La historia secreta

El libro de cabecera

Carlos Campos / Colaborador Diario de Querétaro

  · jueves 6 de junio de 2024

Foto: Cuartoscuro


En La historia secreta: AMLO y el Cartel de Sinaloa (Grijalbo, 2024) el más reciente libro de la periodista y escritora Anabel Hernández, se nos presenta una investigación exhaustiva que, desde su publicación, ha sacudido el pulso de la política mexicana y ha revelado la oscura complicidad entre el poder político y el crimen organizado. Basada en decenas de testimonios y un minucioso trabajo de archivo, Hernández sostiene que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lejos de ser el reformador que muchos esperaban, ha sido, en realidad, un instrumento del Cártel de Sinaloa.

“El presidente, elegido por millones de mexicanos para cambiar la historia de México, romper el sistema y comenzar a dar terapia intensiva a un país contaminado por el cáncer del narcotráfico, alargaba los brazos hacia los criminales y los beneficiaba públicamente, como la escandalosa liberación de Ovidio Guzmán Loera, quien, junto con sus cuatro siniestros hermanos, hijos de Joaquín Guzmán Loera, lidera la facción más poderosa del Cartel de Sinaloa”.

Hernández se adentra en esta inquietante tesis con un rigor periodístico innegable, recopilando testimonios de 2020 a 2024, provenientes de diversas fuentes internacionales. Sus fuentes incluyen expedientes judiciales de cortes federales estadounidenses y documentos internos de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York y la DEA. Estos documentos son cruciales para comprender las conexiones presuntamente existentes entre la campaña presidencial de AMLO en 2006 y las actividades del Cártel de Sinaloa:

“En las tres campañas presidenciales de AMLO (2006, 2012 y 2018) hubo apoyo económico u operativo del Cartel de Sinaloa, con el conocimiento del ahora presidente”.

La autora entrevistó a 20 personas clave del entorno cercano a López Obrador, incluyendo miembros de su equipo de campaña en las elecciones de 2006, 2012 y 2018. Entre ellos se destaca Nicolás Mollinedo Bastar (Nico), quien afirma haber sido la persona de mayor confianza de AMLO durante años cruciales. Además, Hernández habló con funcionarios estadounidenses involucrados en las investigaciones iniciales sobre López Obrador y con cinco exmiembros del Cártel de Sinaloa; éstos últimos, en su mayoría testigos colaboradores de la justicia en Estados Unidos, ofrecen relatos que coinciden y complementan la versión de los hechos que Hernández presenta. Por cierto, los testimonios de dichos testigos fueron clave para la sentencia condenatoria en el juicio en contra de Genaro García Luna, el otrora poderoso secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), por delitos vinculados con el narcotráfico. Tanto García Luna como Luis Cárdenas Palomino, su brazo derecho, fueron mentores y protectores del policía Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Ciudadana en la jefatura de Claudia Sheinbaum y candidato a senador de Ciudad de México por Morena, señalado por su participación en la llamada “Verdad histórica”, en el caso de la desaparición de los 42 estudiantes de Ayotzinapa, cuando era Coordinador de la Policía Federal en Guerrero en 2014.

Las revelaciones de Hernández apuntan a un patrón perturbador: en las tres campañas presidenciales de López Obrador hubo apoyo económico y operativo del Cártel de Sinaloa, y AMLO habría estado al tanto de estas transacciones, llegando incluso a presenciar una de las entregas de dinero. Este relato, que ha sido reconfirmado a finales de 2023 y principios de 2024, destapa una presunta trama de corrupción y colusión que arroja una sombra sobre el actual presidente de México: “Uno de los miembros del equipo de Nico que lo ayudaba en las funciones esenciales era Mauricio soto Caballero, quien fue responsable de recibir dinero del Cartel de Sinaloa para la campaña de AMLO en 2006”.

Hernández no se limita a acusar; su investigación está respaldada por una sólida base documental y un cruce de testimonios que, según ella, no deja lugar a dudas. La valentía y el compromiso de la autora con la verdad se reflejan en su decisión de publicar estos hallazgos, a pesar de los riesgos y las posibles repercusiones que ya se ha manifestado en semanas recientes.

La Sociedad Secreta no es solo una denuncia; es una llamada a la reflexión sobre la fragilidad de nuestras instituciones y la vulnerabilidad de nuestra democracia ante el poder corruptor del narcotráfico. Anabel Hernández nos invita a mirar de frente una realidad que muchos prefieren ignorar, y nos obliga a cuestionar la integridad de aquellos en quienes hemos depositado nuestra confianza. En el capítulo 8 Narcopresidente, se narra que, a finales del 2005, se llevó a cabo un encuentro entre Sergio Villarreal Barragán “El Grande”, del Cartel de los Beltrán Leyva, Pancho León, candidato a alcalde de Gómez Palacio, actualmente desaparecido, y el propio López Obrador en el hotel El Campestre, ubicado en el Blvd. Miguel Alemán 251, Las Rosas, en Gómez Palacio, Durango:

“Los asistentes se sentaron al borde de las camas y cruzaron algunas palabras más. No había sillones. El Grande dijo que su compadre, Arturo Beltrán Leyva, mandaba un regalo, que esperaba que todo saliera bien en las elecciones y que estaba a la orden. Entregó la maleta con dinero a López Obrador, quien agradeció el apoyo y pasó la maleta al general Audomaro. `Muchas gracias´”, dijo AMLO, “saludos al señor”.

En las primeras semana de AMLO en el poder, estaba preocupado porque llevaba tres días sin tener contacto con sus hijos mayores Andrés y José Ramón López Beltrán. Audomaro Martínez, recién nombrado director del Centro Nacional de Inteligencia, fue el encargado de buscarlos. Gracias a la relación de Audomaro con el Cartel de Sinaloa, el presidente supo que sus hijos estaban bien, que sólo andaban en una fiesta con unos amigos: Los Chapitos, principales proveedores de fentanilo a Estados Unidos desde el 2014. Cuando Audomaro fue a recogerlos, lo esperaban el sobrino del mandatario y el Nini, sicario famoso por su violencia y masacres: “Los hijos de AMLO y su primo se habían entretenido con intensas excursiones de racers, droga y mujeres. El enviado de AMLO los encontró en calidad de bulto y quiso llevárselos”.

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Hace unos fines de semana, incluido el domingo en el que se llevó a cabo el tercer debate presidencial entre Jorge Álvarez Máynez, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, se registraron 300 homicidios dolosos, de acuerdo con datos de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana. El estado de Chiapas está al borde de la ingobernabilidad bajo el asedio de la violencia vinculada al narco.

En este contexto, este libro se erige como una obra esencial para comprender los intrincados lazos entre la política y el crimen organizado en México. La minuciosidad de la investigación de Hernández y la gravedad de sus hallazgos hacen de La sociedad secreta una lectura obligada para todos aquellos interesados en la verdad detrás del poder. Su trabajo es un testimonio del poder del periodismo de investigación para desafiar las narrativas oficiales y buscar justicia en un país donde la verdad a menudo se oculta tras un velo de impunidad.