/ miércoles 31 de julio de 2024

"Mädi", una novela de terror sobre el amor

Manya Loría busca romper maldiciones generacionales a través de este libro en el que explora el paso de la infancia a la adolescencia, la reconciliación con las historias familiares y el amor romántico


Las mujeres de la familia de Emilia tienen un don muy particular: cada persona a la que llegan a amar, termina perdiendo la vida. Con la finalidad de ponerle un alto a esta maldición, la abuela de la protagonista decide entrenarla desde temprana edad para que no ame a nadie. Un suceso obligará a Emilia, de 14 años, a cuestionar las ideas preconcebidas que le fueron instruidas y a buscar una reconciliación con su linaje familiar para demostrarle a los adultos de su alrededor que el amor no duele, ni mata.

Esa es la sinopsis de Mädi, una novela de terror para adolescentes de autoría de la queretana, Manya Loría, quien a través de esta historia narrada en primera persona, explora de manera divertida y oscura el paso de la infancia a la adolescencia, la ruptura con traumas generacionales y la experiencia del amor.

En entrevista con Diario de Querétaro la escritora profundiza sobre el mensaje que busca transmitir con este nuevo libro, su interés por dialogar con las adolescentes y su opinión sobre la presencia femenina dentro de la novela negra.

  • ¿Qué te llevó a escribir esta historia?

Siempre me he cuestionado el por qué creemos que el amor tiene que doler o tiene que matar, o que es normal morirse por amor. Y tenía el interés de plantear ese mismo cuestionamiento a los adolescentes, pero sin ser tan evidente, sin que ellos lo sintieran como un: “Esto que te enseñaron está mal y tienes que pensar así y así”. Por lo que pensé esconder esta interrogante dentro de una novela literaria.

  • ¿Por qué Emilia tiene que hacerle frente a esta herida generacional?

Justo porque considero que no tenemos porqué estar cargando con historias familiares que no nos corresponden. Existe mucho esto de “ay, es que tu abuela no pudo hacer tal cosa, entonces nadie de nosotros hace tal otra”, y nos pone una carga desde que somos chicos, por lo que pasamos toda una vida haciendo cosas bien raras todo porque la abuela o el abuelo lo dijeron. Al final, nuestra vida es nuestra, y no de nadie más, y me era fundamental tocar ese punto con los adolescentes, al igual que quitar la idea de que el amor tiene que ser tan apasionado o fuerte que puede orillarte a la muerte, cuando la realidad es que el amor no tiene que doler.

  • ¿Qué particularidades tiene Emilia?

Emilia es una niña que la neta no es muy valiente. O sea no es ninguna “elegida”, ni aspira a cambiar su vida tal como la conoce; sino que las circunstancias la llevan a hacer esos cambios y creo que las personas así de normales también podemos cambiar el mundo. Ella tiene esta misión de enseñarle a los adultos a cuestionar lo que han enseñado que es amor, que me parece muy importante porque a veces desde el adultocentrismo les quitamos a las infancias y adolescencias su voz y capacidad de opinar, las hacemos menos, en lugar de empoderarlas, porque ellos a veces resultan ser quienes nos enseñan algo a los adultos.

  • ¿Cuáles son las temáticas recurrentes en tus libros?

Definitivamente siempre escribo sobre algo que tiene que ver con las dinámicas familiares, con sus estructuras. En mis historias siempre hay un padre muerto, sea la mamá o el papá, y exploro el cómo esa ausencia reconfigura el contexto social del personaje, el cómo ve el mundo y el cómo se termina relacionando con él. Hablando de géneros, siempre termino recurriendo al negro, terror o misterio.

  • ¿Por qué consideras relevante que los adolescentes se cuestionen las formas de amar?

Creo que para muchas de nosotras, si nos hubieran enseñado que existían otras formas más allá del amor romántico, hubiera sido más fácil repensar las cosas que nos han dicho, las situaciones que hemos vivido. O sea, pensar que el amor duele es algo que traemos tan metido en nuestra cabeza que tratar de deconstruir es un proceso profundamente doloroso y difícil, que si pudiéramos regresar en el tiempo para que alguien nos dijera lo que hoy sabemos, nos hubiéramos ahorrado demasiado dolor.

Eso es algo que exploro en el libro, cuando Emilia llega a este mundo fantástico, los seres raros le dicen ¿por qué piensas lo que piensas? ¿Es porque te lo dijeron? ¿Por qué no piensas por ti misma? En parte, ahora nuestra labor como adultos es ayudarle a la bandita joven a pensar por sí mismos; decirles, oye el mundo no es como el que te enseñaron, puede ser diferente y puedes comportarte distinto.

Foto: Miriam Martínez / Diario de Querétaro

  • ¿Por qué tu interés en la novela negra?

Desde pequeña me gustaban mucho las cosas morbosas y cuando he dado clases con adolescentes y niños me he dado cuenta que les interesan muchísimo las historias de terror o de suspenso. O sea, aspectos como los corazoncitos y la felicidad, pues no les hacen el feo pero no se entusiasman como lo hacen con este tipo de géneros.

  • ¿Consideras relevante que más mujeres se posicionen desde el terror o la novela negra?

¡Claro! Son espacios que siempre han sido dominados por vatos, porque se consideran como géneros no muy bonitos y que no son propios de una dama, ¿verdad? Así que es un ejercicio de tratar de sacar los estereotipos o estas ideas preconcebidas dentro del quehacer literario. Además, es sumamente importante que las niñas vean a otras niñas como protagonistas, es esta sensación de ‘oye, entonces nosotras también podemos’. Empresas como Disney se están sumando a este ejercicio al poner como protagonistas a mujeres que ya no únicamente son princesas, y cuyo único propósito no es encontrar al “amor verdadero”, eso es sumamente importante.

  • ¿Qué aportan las mujeres a las narrativas literarias?

Muchísimo, muchísimo. Escribimos muy diferente a lo que lo hacen los vatos. Históricamente las mujeres tocamos temas que a los hombres jamás les han interesado. Por ejemplo, nosotras abordamos la maternidad desde un punto de vista más hacia el sentir de la madre, la experiencia que atraviesa su cuerpo, lo que significa gestar una vida; mientras que los hombres que han tocado este punto tienden a enfocarse en la pregunta: ¿y quién es el padre?, un drama innecesario en la trama.

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  • ¿Cómo ha evolucionado tu narrativa?

Yo tengo muchísimo tiempo escribiendo. Mi abuela me agarró a los cinco años y me dijo, ‘bueno, ya sabes escribir, ahora harás poesía’, y yo todo lo que quería era un helado –bromea–. Ese acercamiento me ayudó a explorar todo lo que me acontece y mueve a partir de la escritura. Ahora que regreso y leo esos primeros ejercicios, me parece sumamente importante, porque está reflejada mi forma de ver el mundo y el cómo mis ideas han ido evolucionando con mi edad y con los sucesos que me atraviesan. Ahora siento que mi pluma es mucho más refinada y puedo plantear discursos mucho más claros.

  • ¿Tienes proyectos en puerta?

Tengo una obra de teatro en la que estoy trabajando que justamente es la contraparte de mi novela, Mädi, porque en el libro, Emilia tiene una hermana gemela que murió, y en este guión estoy planteando lo inverso, el cómo sería ese universo si Emilia estuviera muerta y la otra gemela hubiera sobrevivido. También estoy trabajando en la segunda parte de mi novela anterior, El Edén.

Mädi se encuentra a la venta en Querétaro en la Librería de los gatos y en línea a través de sitios como u-topicas.com y cordaediciones.com.mx. Su precio promedio es de 220 pesos. A Manya Loría la encuentran en Instagram como @manya.loria. Ella es una dramaturga y escritora queretana. Cuenta con 12 obras de teatro estrenadas en México y Argentina. Fue guionista del proyecto Belascoarán para Netflix


Las mujeres de la familia de Emilia tienen un don muy particular: cada persona a la que llegan a amar, termina perdiendo la vida. Con la finalidad de ponerle un alto a esta maldición, la abuela de la protagonista decide entrenarla desde temprana edad para que no ame a nadie. Un suceso obligará a Emilia, de 14 años, a cuestionar las ideas preconcebidas que le fueron instruidas y a buscar una reconciliación con su linaje familiar para demostrarle a los adultos de su alrededor que el amor no duele, ni mata.

Esa es la sinopsis de Mädi, una novela de terror para adolescentes de autoría de la queretana, Manya Loría, quien a través de esta historia narrada en primera persona, explora de manera divertida y oscura el paso de la infancia a la adolescencia, la ruptura con traumas generacionales y la experiencia del amor.

En entrevista con Diario de Querétaro la escritora profundiza sobre el mensaje que busca transmitir con este nuevo libro, su interés por dialogar con las adolescentes y su opinión sobre la presencia femenina dentro de la novela negra.

  • ¿Qué te llevó a escribir esta historia?

Siempre me he cuestionado el por qué creemos que el amor tiene que doler o tiene que matar, o que es normal morirse por amor. Y tenía el interés de plantear ese mismo cuestionamiento a los adolescentes, pero sin ser tan evidente, sin que ellos lo sintieran como un: “Esto que te enseñaron está mal y tienes que pensar así y así”. Por lo que pensé esconder esta interrogante dentro de una novela literaria.

  • ¿Por qué Emilia tiene que hacerle frente a esta herida generacional?

Justo porque considero que no tenemos porqué estar cargando con historias familiares que no nos corresponden. Existe mucho esto de “ay, es que tu abuela no pudo hacer tal cosa, entonces nadie de nosotros hace tal otra”, y nos pone una carga desde que somos chicos, por lo que pasamos toda una vida haciendo cosas bien raras todo porque la abuela o el abuelo lo dijeron. Al final, nuestra vida es nuestra, y no de nadie más, y me era fundamental tocar ese punto con los adolescentes, al igual que quitar la idea de que el amor tiene que ser tan apasionado o fuerte que puede orillarte a la muerte, cuando la realidad es que el amor no tiene que doler.

  • ¿Qué particularidades tiene Emilia?

Emilia es una niña que la neta no es muy valiente. O sea no es ninguna “elegida”, ni aspira a cambiar su vida tal como la conoce; sino que las circunstancias la llevan a hacer esos cambios y creo que las personas así de normales también podemos cambiar el mundo. Ella tiene esta misión de enseñarle a los adultos a cuestionar lo que han enseñado que es amor, que me parece muy importante porque a veces desde el adultocentrismo les quitamos a las infancias y adolescencias su voz y capacidad de opinar, las hacemos menos, en lugar de empoderarlas, porque ellos a veces resultan ser quienes nos enseñan algo a los adultos.

  • ¿Cuáles son las temáticas recurrentes en tus libros?

Definitivamente siempre escribo sobre algo que tiene que ver con las dinámicas familiares, con sus estructuras. En mis historias siempre hay un padre muerto, sea la mamá o el papá, y exploro el cómo esa ausencia reconfigura el contexto social del personaje, el cómo ve el mundo y el cómo se termina relacionando con él. Hablando de géneros, siempre termino recurriendo al negro, terror o misterio.

  • ¿Por qué consideras relevante que los adolescentes se cuestionen las formas de amar?

Creo que para muchas de nosotras, si nos hubieran enseñado que existían otras formas más allá del amor romántico, hubiera sido más fácil repensar las cosas que nos han dicho, las situaciones que hemos vivido. O sea, pensar que el amor duele es algo que traemos tan metido en nuestra cabeza que tratar de deconstruir es un proceso profundamente doloroso y difícil, que si pudiéramos regresar en el tiempo para que alguien nos dijera lo que hoy sabemos, nos hubiéramos ahorrado demasiado dolor.

Eso es algo que exploro en el libro, cuando Emilia llega a este mundo fantástico, los seres raros le dicen ¿por qué piensas lo que piensas? ¿Es porque te lo dijeron? ¿Por qué no piensas por ti misma? En parte, ahora nuestra labor como adultos es ayudarle a la bandita joven a pensar por sí mismos; decirles, oye el mundo no es como el que te enseñaron, puede ser diferente y puedes comportarte distinto.

Foto: Miriam Martínez / Diario de Querétaro

  • ¿Por qué tu interés en la novela negra?

Desde pequeña me gustaban mucho las cosas morbosas y cuando he dado clases con adolescentes y niños me he dado cuenta que les interesan muchísimo las historias de terror o de suspenso. O sea, aspectos como los corazoncitos y la felicidad, pues no les hacen el feo pero no se entusiasman como lo hacen con este tipo de géneros.

  • ¿Consideras relevante que más mujeres se posicionen desde el terror o la novela negra?

¡Claro! Son espacios que siempre han sido dominados por vatos, porque se consideran como géneros no muy bonitos y que no son propios de una dama, ¿verdad? Así que es un ejercicio de tratar de sacar los estereotipos o estas ideas preconcebidas dentro del quehacer literario. Además, es sumamente importante que las niñas vean a otras niñas como protagonistas, es esta sensación de ‘oye, entonces nosotras también podemos’. Empresas como Disney se están sumando a este ejercicio al poner como protagonistas a mujeres que ya no únicamente son princesas, y cuyo único propósito no es encontrar al “amor verdadero”, eso es sumamente importante.

  • ¿Qué aportan las mujeres a las narrativas literarias?

Muchísimo, muchísimo. Escribimos muy diferente a lo que lo hacen los vatos. Históricamente las mujeres tocamos temas que a los hombres jamás les han interesado. Por ejemplo, nosotras abordamos la maternidad desde un punto de vista más hacia el sentir de la madre, la experiencia que atraviesa su cuerpo, lo que significa gestar una vida; mientras que los hombres que han tocado este punto tienden a enfocarse en la pregunta: ¿y quién es el padre?, un drama innecesario en la trama.

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  • ¿Cómo ha evolucionado tu narrativa?

Yo tengo muchísimo tiempo escribiendo. Mi abuela me agarró a los cinco años y me dijo, ‘bueno, ya sabes escribir, ahora harás poesía’, y yo todo lo que quería era un helado –bromea–. Ese acercamiento me ayudó a explorar todo lo que me acontece y mueve a partir de la escritura. Ahora que regreso y leo esos primeros ejercicios, me parece sumamente importante, porque está reflejada mi forma de ver el mundo y el cómo mis ideas han ido evolucionando con mi edad y con los sucesos que me atraviesan. Ahora siento que mi pluma es mucho más refinada y puedo plantear discursos mucho más claros.

  • ¿Tienes proyectos en puerta?

Tengo una obra de teatro en la que estoy trabajando que justamente es la contraparte de mi novela, Mädi, porque en el libro, Emilia tiene una hermana gemela que murió, y en este guión estoy planteando lo inverso, el cómo sería ese universo si Emilia estuviera muerta y la otra gemela hubiera sobrevivido. También estoy trabajando en la segunda parte de mi novela anterior, El Edén.

Mädi se encuentra a la venta en Querétaro en la Librería de los gatos y en línea a través de sitios como u-topicas.com y cordaediciones.com.mx. Su precio promedio es de 220 pesos. A Manya Loría la encuentran en Instagram como @manya.loria. Ella es una dramaturga y escritora queretana. Cuenta con 12 obras de teatro estrenadas en México y Argentina. Fue guionista del proyecto Belascoarán para Netflix

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