copelas o maullas, Fray Gatolomé de las Bardas, Evasiva, Fetiche de peluche, Mito genial, Miau Tse Tung, Miss Oginia, Miss Antropía, Catzinger y Peligro para México son solo algunos de los nombres de los gatos que acompañaron al escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010) en sus días dedicados a devorar libros y a analizar la cultura y política de México y Latinoamérica.

“Sin mis libros me sería imposible vivir y sin mis gatos, también. Los libros no aúllan ni los gatos proporcionan sabiduría, por eso no podría elegir. Preferiría entonces vivir sin mí", confesó el escritor en una entrevista.

Fue tanto su amor por los felinos, que antes de morir el autor de Apocalipstick (2009) y Los rituales del caos (1995) cofundó la organización Gatos Olvidados, que se dedica a rescatar y encontrar hogar a los felinos abandonados.

Remedios Varo

La pintora surrealista española nacionalizada mexicana (1908-1963) también fue amante de los gatos, por lo que no es extraño encontrarlos en su obra innumerables veces.

En el mundo mágico y místico de la autora se les ve con ojos tan grandes como los de ella. Podemos encontrarlos escondidos o como protagonistas de la escena. Su presencia suele representar sabiduría, intuición, libertad y astucia.

En La despedida (1958), por ejemplo, un minino aparece como único testigo de un fugaz encuentro entre dos amantes que toman rumbos opuestos. En Mimetismo (1960) un gato presencia la metamorfosis de una mujer, mientras que en Simpatía (1955) un gato salta a la mesa de su dueña quien al acariciarlo hace brotar de su lomo tantas chispas como en una especie de conexión cósmica, que la hace terminar con el cabello todo electrificado.

También está El paraíso de los gatos (1955), una hermosa pintura que revela un mundo idílico con estos felinos como protagonistas.

Foto: Cortesía / @museoAmodernoMX

Julio Cortázar

El escritor argentino (1914-1984), autor de Rayuela, también fue seducido por estos felinos. Tanto, que utilizó a los gatos como figuras literarias en algunos de sus cuentos.

“Muchos autores como Truman Capote, Allan Poe, Charles Bucowski y Edward Gorey que influyeron en la narrativa de Julio Cortázar han tenido como mascota un gato. Esto hace suponer que otros escritores no solo heredaron a Cortázar el aprecio por estos animales como mascotas, sino como un valioso recurso literario presente en su narrativa”, escribió al respecto la investigadora Isabel de Jesús Sánchez.

En su tesis Los gatos en los cuentos de Julio Cortázar: notas para la hermenéutica literaria de felinos, la autora señala que el escritor presenta en su literatura a estos animales como “seres misterios que pueden conectarse a un plano más allá del que podemos percibir”.

Cortázar humaniza a los gatos, los hace parte de la vida de los personajes y los concibe como mediadores de realidades distantes de las que ignoramos su existencia. Los maullidos de los gatos, según la ficción de Cortázar, no son hambre o sed, son el llamado de esa otra realidad distante, desconocida para los humanos”, agrega.

Cortázar humaniza a los gatos, los hace parte de la vida de los personajes. Foto: Cortesía / @CulturaUNAM

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¿A qué otros catlovers podríamos recordar este Día del Gato?

Esta fecha se conmemora cada 8 de agosto desde el 2002, y fue instaurada por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW).

Otra de las fechas en las que también se festeja a estos felinos es el 20 de febrero y está relacionada con la muerte de Socks (Calcetines), el gato de la familia del expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton en 2009, que recibía más de 100 mil cartas de fans al año, que eran puntualmente contestadas por un equipo de voluntarios acompañando como firma la huella impresa de su gato.



Los gatos, esos enigmáticos felinos conocidos tanto por ser independientes, elegantes, astutos y escurridizos, como por ser juguetones y mimosos; han logrado cautivar a artistas de todas las épocas.

Se han convertido en amigos íntimos y acompañantes silenciosos de escritores, pintores y músicos en sus procesos creativos, en los que incluso han logrado colarse como principales motivos: "Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido, el amor de la mano recelosa”, se lee en un extracto de A un gato, de Jorge Luis Borges.

La lista interminable de catlovers del arte incluye los nombres de Ernest Hemingway, Elena Garro, Doris Lessing, Picasso, Georgia O'Keeffe, Dalí, Andy Warhol, Fernando Botero; críticos del arte como Avelina Lésper (quien les ha dedicado varios textos de su famosa columna), y artistas locales como la pintora Carolina López y el escritor Martín García, quienes suelen compartir fotografías de sus gatos durante sus faenas, en redes sociales.

A continuación recordamos a tres artistas que pasaron a la historia por su arte, pero también por su inconmensurable amor a los gatos, fieles aliados en su soledad y trabajo artístico.

Carlos Monsiváis

Dicen que su afición por los gatos comenzó cuando tenía 10 años y que llegó a vivir hasta con 30 de estos felinos. Tenerlos cerca representaba para él “la única posibilidad de acariciar un tigre”.

Caso Omiso, Posmoderna, Copelas o maullas, Fray Gatolomé de las Bardas, Evasiva, Fetiche de peluche, Mito genial, Miau Tse Tung, Miss Oginia, Miss Antropía, Catzinger y Peligro para México son solo algunos de los nombres de los gatos que acompañaron al escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010) en sus días dedicados a devorar libros y a analizar la cultura y política de México y Latinoamérica.

“Sin mis libros me sería imposible vivir y sin mis gatos, también. Los libros no aúllan ni los gatos proporcionan sabiduría, por eso no podría elegir. Preferiría entonces vivir sin mí", confesó el escritor en una entrevista.

Fue tanto su amor por los felinos, que antes de morir el autor de Apocalipstick (2009) y Los rituales del caos (1995) cofundó la organización Gatos Olvidados, que se dedica a rescatar y encontrar hogar a los felinos abandonados.

Remedios Varo

La pintora surrealista española nacionalizada mexicana (1908-1963) también fue amante de los gatos, por lo que no es extraño encontrarlos en su obra innumerables veces.

En el mundo mágico y místico de la autora se les ve con ojos tan grandes como los de ella. Podemos encontrarlos escondidos o como protagonistas de la escena. Su presencia suele representar sabiduría, intuición, libertad y astucia.

En La despedida (1958), por ejemplo, un minino aparece como único testigo de un fugaz encuentro entre dos amantes que toman rumbos opuestos. En Mimetismo (1960) un gato presencia la metamorfosis de una mujer, mientras que en Simpatía (1955) un gato salta a la mesa de su dueña quien al acariciarlo hace brotar de su lomo tantas chispas como en una especie de conexión cósmica, que la hace terminar con el cabello todo electrificado.

También está El paraíso de los gatos (1955), una hermosa pintura que revela un mundo idílico con estos felinos como protagonistas.

Foto: Cortesía / @museoAmodernoMX

Julio Cortázar

El escritor argentino (1914-1984), autor de Rayuela, también fue seducido por estos felinos. Tanto, que utilizó a los gatos como figuras literarias en algunos de sus cuentos.

“Muchos autores como Truman Capote, Allan Poe, Charles Bucowski y Edward Gorey que influyeron en la narrativa de Julio Cortázar han tenido como mascota un gato. Esto hace suponer que otros escritores no solo heredaron a Cortázar el aprecio por estos animales como mascotas, sino como un valioso recurso literario presente en su narrativa”, escribió al respecto la investigadora Isabel de Jesús Sánchez.

En su tesis Los gatos en los cuentos de Julio Cortázar: notas para la hermenéutica literaria de felinos, la autora señala que el escritor presenta en su literatura a estos animales como “seres misterios que pueden conectarse a un plano más allá del que podemos percibir”.

Cortázar humaniza a los gatos, los hace parte de la vida de los personajes y los concibe como mediadores de realidades distantes de las que ignoramos su existencia. Los maullidos de los gatos, según la ficción de Cortázar, no son hambre o sed, son el llamado de esa otra realidad distante, desconocida para los humanos”, agrega.

Cortázar humaniza a los gatos, los hace parte de la vida de los personajes. Foto: Cortesía / @CulturaUNAM

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¿A qué otros catlovers podríamos recordar este Día del Gato?

Esta fecha se conmemora cada 8 de agosto desde el 2002, y fue instaurada por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW).

Otra de las fechas en las que también se festeja a estos felinos es el 20 de febrero y está relacionada con la muerte de Socks (Calcetines), el gato de la familia del expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton en 2009, que recibía más de 100 mil cartas de fans al año, que eran puntualmente contestadas por un equipo de voluntarios acompañando como firma la huella impresa de su gato.


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