La escritora y traductora francesa Neige Sinno llegó a Querétaro para hablar de “Triste Tigre”, un libro en el que mezcla la autobiografía y el ensayo para hablar de su propia experiencia de abuso sexual infantil.
En rueda de prensa, la autora afirmó que el libro no lo escribió para sanar, “ni estoy usando al lector o a la lectora para que sea mi terapeuta. No me siento mejor después de escribir este libro, sigo con las mismas preguntas”.
La idea, aclaró, fue abordar la violencia sexual infantil de manera precisa y sin concesiones, aunque sin castigar al lector con lo fuerte que pueden ser algunas experiencias de abuso descritas en el libro.
“Lo que le propongo al lector y a la lectora es que el libro sí va a ser doloroso pero no más de lo necesario”, aseveró.
“Triste Tigre” es una invitación a “atreverse a pensar, a ver, a compartir historias que nos han enseñado que no se comparten porque es vergonzoso”, en un contexto donde la problemática parece no cambiar.
“Desde que me violaron de niña las cosas no han cambiado ni en Francia, ni en México, ni en China a pesar del feminismo, a pesar de todas las cosas que hacemos… las cifras no cambian”, lamentó, argumentando que una persona de cada diez es víctima de abuso.
Comenzó a trabajar en su libro entre el 2017 y 2018 cuando la Ola del Feminismo Latinoamericano llegó a Pátzcuaro –donde la autora radica desde hace varios años–, y tanto feministas como amigas comenzaron a reunirse en un taller literario para hablar de forma diferente la violencia que viven las mujeres y los niños.
En esos encuentros la autora resolvió llevar esta conversación hacia un monólogo interior de ficción, que tuviera como base la violación sexual que sufrió por parte de su padrastro.
Neige Sinno subrayó que con el libro también busca invitar a deconstruir conceptos como la resiliencia, y a pensar que no existe una fórmula para superar un trauma.
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“El libro intenta desenmarañar y deconstruir ideas que circulan en la sociedad y que a veces me parecen que tendríamos que explorarlas más. Se ha vuelto un cliché la instrucción que siempre se les da a las víctimas, como una obligación, de sanar y de buscar a toda costa está mejor, como la resiliencia. Me parece que es un concepto interesante pero si se vuelve una cosa para hacernos sentir culpables y mal porque `no lo logro y después de 30 años de terapia no me siento mejor´, ahí sí hay algo que hay que deconstruir porque no hay un solo camino para hacerlo. Por eso en el libro trato de no darme como ejemplo, no hacer de mi camino propio el camino que hay que seguir”.