¿Cómo aliviar las heridas que deja un abuso sexual en la infancia? ¿A quién pedir ayuda cuando has sufrido una violación en la adolescencia? ¿En qué momento una mujer, casi una niña, se hunde en la evasión, las drogas y el alcohol por el abandono en el que vive?, esas son las preguntas a las que Dafna Viniegra trata de dar respuesta en su libro autobiográfico, Sanar para crecer y trascender.

Dafna se presenta a los lectores como una igual: “No persigo fama ni la consagración católica, tampoco ansío proclamarme sanadora de sanación, ni literata de buró”, para después revelar que sus fantasmas la persiguen y atormentan, por lo que las páginas siguientes serán un ejercicio de catarsis literaria.

Sanar para crecer y trascender funciona como un testimonio vivo de una mujer que ha luchado activamente contra las secuelas que dejó su propio caso de abuso sexual infantil y de todas las violencias y excesos que se manifestaron en su vida desde corta edad.

En su libro, Dafna deja un testimonio crudo y fuerte sobre lo que atraviesa una víctima; y le habla no solo a quienes se han visto forzadas a sobrevivir este tipo de situaciones, sino también a los abusadores como una forma de atacar el problema desde raíz.

Con la finalidad de conocer más a profundidad esta nueva obra, que ya está disponible en librerías bajo el sello editorial de Aguilar, DIARIO DE QUERÉTARO conversó con la autora sobre su decisión de escribir en primera persona sobre el abuso sexual infantil, además de saber en qué le ha beneficiado esta catarsis literaria, en la que participan Natalia Téllez como ilustradora.

• ¿Por qué hablar del abuso sexual infantil en primera persona?

El libro nace a raíz de una catarsis literaria en forma de terapia. Este ejercicio fue necesario para mí para poder sanar mi corazón, mi esencia, mi alma, después de muchas experiencias adversas en la infancia que en su momento no tenía identificadas de forma activa. Todo este dolor que cargaba me hizo autosabotearme, y ese patrón no lo había identificado hasta que comencé a escribir sobre mi vida, mi historia.

• ¿Por qué recurrir a la literatura como un método de sanación?

En lo personal, la literatura ha sido una parte muy importante de mi vida. Escribo desde la primera persona porque es algo que me ha funcionado. Algo que sí quisiera aclarar, es que en ningún momento quiero proclamarme como la conocedora de la sanación, para nada. Lo único que hago es compartir mi experiencia, los ejercicios que yo utilicé para poder dejar de vivir activamente mis traumas de la infancia.

Esta catarsis literaria me ayudó para poder conocer, reconocer y abrazar mi dolor, y el hueco que deja el abuso sexual infantil. Fue una experiencia que me ha permitido sanar y dejar de vivir a expensas de los traumas.

• ¿Qué respuestas has recibido a partir de la publicación del libro?

Para mí ha sido un logro grandísimo, compartir mi historia y lo más hermoso que he recibido es toda la gente que se ha identificado con mi historia, esa es una de las cosas que siempre digo, que este libro no es mío; sino de todas las que hemos sufrido algún tipo de abuso, sea sexual o de otro tipo, y que no hemos encontrado esta parte de contención o consuelo, porque desgraciadamente mi historia es solo una de las muchísimas que existen, y urge una respuesta o responsabilidad por parte de las autoridades.

Al momento de publicar este libro, fundo junto con una amiga, Sofía Palacios, la asociación civil que se llama Infancia Libre de Abuso Sexual, en donde nuestro objetivo principal no es tratar a las víctimas específicamente, sino dar una línea de atención a adultos en riesgo de convertirse en abusadores. Esto llegó a mí después de comprender que las personas que me lastimaron, también fueron víctimas en algún momento, así que nuestro objetivo es atacar la problemática desde raíz.

• ¿Cómo se gesta la colaboración con Natalia Téllez?

Natalia y yo estamos juntas en esta vida desde mucho antes de que ella llegara a esta vida. Su hermana Artemisa fue quien realmente me salvó de la locura cuando ella solo tenía cuatro años y yo siete. Nos hicimos mejores amigas al igual que nuestras mamás, nos hicimos familia, de esas familias que no son de sangre, pero sí de alma.

Así que la colaboración con Natalia surgió durante unas vacaciones navideñas, donde estábamos hablando del libro. Hablábamos de las ganas de fundar la asociación, y Natalia estaba dibujando con mis hijos y de pronto empezaron a dibujar en torno a lo que estábamos platicando, salió una ilustración muy hermosa que capturaba parte de mi esencia.

• Además de trabajar con ILAS, ¿ has considerado colaborar con otra asociación?

Claro que sí, estamos trabajando de la mano con Reinserta –organización sin fines de lucro, que desde su fundación en el 2013, busca la atención y protección para niñas, niños y adolescentes en contacto con la violencia en México, a través de modelos integrales enfocados en la atención psicosocial– para hacer primero una investigación en prisiones con las personas que han sido procesadas por el crímen de abuso sexual infantil para buscar como la raíz de dónde se genera esta desviación, y con esos resultados vamos a trabajar en colaboración con otra asociación que se encuentra en Estados Unidos que se llama STOP IT NOW, quienes tienen una línea de atención para abusadores desde hace más de 30 años y funciona de manera increíble, entonces vamos a replicar su modelo pero aterrizando con la investigación que se haga aquí.

• México es el primer país a nivel mundial en abuso sexual infantil, ¿Qué acciones son las que se debería implementar para combatirlo? ¿O qué no estamos haciendo?

Yo creo que lo primero que hemos hecho ha sido estigmatizar el abuso. Deberíamos hablar de él, así como se puede hablar del bullying, es lo prioritario que se debería realizar para que los niños tengan el conocimiento como herramienta. Por ejemplo, el primer abuso que sufrí a los cinco años no lo pude detener porque no tenía la menor idea de cuánto me iba a lastimar. En un principio yo accedí porque me convencieron, nadie me había hablado de que eso no era adecuado, de que mi cuerpo no se podía tocar, así que en un principio no vi la maldad en el acto, y solo cuando se puso incómodo físicamente fue que ya no quise estar en esa situación y eso derivó en los golpes.

Así que un primer esfuerzo es hablarlo en familia, de una manera que se genere una intimidad con los hijos y que ellos tengan la confianza de acercarse y hablar de esos temas, que no se sientan juzgados, señalados o criticados, porque lo primero que hace el abuso es transmitir la culpa.

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• ¿Qué te gustaría decirle a tus lectores o futuros lectores?

Que se den la oportunidad de leerme. Sé que es un tema difícil y la narración en primera persona puede ser un poco cruda, pero es necesario entrar en la piel del abuso para comprender el daño que hace de por vida, que no es una herida que sana y pasas de página, que de alguna forma u otra te acompaña. Y si llega a leerme alguna persona que siente deseo sexual por un niño, que por favor, se atiendan. Es necesario que se atiendan y puedan recuperarse de esa enfermedad, porque el daño que hacen acompaña al infante por toda su vida, y ellos no tienen la culpa de las heridas de su pasado.

El libro de Dafna Viniegra se encuentra a la venta en las librerías del país a un precio de 299 pesos, puede ser adquirido directamente en tienda o en las páginas en línea. Además de integrar el testimonio de la escritora, el libro integra ejercicios que la autora utilizó durante su proceso de sanación y que podrían ser de ayuda para todo lector que los necesite. De igual manera, se encuentra el contacto de herramientas de apoyo digitales e instituciones como: ILAS, Fundación Pas, STOP IT HYPERLINK y Troubled-desire.com.